Biografía de Raúl de la Torre
Raúl Alberto Adolfo de la Torre nación en la ciudad de Buenos Aires, Argentina el 5 de mayo de 1938. Desde muy joven se mostró interesado por la música, la literatura y el teatro. En 1956, en pleno Revisiónismo, De la Torre ingresó en la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires, carrera que abandonaría en 1963 para dedicarse por completo a su vocación en las artes escénicas.
En 1960, Raúl de la Torre se unió a la “Escuela de Arte Dramático” que dirigía Carlos Gandolfo en el Teatro Maipo, donde conoció a grandes figuras del teatro argentino como Antonio Gasalla y Juan Carlos Gené, quienes forjarían importantes lazos laborales y de amistad con De la Torre. En 1962, participó en su primer trabajo profesional en el teatro, en la obra de Osvaldo Dragún “Los invertidos”. En los años siguientes, Raúl de la Torre se desempeñó como asistente de dirección y actor en diferentes obras.
Asimismo, en 1961, con apenas 23 años, Raúl de la Torre comenzó a trabajar como crítico de cine en la revista “Primera Plana”, donde publicaba sus críticas y ensayos bajo el seudónimo de “Raúl Clemente”. De la Torre cautivó a los lectores por su agudeza y estilo crítico, convirtiéndose en una figura influyente de la crónica cultural en Argentina. En 1974, Raúl fue nombrado presidente del Instituto Nacional de Cinematografía, cargo que ostentó hasta 1976, cuando fue cesado de sus funciones por el régimen militar.
A pesar de haber desarrollado una prolífica carrera en el teatro y el periodismo cultural, es en el cine donde Raúl de la Torre ha dejado su huella más firme. En 1967 dirigió su primera película “Juana la loca”, una obra que retrata la figura de la reina Juana de Castilla. De este primer musicalizado esfuerzo nació una prolífica trayectoria en el cine, que alcanzó su cima en 1985 con la película “La historia oficial”. En la película, un vibrante melodrama político, De la Torre plasmó su visión política y social sobre los años del terrorismo de Estado en Argentina. La película ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 1986, y convirtió a De la Torre en figura ineludible del cine argentino.