Biografía de Myrtle Berman
Myrtle Berman, nacida en 1879, siempre tuvo una gran pasión por el arte, especialmente la actuación y la ópera. Desde muy joven, estudió con algunos de los mejores maestros de actuación de su época y, en poco tiempo, comenzó a forjar una carrera respetable en el mundo del espectáculo. Compartió escenarios con algunos de los nombres más destacados de la actuación, como Sarah Bernhardt y Ethel Barrymore.
Durante sus primeros años como actriz, Berman participó en numerosas producciones teatrales en todo el país y se desempeñó como actriz principal en varias de ellas. Sin embargo, eventualmente decidió que su verdadero amor era la ópera, y comenzó a dedicarse a estudiar canto. Con el tiempo, se convirtió en una cantante consumada y, en 1916, fue contratada por la Ópera Metropolitana de Nueva York como soprano principal.
Aunque Myrtle Berman estaba agradecida por su trabajo en la ópera, todavía estaba enamorada de la actuación y, en 1918, decidió dejar la compañía y viajar a Hollywood para intentar hacer una carrera en la industria del cine. Fue aquí donde cambió su nombre a Margaret Livingston, una elección que, según ella, reflejaba mejor su personalidad y presencia escénica.
Mientras se establecía en Hollywood, Livingston se convirtió en una presencia popular en las afueras de los estudios de cine y pronto captó la atención de los directores. Rápidamente consiguió papeles en algunas de las películas más destacadas de la época, incluyendo "El hombre que ríe" y "Las siete oportunidades". Sin embargo, Livingston alcanzaría la fama por su papel en "El Doctor Mabuse", lanzado en 1922, en el cual interpretó a la sexy y manipuladora 'La Amante'. En su papel, Livingston utilizó toda su experiencia en el teatro y la ópera para crear un personaje convincente y elegante.
En general, la vida de Myrtle Berman antes de convertirse en Margaret Livingston fue una de aprendizaje, dedicación y pasión por el arte. Su amor por el teatro y la ópera siempre estuvo presente en su vida, y cuando finalmente se mudó a Hollywood, su talento y presencia cautivadora rápidamente llamó la atención de los directores de cine. Con su trabajo en "El Doctor Mabuse", Livingston llegaría a ser recordada como una de las actrices más icónicas de la pantalla plateada.