Biografía de Miguel Hernández
Miguel Hernández, nacido en Orihuela, Alicante, en 1910, fue un poeta y dramaturgo español que alcanzó un gran reconocimiento en el mundo literario de su época. De origen humilde, Miguel Hernández era hijo de un labrador y una pastora, y desde muy joven comenzó sus primeros estudios de poesía en las bibliotecas populares de la zona. A pesar de las dificultades económicas que siempre asolaron su vida, Hernández no abandonó su carrera literaria, que se caracterizó por la intensidad y la hondura de sus versos.
En su juventud, Miguel Hernández trabajó en varios oficios, desde el pastoreo hasta la construcción de carreteras, pasando por la carpintería. Sin embargo, su gran pasión era la poesía, y por ello se dedicó intensamente a la escritura durante sus ratos libres. De esta época son algunos de sus poemas más conocidos, como "El rayo que no cesa" o "La nana de la cebolla", en los que se reflejan la crudeza y la belleza del mundo rural en el que creció.
Fue en la década de 1930 cuando Miguel Hernández se convirtió en uno de los poetas más destacados de la Generación del 27. Durante estos años, se relacionó con otros escritores y artistas de la época, como Federico García Lorca o Pablo Neruda, y escribió algunas de sus obras más emblemáticas, como "Viento del pueblo" y "El hombre acecha".
A pesar de que su carrera literaria estaba en pleno auge, la Guerra Civil española (1936-1939) supuso un duro golpe para Miguel Hernández. Él, que había abrazado las ideas republicanas con pasión, se unió al frente republicano para defender la libertad y los derechos del pueblo. Durante la guerra, escribió algunos de sus poemas más crudos y combativos, como "No te quedes inmóvil" o "Aceituneros", en los que se refleja su compromiso político y social.
En resumen, la vida de Miguel Hernández antes de convertirse en actor estuvo marcada por su humilde origen, su lucha por la poesía y su compromiso con los valores republicanos. Su obra, intensa y profunda, se caracterizó por reflejar la dureza y la belleza del mundo rural español y por denunciar la injusticia y la opresión. A pesar de su corta vida (falleció en 1942, con tan solo 31 años), Miguel Hernández dejó una huella imborrable en las letras españolas del siglo XX.