Biografía de María Altabaz
En un pequeño pueblo de la Cordillera de los Andes, nació María Altabaz el 5 de diciembre de 1981. Desde muy joven, su familia la motivó a explorar su creatividad y a desarrollar su pasión por las artes. Al comenzar la adolescencia, se trasladó junto a su familia a la ciudad de Santiago de Chile en busca de mejores oportunidades.
En la capital chilena, María se matriculó en una escuela de teatro, pero sus estudios se vieron interrumpidos por las dificultades económicas que experimentaba su familia. Para ayudar a solventar los gastos, trabajó como vendedora ambulante en la feria de la Vega Central y en una tienda de cosméticos. Sin embargo, esto no la desanimó y continuó practicando teatro de manera autodidacta, asistiendo a talleres y clases gratuitas.
Tras superar las adversidades económicas, María tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la industria del cine y la televisión. Asistió a audiciones en diversas producciones chilenas, obteniendo papeles relevantes en series y telenovelas. Su talento y carisma pronto llamaron la atención de los directores de cine que trabajaban en su país, lo que le valió un papel importante en una película de temática social.
Desde entonces, la carrera de María Altabaz fue en ascenso y fue conocida por su participación en numerosas películas que fueron seleccionadas y premiadas en festivales nacionales e internacionales, incluyendo Cannes y Venecia. Además, María tuvo la oportunidad de desempeñar un papel en una producción internacional, en la que interpretó a una mujer víctima de trata de personas.
En resumen, la vida de María Altabaz antes de convertirse en actriz fue una lucha constante para superar las dificultades económicas y encontrarse a sí misma en el mundo del teatro y el cine. A pesar de todas las adversidades, María nunca dejó de lado su pasión y su dedicación al arte, lo que le permitió destacar en una industria muy competitiva en su país y en el mundo. Su carrera ha sido una inspiración para aquellos que luchan por alcanzar sus sueños y seguir adelante a pesar de las dificultades.
