Biografía de Ludmilla Pitoëff
Ludmilla Pitoëff fue una actriz descendiente de una familia noble rusa, nacida en Moscú en 1895, hija del general Boris Pitoëff y de Tatiana Ivanova. Se crio en una familia acomodada de la élite rusa hasta que la revolución rusa de 1917 le obligó a huir del país. La familia Pitoëff se estableció en Suiza en 1919 y posteriormente en Francia.
Ludmilla Pitoëff comenzó su carrera como pianista en Suiza, pero se mudó a París en la década de 1920 para estudiar canto. Luego, se mudó a Munich, Alemania, para estudiar con la renombrada soprano Lotte Lehmann. Finalmente, decidió abandonar la música y dedicarse a la actuación.
Pitoëff comenzó su carrera como actriz en París en 1923, interpretando pequeños papeles en el teatro y en películas mudas. En 1925, se unió a la compañía teatral creada por sus padres, el Théâtre des Mathurins, donde su padre era director artístico y su madre actriz principal. En este teatro, Pitoëff aprendió el oficio de actriz y su talento fue rápidamente reconocido por la crítica y el público.
En 1931, Pitoëff se casó con el actor suizo Charles Granval y la pareja tuvo un hijo, André, que también se convirtió en actor. Juntos, Pitoëff y Granval actuaron en varias producciones teatrales y cinematográficas.
Durante la ocupación nazi de Francia en la Segunda Guerra Mundial, Pitoëff y su familia se unieron a la resistencia francesa y ayudaron a esconder a judíos y otros perseguidos por los nazis. La valentía y el coraje de Pitoëff durante este periodo dejaron una huella imborrable en su carrera de actriz y la convirtieron en un símbolo de la resistencia francesa.
En resumen, Ludmilla Pitoëff fue una actriz rusa que vivió la mayoría de su vida en Francia y destacó por su talento en el teatro y el cine. Antes de dedicarse a la actuación, estudió música y también se desempeñó como pianista. Se casó con el actor suizo Charles Granval y juntos formaron una familia de actores. Durante la Segunda Guerra Mundial, Pitoëff y su familia participaron activamente en la resistencia francesa y se convirtieron en símbolos de valentía y coraje.