Biografía de Kenjiro Otani
Kenjiro Otani, nacido en Tokio en 1899, comenzó su carrera en el mundo del entretenimiento como cantante de enka, un género japonés de música popular. Incluso llegó a grabar varias canciones que tuvieron cierta popularidad en su país, siendo su mayor éxito “Yosaku”, una canción tradicional japonesa.
Además de su carrera musical, Otani también trabajó en el mundo del cine en varios papeles secundarios hasta que finalmente encontró su verdadera pasión en el teatro. Estudió interpretación en la Escuela de Teatro Mita y debutó en el escenario en 1923. Poco después, se unió a la compañía teatral Shinkokugeki y comenzó a actuar en obras de teatro moderno y piezas de Kabuki (un estilo de teatro tradicional japonés).
En la década de 1930, ve su momento de mayor éxito en el mundo del teatro. Fue parte del elenco de la obra “Love Suicides at Sonezaki” en su debut en el Metropolitan Theatre de Tokio y recibió elogios de la crítica y del público. Luego, se unió a otras compañías teatrales importantes de la época y amplió aún más su repertorio. Otani se destacó no solo en papeles dramáticos, sino también en comedias y musicales.
En la década de 1940, la Segunda Guerra Mundial afectó gravemente a la industria del entretenimiento en Japón, y muchos actores se vieron obligados a trabajar como soldados o a abandonar sus carreras. Otani, debido a sus años de servicio militar en la Primera Guerra Sino-Japonesa, ya no era elegible para el servicio. Como resultado, continuó actuando, principalmente en obras de kabuki.
En la década de 1950, Otani regresó al cine y apareció en películas de chanbara (películas de samuráis) y dramas. Uno de sus papeles más notables fue en la película “Until We Meet Again” (1951), donde interpretó a un médico japonés que atiende a los heridos durante la Guerra de Corea. También continuó actuando en teatro y, en 1964, recibió el Premio Nacional de las Artes de Japón en reconocimiento a sus logros en el mundo del entretenimiento.
En resumen, la vida de Kenjiro Otani fue una mezcla de éxito y superación de obstáculos. Desde cantante hasta actor de teatro y cine, Otani dejó una huella duradera en la cultura japonesa de la época. Su dedicación y pasión por el mundo del entretenimiento lo mantuvo activo durante muchos años, y su legado sigue siendo recordado hoy en día. A pesar de las dificultades que enfrentó a lo largo de su carrera, Otani continuó actuando y entretiendo al público hasta su fallecimiento en 1965.