Biografía de Horst Schram
Horst Schram, cuyo nombre real es Horst-Heinz Schremmer, nació el 20 de octubre de 1939 en Dalhausen, un pequeño pueblo en Alemania. Fue el único hijo de sus padres, quienes eran campesinos y trabajaban arduamente en su granja. Desde su infancia, Schram se mostró muy interesado en el arte y la actuación, pero debido a la difícil situación económica de su familia, nunca pudo ingresar a una escuela de arte.
En su juventud, Schram decidió que quería convertirse en actor; sin embargo, su padre se opuso a esta idea, y en su lugar, lo obligó a trabajar con él en la granja familiar. Durante varios años, Schram trabajó en la granja mientras trataba de encontrar algún trabajo a tiempo parcial en el área de la actuación. Eventualmente, se mudó a Berlín para seguir sus sueños, pero las cosas no resultaron como esperaba.
Sin embargo, después de varios años de luchar por su carrera en la actuación, Schram finalmente logró conseguir algunos trabajos en televisión y cine. Uno de sus primeros papeles importantes fue en una película francesa llamada “Le Crime ne paie pas” (El crimen no paga), que se estrenó en 1962. La película tuvo un gran éxito y Schram se convirtió en un actor reconocido en Europa.
A partir de entonces, su carrera continuó creciendo, y Schram actuó en varios programas de televisión y películas en toda Europa. Algunas de sus películas más conocidas incluyen "The Boatniks" (1970), "Mussolini: Ultimo atto" (1974), "El hombre que vino del odio" (1976) y "El perfume de la dama de negro" (1974), entre otras.
Curiosamente, a pesar de haber trabajado con algunos de los más grandes actores y directores europeos, Schram nunca logró alcanzar el mismo éxito en Hollywood. De hecho, su carrera en Estados Unidos fue muy limitada, y solo participó en algunas películas y series de televisión menores.
En general, la vida de Horst Schram fue una lucha constante para lograr hacer lo que más amaba. A pesar de las dificultades que tuvo que afrontar en su carrera, logró ser un actor importante en Europa y dejó una marca indeleble en la historia del cine.