Biografía de Hilda Plowright
Hilda Plowright, la artista británica, tuvo una infancia fascinante y llena de aventuras que eventualmente prepararon el escenario para su carrera en las artes escénicas. Hilda nació en Leeds, Yorkshire, Inglaterra, en 1890 y fue la segunda de seis hijos. Sus padres eran dueños de una fábrica de lana y vivían en una casa grande en los suburbios de Leeds. La familia viajaba frecuentemente por razones comerciales, lo que le permitió a Hilda experimentar diferentes estilos de vida en Inglaterra y Escocia.
Hilda creció en medio de la naturaleza y desarrolló una pasión por el arte en todas sus formas, especialmente la música y la pintura. Durante sus años de adolescencia, Plowright estudió en una escuela de arte de mujeres y destacó en la cerámica y la pintura. También le gustaba la música y la actuación, y pasaba mucho tiempo en el salón de su casa ensayando para sus amigos y familiares.
Con el tiempo, la fábrica de lana de su familia comenzó a sufrir dificultades financieras, y Hilda dejó su educación en la Academia de Arte para trabajar en la fábrica. Trabajó allí durante muchos años hasta que finalmente se casó con un hombre llamado Henry en 1917. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, Henry, igualmente apasionado por la actuación, se unió al ejército y Hilda se sumó a la Cruz Roja para brindar apoyo a los soldados heridos.
Luego de la guerra, el matrimonio de Hilda y Henry se trasladó a Londres donde se unieron a un grupo de teatro llamado 'The Old Vic' y comenzaron a actuar en producciones teatrales. Hilda trabajó incansablemente para establecerse en el mundo del teatro y en 1947 contrajo matrimonio por segunda vez con el director y dramaturgo Tyrone Guthrie, formando una de las uniones principales en la historia del teatro.
En general, la vida de Hilda Plowright fue una aventura constante, fue atravesada por los altibajos económicos, personales y emocionales y nunca se detuvo ante los desafíos que enfrentó. A pesar de estos imprevistos, Hilda mantenía su pasión por la actuación y finalmente se ganaría la reputación de ser una de las más grandes actrices británicas en la historia del teatro.
