Biografía de Harold Scott
Harold Scott nació el 5 de mayo de 1921 en Nueva York, Estados Unidos. Su familia era de origen irlandés y Scott creció en el Seneca Village, un barrio de Manhattan que fue demolido en la década de 1850 para dar paso al Central Park. En su niñez y adolescencia, Scott fue un chico inteligente y curioso, con un gran interés por la lectura y la cultura en general. Sus amigos y familiares lo describen como un chico introvertido pero con una gran sensibilidad y pasión por el arte.
A pesar de su amor por el arte, Scott no tuvo una educación formal en el campo. A los 16 años, dejó la escuela para trabajar en una fábrica de textiles y ayudar a su familia económicamente. Durante varios años, Scott trabajó en diversos empleos, desde operario de fábrica hasta vendedor ambulante, pero nunca abandonó su pasión por el arte. En su tiempo libre, frecuentaba museos y galerías de arte, asistía a conciertos y obras de teatro, y leía todo lo que caía en sus manos.
Fue en una de sus visitas a una galería de arte donde Scott conoció a una joven actriz llamada Margaret. Ellos se hicieron amigos y pronto Scott comenzó a frecuentar el mundo del teatro y la actuación. A pesar de no tener ninguna formación ni experiencia en el campo, Scott quedó fascinado por la actuación y decidió probar suerte. Se unió a una pequeña compañía de teatro de aficionados y comenzó a trabajar duro para mejorar su técnica y su juego de actuar.
A mediados de la década de 1940, después de varios años de trabajo en pequeñas producciones teatrales, Scott logró su gran oportunidad: conseguir un papel secundario en una obra de Broadway. El éxito de esa obra le abrió las puertas de la industria y en poco tiempo Scott se convirtió en un actor muy solicitado en Nueva York. En la década de 1950, hizo su debut en el cine y protagonizó varias películas de éxito en Hollywood.
En resumen, la vida de Harold Scott antes de convertirse en actor fue humilde y trabajadora, llena de dificultades económicas pero también de pasión por el arte y la cultura. Aunque nunca recibió una educación formal en actuación, su talento y dedicación lo llevaron a convertirse en una de las figuras más importantes del mundo del teatro y el cine de su época.