Biografía de Frederic Amat
Federic Amat es uno de los artistas catalanes más prolíficos y reconocidos de los últimos tiempos, con una trayectoria que se extiende a lo largo de varias décadas en las que ha conseguido crear un universo artístico muy personal, inspirado en la poesía, las tradiciones catalanas y la mitología clásica. Sin embargo, antes de convertirse en artista visual, Amat experimentó con diferentes formas de expresión, incluyendo la música y el teatro.
Nacido en Barcelona en 1957, Federic Amat empezó a interesarse por la música desde muy joven, aprendiendo a tocar diversos instrumentos y formando parte de un grupo de rock en su adolescencia. Fue durante esta época cuando conoció a algunos de los artistas que más tarde serían parte de su círculo creativo, incluyendo a Joan Brossa, uno de los poetas más importantes de la Cataluña contemporánea, en cuyos textos encontraría una gran fuente de inspiración.
A los 18 años, Amat decidió que quería dedicarse al teatro, y se matriculó en el Institut del Teatre de Barcelona para estudiar interpretación. Durante sus años en la escuela, trabajó con algunos de los profesionales más destacados del panorama teatral barcelonés, lo que le permitió adquirir una formación sólida y aprender diferentes técnicas de interpretación.
A pesar de su éxito como actor, Amat sentía que su verdadera vocación era la creación, y en los años 70 empezó a experimentar con el dibujo y la pintura. Su trayectoria artística despegó en los años 80, cuando presentó su primera exposición individual en la Galería Joan Prats de Barcelona. Desde entonces, ha realizado numerosas exposiciones en España y en el extranjero, y ha trabajado en escultura, instalaciones, dibujo, pintura, grabado, diseño gráfico y teatro, siempre con una visión muy personal y un gran compromiso con su tierra y su cultura.
En resumen, la vida de Federic Amat antes de convertirse en actor estuvo marcada por su interés por la música y el teatro, dos disciplinas que le permitieron desarrollar su creatividad y relacionarse con otros artistas de su generación. Fue su pasión por el dibujo y la pintura lo que finalmente le llevó a dedicarse a la creación visual de manera profesional, en una carrera que ha sido una de las más influyentes en el arte catalán contemporáneo.