Biografía de Frank Runyeon
Frank Runyeon, nacido y criado en Nueva Jersey, pasó su infancia y adolescencia inmerso en la práctica de deportes, siendo el fútbol su gran pasión. En sus años de instituto, destacó en este deporte y fue seleccionado para jugar en el equipo universitario de Yale. Durante su estancia en Yale, Frank encontró en la religión un interés que fue creciendo progresivamente, hasta el punto de que, luego de graduarse, decidió ingresar en un seminario católico y comenzar a estudiar teología.
A los 29 años, Frank había completado su formación religiosa y se había convertido en un sacerdote católico. Fue asignado a una parroquia en Nueva York, donde comenzó a desarrollar su labor pastoral. Sin embargo, este trabajo no le impedía seguir cultivando su interés por el teatro y la actuación, y de hecho comenzó a representar obras de teatro en pequeñas producciones de su iglesia.
En 1984, Frank decidió abandonar el sacerdocio y perseguir una carrera en el mundo del espectáculo. Comenzó a estudiar interpretación y a participar en producciones teatrales regionales, lo que le permitió adquirir experiencia y darse a conocer. De este modo, en 1987 dio a conocer su faceta de actor, interpretando a Steve en la popular telenovela "Santa Barbara".
A partir de entonces, Frank comenzó a trabajar en la televisión, el cine y el teatro, y se convirtió en un rostro conocido entre los espectadores estadounidenses, y sobre todo, especialmente amado por los fans de las telenovelas. Participó en populares programas como "Melrose Place", "L.A. Law", "As the World Turns", "One Life to Live", entre muchas otras. También ha trabajado en películas como "Desperate Hours" y "The Forgotten One".
Además de su carrera en el mundo de la interpretación, Frank sigue cultivando su pasión por la religión, y ha escrito varios libros sobre el tema. También imparte conferencias y participa en retiros, compartiendo su experiencia como pastor y actor. Frank Runyeon es un ejemplo de cómo la búsqueda de la vocación personal y de la auténtica felicidad puede llevar a personas a explorar varios caminos, siempre con una mirada honesta y comprometida con su propia verdad interior.