Biografía de Francis McGill Perkins
Francis McGill Perkins fue un hombre de muchos talentos y habilidades, antes de convertirse en actor, tuvo una trayectoria bastante interesante. Nacido en 1897 en Louisiana, Perkins se graduó de la universidad de Tulane en New Orleans y obtuvo una maestría en la Universidad de Harvard en 1924.
Después de graduarse de Harvard, Perkins trabajó para la Comisión para el Trabajo Infantil de Nueva York y llegó a ser un activista por los derechos laborales. Fue en esta capacidad que se convirtió en amigo de presidentes como Franklin D. Roosevelt. En 1933, Perkins fue nombrado Secretario de Trabajo por el presidente Roosevelt, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar un cargo de gabinete.
Fue en su papel de Secretario de Trabajo que Perkins logró la aprobación de leyes históricas como la Ley de Normas Justas de Trabajo de 1938, que estableció el salario mínimo y la jornada laboral máxima de 44 horas a la semana. Este logro le valió un lugar en la historia laboral de Estados Unidos y fue la fundación para la eventual creación del Departamento de Trabajo.
Perkins hizo historia una vez más cuando fue elegida como la primera embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas en 1946. Ayudó a redactar la Carta de las Naciones Unidas y negoció un tratado de derechos humanos que fue firmado pero nunca ratificado.
Aunque Perkins fue una figura importante en la historia de Estados Unidos, se retiró a una vida más privada después de su carrera pública. Se mudó a Nueva York y trabajó en una organización sin fines de lucro dedicada a la educación de adultos. Fue allí donde Perkins se inscribió en un curso de actuación y descubrió su amor por el teatro.
En general, Francis Perkins fue una figura destacada y multifacética en la historia de Estados Unidos, siendo una activista laboral, política y diplomática antes de comenzar su carrera como actor. Su legado perdura en la legislación laboral y en la lucha por los derechos humanos, mientras que su amor por la actuación le permitió vivir su último capítulo de vida de una manera diferente pero igual de satisfactoria.