Biografía de Evelyn Hall
Evelyn Hall nació en 1899 en el condado de Essex, Inglaterra. Fue la menor de seis hijos y su padre era un importante empresario local. A pesar de pertenecer a una familia adinerada, Evelyn no tuvo una infancia fácil, ya que su madre murió cuando ella tenía solo dos años y su padre se dedicó en cuerpo y alma a sus negocios, dejando a los hijos al cuidado de una niñera.
Desde muy joven, Evelyn mostró una gran pasión por la música y el teatro, pero su padre no estaba muy interesado en que su hija siguiera sus sueños, por lo que la obligó a estudiar derecho en la Universidad de Oxford. Sin embargo, esto no impidió que Evelyn buscara oportunidades para actuar en producciones estudiantiles y participar en grupos teatrales locales.
Después de graduarse, Evelyn trabajó como abogada durante unos años, pero nunca dejó de soñar con ser actriz. Finalmente, a los 30 años, decidió seguir su corazón y se mudó a Londres para intentar hacer carrera en el teatro. Fue una época difícil para ella, ya que tuvo que trabajar en varios empleos mal remunerados y hacer audiciones sin tener ninguna experiencia previa en el mundo profesional del teatro.
Sin embargo, su perseverancia y talento le valieron una oportunidad en la compañía de teatro de Archibald Mackenzie, donde destacó por sus habilidades interpretativas y su capacidad para trabajar duro. A partir de ahí, su carrera despegó y actuó en varias producciones exitosas, tanto en Londres como en Nueva York.
En los años 30, Evelyn se casó con el también actor Reginald Denham y juntos formaron una exitosa pareja tanto sobre las tablas como fuera de ellas. Actuaron juntos en varias películas, entre ellas La dama de blanco (1937) y Matrimonio sin amor (1938), y fueron muy respetados en el mundo del teatro. Sin embargo, su felicidad se vio truncada cuando Reginald falleció de un ataque al corazón en 1983.
A pesar de las dificultades que Evelyn tuvo que enfrentar para lograr su sueño de ser actriz, su talento y dedicación le permitieron triunfar en una de las áreas más difíciles del mundo del arte. Su historia es un testimonio de que, con perseverancia y pasión, no existe nada que no pueda lograrse.