Biografía de Erik Bruhn
Erik Bruhn fue un bailarín y coreógrafo de ballet de origen danés, considerado uno de los más destacados del siglo XX. Nació en Copenhague en 1928, en el seno de una familia acomodada. Desde pequeño, demostró un gran talento para la danza, y comenzó a tomar clases de ballet clásico a los ocho años.
A los diecisiete, ingresó en la Royal Danish Ballet School, donde estudió con los mejores maestros de la época. Su estilo elegante y virtuoso, combinado con su físico privilegiado, llamó la atención de los directores de la compañía, que le ofrecieron un contrato como solista. Erik debutó con gran éxito en el papel de James en "La Sílfide", una de las obras más emblemáticas del ballet romántico.
Durante los años siguientes, Erik Bruhn se consolidó como una estrella del ballet escandinavo, con un repertorio amplio y variado que incluía ballet clásico, neoclásico y contemporáneo. Algunos de sus papeles más célebres fueron Albrecht en "Giselle", el príncipe Sigfrido en "El lago de los cisnes" y Romeo en la versión del ballet de John Cranko.
Sin embargo, en 1957, Erik Bruhn decidió abandonar temporalmente la danza para hacer realidad otro de sus sueños: convertirse en actor de cine. Tras varios castings, logró su primer papel importante en la película "Una gallega en México", dirigida por Miguel M. Delgado. A este le siguieron otros títulos, como "Los valientes no mueren" o "El hijo pródigo".
A pesar de su éxito en la pantalla, Erik Bruhn echaba de menos la danza, y en 1961 regresó a los escenarios con una memorable actuación en "Las criaturas de Prometeo", una obra vanguardista creada por George Balanchine. A partir de ese momento, su carrera como bailarín y coreógrafo se reactivó con nuevas fuerzas, y continuó cosechando triunfos en las principales compañías del mundo, como la Royal Ballet de Londres, el American Ballet Theatre o el Ballet Nacional de Canadá.
