Biografía de Dezsö Kertész
Dezsö Kertész nació en Budapest, Hungría, en 1884. Creció en una familia de clase media y recibió una educación formal, completando sus estudios secundarios en una escuela de Budapest. Después de graduarse, Kertész decidió seguir su pasión por la música y se matriculó en el Conservatorio Real de Budapest para estudiar violín.
Sin embargo, Kertész pronto descubrió que su verdadera pasión era el teatro, y comenzó a tomar clases de actuación. A lo largo de la década de 1910, Kertész actuó en varias compañías teatrales de Budapest y se ganó una reputación como uno de los actores más talentosos de la ciudad.
En 1914, Kertész se casó con una actriz llamada Ilona Csaholyi, con quien tuvo un hijo. En los años siguientes, trabajó como actor y director en varias compañías de teatro en Hungría y Alemania, ganando fama por su habilidad para interpretar una amplia variedad de personajes.
Sin embargo, la carrera de Kertész se vio truncada por la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto, sirvió en el ejército austrohúngaro y fue capturado por las fuerzas británicas al final de la guerra. Tras pasar un tiempo en prisión en Inglaterra, Kertész regresó a Hungría y encontró trabajo como actor en una compañía teatral en Budapest.
A pesar de haber disfrutado de un gran éxito en el teatro, Kertész sentía que su verdadera vocación era el cine. En 1919, hizo su debut cinematográfico en la película húngara The Man with the Golden Touch, y en los años siguientes actuó en varias películas más. Sin embargo, su carrera cinematográfica no despegó hasta que emigró a Hollywood en la década de 1920, cuando cambió su nombre a Michael Curtiz y se convirtió en uno de los directores más influyentes de la época.
En resumen, Dezsö Kertész pasó la mayor parte de su carrera en el teatro, actuando y dirigiendo en compañías de Hungría y Alemania. Después de enfrentar dificultades debido a la Primera Guerra Mundial y la falta de oportunidades en el cine en Europa, emigró a Hollywood, donde cambió su nombre a Michael Curtiz y se convirtió en uno de los cineastas más influyentes de la época. A lo largo de su carrera, Curtiz dirigió algunas de las películas más populares de la época dorada de Hollywood, incluyendo Casablanca, por la cual ganó un Premio de la Academia en 1942.