Biografía de Asbestos Felt
Asbestos Felt, cuyo nombre real era John T. Felt, nació en Baltimore, Maryland, en 1887. Se sabe muy poco acerca de su infancia y adolescencia, pero se dice que desde joven sentía una gran pasión por la actuación y se preparó para ello.
En sus primeros años, Felt trabajó en Nueva York como fabricante de cortinas y como dependiente de una tienda. Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la actuación, y en 1912 se trasladó a California para perseguir sus sueños.
En California, Asbestos Felt comenzó a trabajar como extra en películas mudas. Fue en este momento cuando adoptó su nombre artístico, Asbestos, debido a su capacidad para representar escenas peligrosas que implicaban fuego y explosiones. Con el tiempo, sus habilidades en pantalla y su nombre artístico se volvieron tan populares que comenzó a aparecer como personaje secundario en películas importantes de Hollywood.
En los años 20 y 30, Asbestos Felt se convirtió en uno de los actores más reconocidos y respetados de Hollywood. Algunas de sus apariciones más notables fueron en películas como "La isla del tesoro" (1920), "El ángel de la calle" (1928) y "Robin Hood del Oeste" (1938). Además de su talento en pantalla, Asbestos Felt se destacó por su personalidad carismática y amistosa, lo que le valió el respeto y la admiración de sus compañeros de reparto y de la industria en general.
Asbestos Felt continuó trabajando en películas hasta finales de la década de 1940. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, durante la cual se unió al ejército y prestó servicio como miembro del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Después de la guerra, regresó a su carrera de actuación, pero su tiempo en el servicio militar había tenido un impacto en él y se volvió más reservado y hablaba menos sobre sus experiencias en la guerra.
En resumen, la vida de Asbestos Felt antes de convertirse en actor es poco conocida, pero su dedicación y pasión por la actuación lo llevaron a convertirse en uno de los actores más respetados y populares de su tiempo. Su carisma en pantalla y su personalidad amistosa le permitieron crear relaciones fuertes en la industria del cine, y su patriotismo lo llevó a servir a su país durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que murió en 1952 a los 65 años, su legado y su contribución al cine de Hollywood siguen siendo recordados hoy.