Biografía de Antonio Cubillo
Antonio Cubillo era originario de Lanzarote, una de las islas del archipiélago canario en España. Nació en una familia modesta el 20 de septiembre de 1926 y creció en un ambiente rural, en el que la pesca y la agricultura eran las principales actividades. Desde joven mostró gran interés por la cultura y la política, y se integró en diferentes asociaciones juveniles que fomentaban la lectura y la reflexión crítica.
En los años cuarenta, cuando España estaba bajo el régimen franquista, Antonio Cubillo se involucró en la lucha antifascista y se unió al Partido Comunista. Tras participar en diversas acciones de resistencia contra el régimen, fue detenido y encarcelado en la prisión de Las Palmas de Gran Canaria. Allí su talento para el teatro y la declamación se hizo evidente, y formó parte de un grupo de presos que realizaba representaciones teatrales para el resto de los reclusos.
Después de pasar varios años en prisión, Cubillo fue liberado y se exilió en París, donde continuó su formación artística y política. Allí se relacionó con numerosos intelectuales y artistas españoles y participó en la creación de varias compañías de teatro y en la revista Hora de España, que difundía la cultura del exilio. También formó parte de la Resistencia francesa y colaboró con diferentes organizaciones antifranquistas.
En los años cincuenta y sesenta, Antonio Cubillo se trasladó a Argelia y se integró en el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad, que luchaba por la independencia de la región del Sahara occidental. Allí desarrolló una intensa actividad política y cultural, y fundó el Frente Polisario, una organización que buscaba la independencia de Sahara occidental. Para llevar adelante su lucha, Cubillo también se involucró en la diplomacia internacional y buscó el apoyo de diferentes gobiernos y organizaciones internacionales.
En resumen, la vida de Antonio Cubillo antes de convertirse en actor estuvo marcada por una intensa actividad política y cultural, en la que destacó su compromiso con la lucha antifascista y su participación en diferentes organizaciones de izquierda. Su experiencia en la prisión y en el exilio le permitió desarrollar su talento artístico y teatral, que luego aplicaría en la creación de diferentes compañías de teatro y en la difusión de la cultura del exilio. Su compromiso con la independencia de Sahara occidental y su trabajo diplomático a nivel internacional lo convirtieron en una figura destacada en la lucha por la libertad y la justicia.