Carolco Pictures: La productora que pudo reinar
Analizamos el auge y caída de Carolco Pictures, una de las grandes productoras del Hollywood de los años 80 y 90 con títulos como la saga Rambo, Terminator 2, Desafío total o Instinto Básico.
Hoy en día es prácticamente imposible pero en el siglo pasado era común el surgimiento de productoras independientes que si lograban encadenar un par de éxitos de taquilla pasaban de la nada al todo.
El último caso y uno de los más paradigmáticos es el de Carolco Pictures, compañía creada por los productores Mario Kassar y Andrew G. Vajna que logró encadenar durante los años 80 y la primera mitad de los 90 varios de los grandes blockbusters que definieron el cine comercial de Hollywood de aquellos años.
Kassar y Vajna consiguieron combinar grandes blockbusters como Terminator 2: El día del juicio final, Rambo o Desafío total con películas con ambición de Oscar como La caja de música, Chaplin o Hamlet: El honor de la venganza, que de alguna manera marcaron el camino a seguir para que años después los hermanos Weinstein triunfasen con Miramax.
En 1995 Carolco quebró a raíz del batacazo en taquilla que supuso La isla de las cabezas cortadas pero antes de eso nos dejo varios títulos emblemáticos que todos conocemos y que hacían que el mítico logotipo de Carolco al comienzo de una película fuese para los amantes del cine de entretenimiento garantía de que íbamos a echar un par de buenas horas en el cine.
En Cines.com tenemos cierta tendencia a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor y por eso hoy vamos a dedicar un homenaje a la productora y a Mario Kassar recordando su historia y trayectoria a través de las grandes películas de la historia de Carolco.
Carolco: cuando el blockbuster y el cine de calidad iban de la mano
Al final de la escalera (1980)
Alejandro Amenábar la cita siempre como su película de terror favorita de la historia del cine y si la estrella invitada de ese magistral docureality que fue Alaska y Mario lo dice, va a misa.
En taquilla fue un éxito moderado pero con el auge de los videoclubs —benditos lugares— a comienzos de los 80 proporcionó a Carolco pingües beneficios que le ayudaron a producir la película que supuso su despegue definitivo.
Acorralado (Rambo: First Blood) (1982)
Mario Kassar vio en Stallone la estrella ideal para que Carolco diese un salto de calidad y la jugada le salió de diez, con una inversión de apenas diez millones de dólares para una taquilla mundial de más de 180 millones.
Rambo II (1985)
A nivel cinematográfico esta secuela era inferior a la cinta original pero aún así era un título muy disfrutable que convirtió los 25 millones de inversión en trescientos tras pasar por taquilla.
Carolco era ya una grande de Hollywood y abrió oficinas en Sunset Boulevard para petarlo a lo grande.
El corazón del ángel (1987)
Su primer intento fue este excelente thriller de terror que cumplió a nivel de crítica pero no tanto en taquilla. De todas formas el dinero que no ganó con esta película lo consiguió con creces con Rambo III y Mario Kassar comenzó a hacer varias adquisiciones de productoras menores que aumentaron el músculo de Carolco.
Danko: Calor Rojo (1988)
Un policía ruso viaja a Chicago para trabajar con un policía local. Sus personalidades son opuestas pero para el espectador amante del cine de acción de los 80 nada puede salir mal. La película más Cannon de Carolco —otro día hablaremos de la Cannon tranquilos—.
Campo de sueños (1989)
Un granjero de Iowa recibe un buen día el encargo por una misteriosa voz de construir en sus tierras un campo de beisbol para que las leyendas fallecidas del beisbol vuelvan a reunirse para jugar su último partido. En manos de otro director hubiera dado para peli de miedo pero el artesano Phil Alden Robinson rodó un título emotivo que acercó el cine de Carolco al público familiar.
La caja de música (1989)
La película supuso además uno de los encuentros profesionales más decisivos de la carrera de Kassar y Carolco, el del productor con el guionista Joe Eszterhas, pero eso vendrá unas líneas más abajo, seguid leyendo.
Desafío total (1990)
El escogido fue Paul Verhoeven y el resultado final fue una obra maestra de la ciencia ficción que ganó el Oscar a los mejores efectos especiales. La taquilla le dio otro porrón de millones a Carolco, con 261 millones para un presupuesto de 50.
Hamlet: El honor de la venganza (1990)
El resultado fue más que correcto a nivel artístico gracias al buen hacer de Gibson, el talento tras las cámaras de Franco Zeffirelli, y la magistral banda sonora de Ennio Morricone. Sin embargo la taquilla no fue nada del otro mundo y los Oscar solo reconocieron a la película nominándola a mejor dirección artística y vestuario.
Terminator 2: El día del juicio final (1991)
Era el todo o nada para Carolco pero la moneda cayó de cara y Terminator 2: El día del juicio final arrasó los cines de todo el mundo sumando más de quinientos millones de dólares y convirtiéndose además en un antes y después para los efectos especiales como no se veía desde los tiempos de Star Wars IV: Una nueva esperanza.
The Doors (1991)
La crítica no la trató con cariño y el público estaba en aquellos tiempos a otras cosas así que la película fue un —injusto— batacazo en toda regla para Carolco.
Una pena porque entre otras cosas supuso la ruptura de relaciones entre Kassar y Oliver Stone, director de la cinta que hubiera podido hacer grandes cosas bajo el paraguas de Carolco en el futuro.
Instinto Básico (1992)
El guion original de Joe Eszterhas llevaba más de una década pululando por los estudios hasta que de repente, como suele suceder en Hollywood, se desató una subasta por hacerse con sus derechos. Kassar se llevó el gato al agua por su relación de amistad con Eszterhas a raíz de su colaboración en La caja de música y sobre todo por los tres millones de dólares que pagó.
Con un presupuesto de casi cincuenta millones recaudó 352 en todo el mundo. El cruce de piernas de Sharon Stone es una imagen icónica de la historia del cine e Instinto básico un thriller modélico que mantiene el pulso aún vista hoy en día.
Soldado universal (1992)
Roland Emmerich se dio a conocer en Hollywood dirigiendo esta mezcla de ciencia ficción y acción que consolidó a Van Damme en la industria americana y dejó pingües beneficios en las arcas de Carolco.
Con los años contó con varias secuelas directas a video a cada cual peor que la anterior.
Chaplin (1992)
El resultado es una película hermosa, de impecable factura y preciosa banda sonora de John Barry. Robert Downey Jr. Demostró su enorme talento y fue nominado al Oscar a mejor actor antes de caer durante más de una década en las drogas y ser rescatado por Marvel. Kassar, eso sí, volvió a quedarse con las ganas de lograr el Oscar y ni siquiera fue nominado.
Máximo riesgo (1993)
La película fue un éxito de crítica y sobre todo de taquilla, con 255 millones de dólares, pero Carolco había compartido los gastos de producción con TriStar a cambio de cederle parte de la distribución, con lo que el beneficio que sacó finalmente del excelente thriller alpino dirigido por Renny Harlin fue prácticamente nulo.
Stargate (1994)
Nuevamente se repartió la producción, en este caso con MGM, a cambio de cederle los derechos de distribución en Estados Unidos pero esta vez sí que sacó réditos, pues Stargate fue más exitosa en el mercado internacional (125$ millones) que en el doméstico (71$ millones).
Carolco seguía siendo garantía de cine de gran presupuesto de calidad pero, aunque había conseguido ganancias de nuevo y equilibrar las cuentas, su modo de funcionamiento al estilo de un estudio independiente a pesar de producir blockbusters seguía siendo su gran losa y causaría su quiebra definitiva solo un año después.
Showgirls (1995)
Para empezar las principales estrellas femeninas del momento rechazaron el papel protagonista por sus fuertes escenas de desnudo y Kassar pensó que podía confiar la suerte de una película de estas características a Elizabeth Berkley, conocida en aquel entonces solo por el público que justamente no iba a poder ver la película en los cines, el infantil y adolescente que la veía en la serie Salvados por la campana.
La producción estuvo además plagada de problemas y el resultado fue una película destrozada por la crítica e ignorada por el público que sin embargo fue posteriormente un gran éxito en el mercado de videoclub, adquiriendo con los años la condición de película de culto trash. Carolco estaba tocada pero no hundida todavía…
La isla de las cabezas cortadas (1995)
La apuesta de Kassar fue este último, titulado La isla de las cabezas cortadas y con Michael Douglas y Geena Davis como protagonistas. El rodaje estuvo plagado de problemas desde el principio debido a las dificultades intrínsecas de rodar en alta mar. A las pocas semanas Michael Douglas se bajó —nunca mejor dicho— del barco y Kassar, sin dinero para invertir en una estrella de igual rango, apostó por Matthew Modine para sustituirle.
Cuando la película llegó a los cines la situación era desesperada para Carolco y el público, que huele un muerto a millas de distancia, no confió en una película que es mucho más estimable de lo que en su día se dijo de ella. Con cien millones invertidos para una taquilla mundial que no llegó a los veinte, la suerte de Carolco estaba echada.
El final de Carolco y de una era
La quiebra de Carolco supuso el fin de una época, la de los grandes productores, capaces de levantar un estudio de cine de la nada y pelear de tú a tú con las grandes majors de Hollywood. Algunos dirán que los hermanos Weinstein lograrían lo mismo a través de Miramax años después, pero Disney estaba detrás de Miramax y era un estudio enfocado a producciones de coste medio dirigidas claramente a los Oscar. Carolco sin embargo nos dio durante los poco más de quince años de vida que tuvo cine de gran presupuesto que creó un estilo propio, redefinió el blockbuster y legó títulos emblemáticos para la historia del cine.
En cuanto a Mario Kassar, su carrera post Carolco se redujo a la excelente versión de Lolita que dirigió Adrian Lyne, la comedia Soy espía con Eddie Murphy y Owen Wilson que fracasó en taquilla, y a intentar reverdecer viejos laureles con una de las peores secuelas de la historia del cine: Instinto básico 2. La película fue un tremendo fracaso que confirmó que Kassar había perdido su mojo y ya solo le quedaba seguir explotando los derechos que ostentaba sobre Terminator, para lo cual se reunió de nuevo con su viejo socio Andrew G. Vajna y crearon C2 Pictures, compañía a través de la cual dieron salida a Terminator 3: La rebelión de las máquinas, Terminator: Salvation y la excelente serie Las crónicas de Sarah Connor, en la que muchos ya descubrimos a Lena Headey años antes de Juego de tronos.
De 2009 a 2019 este libanés afincado en Hollywood se dedicó a lamerse las heridas y —seamos claros— a disfrutar de los millones que había amasado durante sus años de fortuna. El año pasado volvió a la actividad con dos producciones de acción de serie B que nadie vio y tiene otros tres títulos más en cartera del mismo tipo que vienen a reafirmar que el Mario Kassar al que muchos admiramos ya nunca volverá así que gracias por todo y, cómo diría el protagonista de una de tus grandes producciones: sayonara Mario.