10 comedias en Filmin para amantes del humor negro
Quien se decante por la comedia en busca de historias amables se llevará un chasco con las diez películas que hemos seleccionado en este artículo: comedias negras, extrañas o incluso incómodas. Desde clásicos de maestros como Hitchcock o Buñuel a títulos de la última década como Relatos salvajes, que ya se han convertido en obras de culto o están en camino de lograrlo. Todos están disponibles en la plataforma Filmin.
Cuando la comedia no es cine ligero: Las 10 mejores comedias de humor negro que se pueden ver en Filmin
Entre el amplísimo catálogo de clásicos y de cine moderno de la plataforma de vídeo por demanda Filmin, hoy vamos a destacar diez títulos que desafían el concepto tradicional de comedia como cine ligero o edulcorado. Películas llenas de humor pero con elementos terroríficos, de violencia, incómodos o de crítica social. Estas son las 10 mejores comedias negras, extrañas, o que desafían a su género, que destacamos de la oferta de Filmin.
Pero quién mató a Harry (Alfred Hitchcock, 1955)
Siendo ya un director de éxito que acababa de triunfar con La ventana indiscreta (1954), Hitchcock se relajó llevando a cabo la más británica de sus películas norteamericanas, un murder mistery en el que los habitantes de un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra reaccionan con una enorme flema ante la aparición de un cadáver en la campiña. A nadie, y menos aun a su viuda, parece entristecerle la muerte de Harry ni preocuparle quien ha sido su asesino. Si el maestro inglés es el creador del género del thriller, basado en su teoría sobre el suspense en la narración, aquí fue un pionero de la comedia negra, que con anterioridad casi se había limitado al clásico Arsénico por compasión, de Frank Capra (1944).
Filmin ofrece una recopilación bastante completa de las obras de Hitchcock. Cierto grado de ironía está presente en todas ellas, pero destaca en particular por su humor negrísimo uno de sus últimos títulos, Frenesí (1972).
La comedia de los horrores (Jacques Tourneur, 1963)
La censura franquista no permitió que en España se pudiera ver la única incursión relevante en la comedia del director Jacques Tourneur, todo un indie en su momento, aunque no existiera el término, autor de clásicos del terror y del western de serie B.
Hoy en día La comedia de los horrores, no exhibida en nuestro país hasta 1984, también habría tenido muchos problemas para estrenarse, al tener como antihéroe de la función al gran Vincent Price encarnando a un tipo despreciable dueño de una funeraria, que se divierte humillando a su mujer y a su empleado, y que, ante la ausencia de clientes que eviten la ruina de su negocio, decide buscarlos él mismo. Digamos que es un predecesor de Torrente en versión más elegante y aristocrática, aunque en realidad mucho más hardcore. Imprescindible para los amantes del humor negro, pero no apta para ofendiditos.
El discreto encanto de la burguesía (Luis Buñuel, 1972)
El título más emblemático de la comedia surrealista puso la guinda a la etapa francesa de Buñuel, consiguiéndole el Oscar a lo que hoy se llama mejor película internacional. Tras trabajos más transgresores y analíticos como Belle de jour, el genio de Calanda continuó su crítica a las convenciones de la clase acomodada empapándose de la frivolidad de la misma y ofreciendo una sucesión de situaciones absurdas, que podrían colocarse en diferente orden con el mismo resultado, con las que demostró que la vanguardia y el cine más personal son compatibles con un tono aparentemente ligero y accesible.
Filmin ofrece también la siguiente obra de Buñuel, El fantasma de la libertad (1974), donde la premisa y el tono de El discreto encanto de la burguesía se llevan aun más al extremo, y también Ensayo de un crimen (1955), la comedia más negra del genio de Calanda, en esta ocasión bajo el envoltorio del melodrama mexicano.
Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1981)
La obra más famosa del director John Landis es el mítico videoclip Thriller de Michael Jackson, en el que aborda el terror con una mirada llena de humor. Según Landis, Jackson le telefoneó personalmente por lo mucho que le había gustado esta película, basada en la idea de un buen chico americano convertido en hombre lobo. Títulos como este sacaron al terror de la seriedad y la lectura sociopolítica de los clásicos de los años 70 y lo llevaron hacia un terreno mucho más pop y desenfadado.
En Filmin también podemos ver Cuando llega la noche, del mismo autor, un thriller nocturno también con un importante toque de humor, así como varios títulos de Joe Dante, otro director con una filosofía muy similar a Landis. No disponen de la obra más exitosa de Dante, Gremlims, pero sí de la comedia de terror No matarás al vecino.
Algo salvaje (Jonathan Demme, 1986)
El personaje de Jeff Daniels, con su cara de chico americano sanote, escondía un lado rebelde que se limitaba a hacer simpas en los restaurantes hasta que conocía a la horma de su zapato, una buscavidas (Melanie Griffith) que lo espabilaba, atándolo en primer lugar a la cama, y luego introduciéndolo en una espiral de aventura en la que él se dejaba llevar con gran agrado. No obstante, tras la borrachera llega la resaca, y el lado salvaje mostraba las uñas en un cambio de tercio hacia el thriller arriesgado y muy bien resuelto en la parte final de la película.
Jonathan Demme, que unos años más tarde ganaría el Oscar en su giro hacia el terror con El silencio de los corderos, sintetizaba aquí su gusto por la comedia clásica de enredo y al mismo tiempo por el underground, antes de que la etiqueta indie se pusiera de moda. Filmin permite además disfrutar de otra estupenda comedia igualmente neoyorquina y llena de pasión por la vida, Casada con todos.
Tira a mamá del tren (Danny de Vito, 1987)
Aparte del contrapunto del héroe romántico o de acción en comedias ochenteras como Los gemelos golpean dos veces o Tras el corazón verde, Danny de Vito, un italoamericano de pequeña estatura y mala leche, es el rey en Hollywood de la comedia ácida en la que la familia sale muy mal parada. En su opera prima, un pastiche posmoderno de Extraños en un tren, contó además con Billy Cristal, otro de los actores con más vis cómica de la época, para llevar hacia el humor negro tanto el universo retorcido de crímenes y culpabilidad de Patricia Highsmith, la autora de la novela, como la ironía británica de Alfred Hitchcock.
De Vito se superó en sus siguientes trabajos como director, La guerra de los Rose, uno de los principales referentes del cine sobre divorcios, y Matilda, adaptación de una novela de Roald Dahl en la que propone sin pudor buscar otra familia si la que tienes no te satisface. Por desgracia ambos están ausentes de las principales plataformas de vídeo por demanda.
La muerte os sienta tan bien (Robert Zemeckis, 1993)
Meryl Streep, harta de protagonizar dramones lacrimógenos, y Goldie Hawn, cuyos éxitos de juventud empezaban a quedar ya lejos, se divirtieron interpretando a unas caricaturas de sí mismas: dos divas en el tránsito entre la mediana edad y la madurez dispuestas a vender su alma al diablo, literalmente, para conservarse jóvenes, y condenadas por ello a emplear la vanguardia de los efectos especiales de la época en despellejarse, pegarse tiros y darse mamporros la una a la otra hasta el fin de los tiempos, también literalmente. Aunque la misoginia del concepto levantó alguna que otra crítica en su momento, eran los 90, existía el sentido del humor, y a los ofendiditos se les hacía muy poco caso.
El director Robert Zemeckis, alumno de Steven Spielberg, había arrasado en los años 80 con Tras el corazón verde, Regreso al futuro y Quién engañó a Roger Rabbitt, pero se pegó un castañazo con esta carísima comedia demasiado sofisticada para el público masivo, pero a la vez con un tratamiento demasiado mainstream y blando para llegar a ser transgresora y de culto. Se trata de una de esas películas fallidas pero que no hay que perderse.
Turistas (Ben Wheatley, 2012)
Esta gamberrada típicamente británica le daba una vuelta al concepto de turismo no sostenible al presentarnos a un dominguero en busca de paisajes bucólicos con una personalidad psicopática cada vez más evidente, y, lo más transgresor, a una chica aparentemente “normal” que permanece a su lado seducida al hacer realidad la fantasía que todos tenemos de quitarnos de en medio de una forma un tanto radical a personas irritantes, maleducadas o indeseables.
Turistas triunfó en el Festival de Sitges, consiguiendo los premios a mejor actriz y mejor guión, y está trabajándose su condición de título de culto no para todos los públicos, de estreno discreto en su día, pero que se mantiene con los años mientras otras películas de mayor renombre van pasando al olvido.
Relatos salvajes (Damián Szifron, 2014)
Argentina tiene una tradición de humor negro mucho mayor que España, donde sería más complicado levantar un proyecto con el nivel de producción que tiene Relatos salvajes, cuyo título lo dice todo: un film de episodios, algo que en principio es un handicap para el público, con contenido violento y de humor entre ácido y canalla. Naturalmente el nivel y el metraje de las diferentes historias es muy diferente, pero todas giran en torno a situaciones extremas donde algún personaje pierde el control.
Una propuesta muy arriesgada pero también muy exitosa; por supuesto no podía faltar Ricardo Darín, requisito imprescindible para que un título argentino consiga distribución en nuestro país.
Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015)
La comedia más psicópata de la última década no la podía ofrecer nadie más que Yorgos Lanthimos, que ha pasado en 10 años de perro verde a pope del mundo hipster y posteriormente a director extranjero de qualité en los Oscar.
El director llevó a cabo aquí su salto de Grecia al mercado internacional, con esta distopía angustiosa y enloquecida acerca del amor romántico y la obsesión con la pareja. Es difícil decir si tienen un problema quienes no perciban que se trata de una comedia romántica con muchos momentos de humor, o al menos de una comedia romántica en clave Lanthimos con humor en clave Lanthimos, o si lo tienen quienes sí lo perciben.
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