Análisis The Walking Dead Temporada 5 capítulo 1 “No Sanctuary”

Os traemos recién sacado del horno el análisis de The Walking Dead Temporada 5 capítulo 1 “No Sanctuary”, ¡Episodio de estreno!

¡Llegó el momento! Se acabó por fin la larga y dura espera, los muertos vivientes vuelven a la televisión, y creedme, más que nunca por la puerta grande. El coloso televisivo de los últimos años regresa con su quinta temporada, con The Walking Dead en su momento más álgido de popularidad y entrando de lleno en la parte más oscura y sórdida de su desarrollo. En The Walking Dead 5×01 “No Sanctuary”, seguiremos directamente lo acontecido en el capítulo final de la Temporada 4 de la serie, el 4×16 “A”. Rick Grimes (Andrew Lincoln) y compañía se enfrentan a una de las amenazas más inquietantes desde el comienzo del apocalipsis zombi, los Termitas, pero tras la batalla con el Gobernador y la banda de merodeadores liderada por Joe, el sheriff/granjero es ahora una salvaje bestia que arrasará con todo lo que cruce en su camino si de ello depende la supervivencia de su hijo y amigos.

Robert Kirkman, guionista de los cómics y productor ejecutivo de la serie, y Scott Gimple, máximo responsable del show de televisión, nos prometieron por activa y por pasiva que los primeros seis minutos del primer capítulo de la Temporada 5 de The Walking Dead “No Sanctuary”, contendrían algunas de las secuencias más impactantes en la historia de la serie, y no mentían.

Comenzamos el capítulo desde dentro de uno de los vagones de la Terminal, pero sorprendentemente no aquel donde “El líder”, “La samurái”, “El arquero”, o “El chico” se encuentran, sino uno habitado por Gareth y otros miembros de Terminus. Estamos presenciando un flashback, donde los Termitas han sido secuestrados por otro grupo y condenados a su suerte de la misma forma que ellos ejercen ahora con los “bienvenidos” al Santuario.

Poco después volvemos al vagón de tren donde acabamos la Temporada 4 de TWD, y vemos a Rick forjando un arma con su cinturón y astillas de madera presentes en el interior del vagón. Cuando escuchan como se acercan hacia ellos algunos de los Termitas, Rick y compañía se ponen en guardia, listos para atacar y derribarles, pero por sorpresa una compuerta se abrirá sobre ellos y una granada de gas les será lanzada impidiendo sus movimientos y reacción.

Rick, Daryl Dixon (Norman Reedus), Glenn Rhee (Steven Yeun), y Bob Stookey (Larry Gilliard Jr.) aguardan amordazados y arrodillados ante un barreño de metal. Junto a ellos vemos a cuatro supervivientes más, sorprendiéndonos la presencia de Sam, miembro de aquella pareja de jóvenes que se cruzaron en el camino de Rick y Carol (Melissa McBride) en el destierro de esta última. Pero lo peor estaba por llegar. Tras los atemorizados secuestrados, se encuentran dos verdugos, uno de ellos portando un bate de beisbol (¿homenaje a Negan y Lucille?) y junto a él otro termita con ropa de carnicero y un cuchillo en su mano. Uno a uno, los supervivientes que acompañan a Rick y compañía con golpeados con dureza con el bate de beisbol, para posteriormente ser rebanados sus cuellos cayendo su sangre a borbotones sobre el barreño de metal. Sin duda, una de las escenas más cruentas vistas jamás en la serie, con una veracidad absoluta y que nos recordará a las ejecuciones más tristes vistas en diferentes informativos de la actualidad.

Nuestros supervivientes se salvan de momento, ya que no se requieren más cuerpos para su posterior traslado, pero su turno llegará en cuestión de minutos, es hora de actuar o las consecuencias serán nefastas para ellos. Bob hace un último esfuerzo por convencer a Gareth (Andrew J. West) para que no acabe con sus vidas, aludiendo a la posibilidad de encontrar una cura a manos de Eugene (Josh McDermitt). Sus intentos caen en saco roto y Gareth no escucha sus lamentos. Posteriormente, el líder de la Terminal pregunta a Rick por la bolsa que dejó en el bosque antes de entrar en el complejo. Tras amenazar Gareth con matar a Bob si Rick no habla, el sheriff responde describiendo todas las armas que se encuentran ocultas, acabando con un “machete de mango rojo” que será el que utilice para matarle. Habrá que estar atento al devenir de la serie, porque no sería de extrañar que fuera el arma que diera punto y final a la vida de este oscuro personaje.

Posteriormente, cuando la vida de nuestros supervivientes parecía llegar a su fin, y con Glenn a punto de recibir un golpe de bate en su cráneo (¿nuevo homenaje a Negan y Lucille?), una serie de disparos y una tremenda explosión pone en alarma a Gareth y sus lugartenientes. ¿Es la señal de ayuda que Rick y los supervivientes de la prisión esperaban?

En la siguiente escena nos dirigimos hacia Carol Peletier y Tyreese (Chad L. Coleman), que con la bebé Judith en brazos se dirigen al demoninado “Santuario para Todos”. La superviviente asegura a Tyreese que una vez se encuentren con los demás integrantes del grupo se marchará, pero la llegada de un grupo de caminantes obligará a detener dicha conversación, siendo éstos dirigidos por una serie de disparos que parecen provenir de la Terminal. Nos hemos remontado a momentos acontecidos poco antes de los relatados al principio del episodio, y los disparos escuchados por Carol y Tyreese provienen del tiroteo ocurrido en el capítulo final de la Temporada 4.

En su huida, se encuentran con un miembro de la Terminal, que bajo una serie de fuegos artificiales pretende llamar la atención de los zombis que se dirigen a “territorio caníbal”, hablando por un intercomunicador sobre el secuestro por ejemplo “de una chica con una espada”. Carol interrogará al ahora preso termita en el interior de una cabaña cercana, llegando a la conclusión de tener que acudir a la ayuda de sus antiguos compañeros (¿con Daryl en mente?), prometiendo que “mataré personas”. Tyreese se quedará al cargo de Judith y del Termita maniatado.

Carol, la absoluta protagonista del Episodio 1 de la Temporada 5 de The Walking Dead “No Sanctuary”, se embadurna de vísceras de caminante para poder caminar entre ellos sin ser detectadas y dirigirse junto a estos monstruos sedientos de sangre a la Terminal. A partir de aquí vemos a una Carol más dura que nunca, decidida y sin temor a nada. No cabe duda de estar ante uno de los personajes mejor desarrollados en la historia de la serie, comenzando como una servil mujer bajo el yugo de su tiránico marido, hasta convertirse en una de las supervivientes más guerreras y apasionantes que hemos podido ver. Melissa McBride es parte fundamental de la esencia de The Walking Dead, una actriz en estado de gracia a la que la serie le debe mucho a día de hoy.

Los zombis consiguen entrar en la Terminal, y Carol, ayudada por un rifle con visor francotirador, disparará hacia un gran bidón de gas cercano a los caminantes. Posteriormente lanzará uno de los cohetes con los que el Termita pretendía despistar a los muertos vivientes, hacia el gas propagado, causando una explosión brutal que lanzará los cuerpos de los zombis por los aires. A partir de aquí reinará el caos, con muertos vivientes desmembrados y calcinados, otros igual de amenazantes pero cubiertos de fuego, y una gran cantidad de miembros de la Terminal devorados de las formas más truculentas posibles. The Walking Dead comienza de forma implacable, violencia extrema y secuencias impactantes, donde las vísceras y la sangre serán un hilo conductor fundamental, y a nosotros ¡nos encanta!

Este momento de incertidumbre es aprovechado por Rick, quien con el arma creada en el interior del vagón de tren de Terminus asesinará de forma aplastante a los dos ejecutores (¡el salvaje Rick ha vuelto!). Inmediatamente liberará a sus compañeros y verá como Alex (el miembro de la Terminal que Rick agarró cuando sospechó que habían hecho daño a sus compañeros) se encontraba sobre una mesa donde sus miembros estaban siendo amputados para convertirse en carne.

Pero no tardaremos mucho en volver a la acción, con Rick, Glenn, Bob y el héroe de la ballesta (ahora sin ella) Daryl Dixon, adentrándose en una horrenda habitación compuesta de torsos y diversas partes mutiladas de cuerpos humanos. Frente a ellos encontrarán otro vagón de tren en cuyo interior alguien clama ayuda. Accederán a salvarle pese a la ingente amenaza zombi, y de su interior saldrá un extraño hombre con su cara totalmente tatuada con símbolos y con sus capacidades mentales aparentemente trastocadas, en cuestión de segundos será presa y pasto de los muertos vivientes.

Por su parte, una espectacular Carol caminando entre zombis ardiendo se adentrará en el corazón de la Terminal hasta llegar a una habitación con todo lo robado a los ejecutados en su interior. En un detalle extremadamente sentimental, vemos como decide coger sólo uno de los objetos allí presentes, la ballesta de Daryl. La fuerza de una amistad imperecedera e infranqueable (y probablemente algo más) forjada desde hace temporadas, sigue más viva que nunca pese a la distancia forzada entre ambos.

Volviendo a Rick y amigos, vemos como se cruzan ante ellos un grupo de termitas fuertemente armados. Rick Grimes, con la rapidez y habilidad de un tigre ante su presa, matará a uno de sus enemigos y con su arma despachará y ejecutará a sangre fría a todos los demás miembros de la Terminal. Rick ya no es el mismo desde lo ocurrido en The Walking Dead 4×16 “A”, y con su prominente barba está dispuesto a dar más guerra que nunca.

Una de las escenas más icónicas y explicativas del capítulo 5×01 “No Sanctuary”, acontecerá en el interior de la habitación “memorial” de la Terminal repleta de velas y mensajes. Aquí Carol y Mary (aquella que ofrecía un suculento plato de carne a cada persona que decidía formar parte del Santuario) se enfrentarán cuerpo a cuerpo. Carol, cómo no, resultará victoriosa y Mary le confesará que antes eran personas normales, pero tras ser asaltados por otro grupo que abusó de ellos física y psicológicamente, decidieron pasar a ser “los carniceros” y no “el ganado”. Tras la lucha y un disparo en su pierna, Mary quedará tendida en el suelo, y Carol abrirá la puerta de la habitación dejándola a merced de los caminantes.

Tras ello, volveremos a la cabaña con Tyreese, Judith y el termita maniatado. Éste conseguirá zafarse en un descuido de “Ty” y amenazará con romper el cuello de la bebé si Tyreese no sale por la puerta. El fortachón del martillo aceptará, pero posteriormente conseguirá volver a entrar machacando al termita a golpes hasta matarlo. El termita no se equivocaba, Tyreese era un buen hombre, pero lo que no sabía es hasta donde puede llegar cuando se enfada (es el increíble Hulk de The Walking Dead). Tras esto, volveremos brevemente al vagón de tren. Aquí, Sasha (Sonequa Martin-Green) intentará convencer a Eugene para que les cuente cómo llevará a cabo la cura en Washington D.C. Tras un tira y afloja, Eugene accederá, aludiendo a su experiencia en el tratamiento de enfermedades contagiosas y plagas, aunque Sasha no terminará de convencerse.

Sera aquí cuando Rick aparezca para abrir la puerta del vagón, y comenzará la huida de todos los supervivientes. Con Carl (Chandler Riggs), Michonne (Danai Gurira), Maggie (Laureh Cohan), Abraham (Michael Cudlitz), Rosita (Christian Serratos), Eugene, Rick, Daryl, Glenn, y Bob machacando zombis a su paso de la forma más espectacular posible. La acción es espectacular, vibrante e intensa, y el escape de la Terminal se culmina así, en un momento de máxima intensidad cargado de sana brutalidad. Terminus, o lo algunos creían que era un Santuario, es ahora un infierno pasto de las llamas.

Ya en el bosque, Rick busca el armamento oculto con la intención de volver a la Terminal para asegurarse de que no queda nadie con vida, pero Glenn y compañía le convencen para que no lo haga (posiblemente se arrepientan de ello en sucesivos episodios). Es aquí cuando llega un cúmulo de emociones positivas que contrastarán con lo sórdido de los hechos vividos hasta ahora. Carol aparecerá y un más que emocionado Daryl se abrazará a ella cubierto en lágrimas. Queda claro que la pareja formada por Carol y Daryl irá a más esta temporada, dos de los mejores supervivientes y personajes habidos y pro haber en The Walking Dead. Pero las emociones siguen, con el rencuentro entre Rick y Carl con la bebé Judith que daban por muerta, y entre los hermanos Tyreese y Sasha. Vuelve la alegría y la esperanza al grupo que tras mucho tiempo vuelve a unirse.

Rick dará el punto final a la Terminal tachando uno de los carteles que dirigen hacia ella, colocando ahora el título de “No Santuario”. Para colocar el broche al episodio(aunque aún nos falta una sorpresa de órdago), nos dirigimos hacia un nuevo flashback que nos muestra los momentos donde los miembros de la Terminal, cuando presuntamente eran personas normales, se encontraban a merced de un grupo de sádicos y violadores. Aquí descubrimos que Mary era la madre de Gareth y que uno de los maleantes causantes del cambio en la forma de pensar de los termitas, convirtiéndoles también en demonios de este apocalíptico mundo, era la persona oculta en el vagón de tren de la Terminal que Rick y compañía abrieron.

La guinda final y sublime de este episodio llega con la aparición de un misterioso personaje ataviado con una máscara. Esta persona se quitará su disfraz y resultará ser Morgan Jones (Lennie James), aquel superviviente que ayudó a Rick al comienzo de la Temporada 1 y que posteriormente vimos con sus capacidades mentales alteradas parapetado en el interior de una casa. ¡Bienvenido de nuevo Morgan! Uno de los personajes más queridos y añorados de la serie, quien parece dirigirse siguiendo unas extrañas cruces marcadas en los árboles. ¿Dejadas por Rick? ¿Dejadas por los miembros de la Terminal? ¿O por algún grupo o persona misteriosa que aún desconocemos?

CONCLUSIÓN

Es difícil estar a la altura cuando durante meses de espera te bombardean con lo que dicen ser un episodio memorable. Pero una vez acabado el visionado del capítulo uno de la Temporada 5 de The Walking Dead “No Sanctuary”, nuestro único temor ahora es saber si los creativos de la serie serán capaces de superar lo conseguido con este sublime episodio. Sería descabellado afirmar sin fisuras que estamos ante el mejor capítulo en la historia de la serie, aunque a buen seguro entra en la corta lista con imborrables episodios como el piloto de la Temporada 1 o el 4×08 “Too Far Gone”, pero sin duda alguna colma todas nuestras expectativas de sobra.

Tenemos terror, con escenas malsanas y cruentas que llenarán de horror y sangre concentrada las cuencas de nuestros ojos. Tenemos acción, con una espectacular huida de la terminal, acompañada por unos efectos especiales inconmensurables, años luz por encima de cualquier película del género zombi en las últimas dos décadas (el trabajo de Greg Nicotero en el diseño de los zombis es de los que hacen historia). Tenemos emoción, drama y sentimientos, con los diversos rencuentros que harán contener la lagrimilla al más duro e insensible de los espectadores. Y tenemos sorpresas, y qué sorpresas, porque dudo que la aparición de Morgan fuera esperada por alguien tras un episodio completo al que no le faltaba absolutamente de nada.

The Walking Dead 5×01 “No Santuario” es un episodio de los que hacen soñar, y que nos hace pensar que podemos estar ante una temporada histórica, enorme y por encima de todo lo visto hasta ahora. Un Rick más implacable y salvaje que nunca, Daryl y Carol como una pareja de supervivientes extrema, el misterio tras Eugene, la incógnita de los supervivientes de la Terminal, lazos abiertos como el paradero de Beth…Las posibilidades son infinitas, y este viaje de 16 episodios se antoja apasionante.

Unos supervivientes que han vivido bajo la oscuridad y la crueldad del apocalipsis zombi y los propios humanos. Un hábitat angosto, pésimo y terrorífico donde aún queda cabida para la esperanza. La nueva reunión de unas personas cuyo grupo forma su único mundo, aquel más que suficiente para albergar aún luz, donde la amistad, la familia y el amor son motivos inquebrantables para seguir adelante y solventar peligros y sórdidos contratiempos. The Walking Dead ha vuelto con todas las cartas sobre la mesa, y no podemos mar que recibirla con los brazos abiertos y rindiéndole pleitesía.

Pero…¿Dónde está Beth (Emily Kinney)?

VALORACIÓN FINAL: 10