Personajes femeninos en el cine: 12 películas clave
Repasamos cómo han evolucionado los personajes femeninos a lo largo de la historia del cine a través de 12 películas que han desafiado los estereotipos y han servido de modelo para llegar al momento actual en el que, aunque la igualdad todavía está lejos, ya no es excepcional ver en las películas a mujeres dueñas de su destino que no sirven solo para complementar al héroe masculino. Hacemos un recorrido desde el Hollywood clásico de Lo que el viento se llevó al cine independiente más actual de Lady Bird, pasando por la teniente Ripley, las chicas Almodóvar, y Thelma y Louise, entre otras.
12 películas imprescindibles con papeles femeninos relevantes en la historia del cine
Últimamente no dejamos de escuchar reivindicaciones pidiendo mayor presencia de mujeres detrás de la cámara, en los oficios del cine, y delante de ella con personajes femeninos que se salgan de estereotipos machistas. Es fácil notar echando un vistazo a la cartelera que en el cine comercial se cuentan más historias de hombres que de mujeres, que las actrices de mediana edad son mucho más escasas en la pantalla que sus colegas del otro sexo y que los roles de género se siguen perpetuando en muchas películas a través de héroes masculinos de acero que no expresan emociones y que resuelven sus conflictos mediante los puños mientras las chicas son víctimas frágiles que deben ser protegidas y que se echan a un lado temblorosas mientras sus hombres pelean para salvarlas y para conseguirlas.
Clint Eastwood, Steven Spielberg, M. Night Shyamalan, David Fincher o Christopher Nolan son algunos de los directores en cuyo cine las protagonistas femeninas escasean o brillan por su ausencia, pero no solo en las grandes superproducciones se puede ser un autor célebre perpetuando los roles de género tradicionales. Fernando León, director de cine independiente, militante y comprometido tiene en su haber una sola película donde la voz cantante la llevaban los personajes femeninos y, que casualidad, se trataba de prostitutas (Princesas).
No se trata de obligar a tener perspectiva de género y hacer películas románticas a los directores hombres ni de cargar a las directoras con el lastre de representar y servir de ejemplo a todas las mujeres del planeta, sino de considerar que, de haber más mujeres directoras, guionistas, montadoras y también comentaristas de películas, habría una presencia más igualitaria de ambos sexos en la pantalla, un mayor cuestionamiento de los roles de género y un mayor apoyo de crítica y público a las historias contadas desde una perspectiva femenina o desde una masculinidad menos estereotipada y excluyente. Teniendo en cuenta, eso sí, que esto funciona en términos globales pero no es aplicable caso por caso; hay muchos hombres capaces de crear estupendos personajes femeninos, como en los ejemplos que vamos a ver, y muchas mujeres cineastas que no rompen con los roles tradicionales o bien porque les gusta contar historias de acción típicamente masculinas, como Kathryn Bigelow, o bien historias románticas típicamente femeninas, como Isabel Coixet, y ambas opciones son muy respetables.
La selección de películas que se muestra a continuación, sin duda incompleta, intenta mostrar 12 puntos de inflexión que aportaron algo nuevo, o que fueron representantes de una corriente, en la representación de los personajes femeninos a lo largo de casi 80 años. Aquí va nuestra lista de 12 películas imprescindibles con personas femeninos protagonistas.
1. Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, Victor Fleming, 1939): Las ricas también lloran
Tal vez uno de los motivos por los que esta película logró convertirse en mito y no caer sepultada en el olvido junto con la mayoría de éxitos de su época es que los dos personajes principales, y muy especialmente el femenino, desafiaban las convenciones del melodrama clásico, mientras que los buenos del relato según los cánones de su tiempo, Ashley y Melanie (Leslie Howard y Olivia de Havilland) eran secundarios retratados como sosos sin sangre en las venas. Aunque frívola y caprichosa, Scarlett O’hara ( Vivien Leigh), creada por una mujer, la novelista Margaret Mitchell, es una heroína con ambición capaz de reconstruirse como el ave fénix y salir adelante por sí misma sin ayuda de ningún hombre, algo que tardaría muchas décadas en dejar de ser algo excepcional en el cine.
Es normal que los primeros personajes femeninos fuertes del cine representaran a mujeres de la élite social, que siempre han tenido mucha más cancha para saltarse las normas, pero en el siglo actual tampoco han dejado de verse en la pantalla historias que mezclan la reivindicación feminista con el clasismo mostrando el empoderamiento, si se puede llamar así, de mujeres de la aristocracia o alta burguesía, como Catherine Deneuve en Potiche, Kirsten Dunst en la revisión que hacía Sofia Coppola de la biografía de la reina María Antonieta, o, más recientemente, Meryl Streep en Los archivos del Pentágono (The Post). No obstante, en el caso de Scarlett O’Hara, el aspecto esclavista y racista del personaje sí es demasiado políticamente incorrecto para servir de referente en la actualidad, sin que ello le quite el mérito que tuvo en su momento.
2. La mujer pirata (Anne of the indies, Jacques Tourneur, 1951): Reina de los mares
Una rareza dentro del cine clásico con una protagonista empoderada capitana de su barco libre de los clichés machistas del Hollywood de la época. El director, Tourneur, fue uno de los pioneros del cine fantástico con obras de culto como La mujer pantera o Anduve con un zombie y un amante de los géneros menores, en los que podía afrontar propuestas tan arriesgadas como esta.
Con alguna que otra excepción como Encubridora, de Fritz Lang, pasó mucho tiempo hasta que se volvieron a ver en la pantalla alguna película con personajes femeninos tan libres. Y no fue hasta los años 90 cuando otra actriz, Geena Davis, volvió a interpretar a una corsaria en La isla de las cabezas cortadas, esta vez no en un título menor sino en una superproducción que, eso sí, resultó uno de los batacazos comerciales más sonados de la década.
3. Alien (Ridley Scott, 1979): La guerrera superviviente
Ridley Scott ha declarado que la famosa teniente Ripley era un hombre en el borrador inicial del guión y que fue decisión suya convertirlo en mujer para reforzar el factor sorpresa de que un personaje en principio secundario, subordinado también en el escalafón de la nave espacial en la que trabajaba, y de apariencia frágil fuera cogiendo fuerza durante el metraje del film y asumiendo el protagonismo de la historia. La ruptura con los roles tradicionales de género fue todavía más definitiva en la primera secuela, Aliens, de 1986, en la que Sigourney Weaver se mostraba como una heroína de acción totalmente en línea con el cine de testosterona de los 80 y al mismo nivel de un Stallone o Schwarzenegger.
Ellen Ripley se puede considerar la predecesora en el cine de todas las mujeres de acción que han venido después, desde Kill Bill y Tomb Rider a Los juegos del hambre o Wonder Woman.
4. Gary Cooper que estás en los cielos (Pilar Miró, 1982): El cine de autor femenino
Uno de los primeros títulos en los que el cine de autor se contaba desde una perspectiva femenina, con una mujer en crisis de mediana edad que se tiene que enfrentar a una operación a vida o muerte que le lleva a una reflexión sobre su vida y su soledad. Hasta entonces había habido personajes fuertes en el cine europeo e independiente pero se trataba de las amas de casa aristocráticas o burguesas de Antonioni o Visconti o, en el mejor de los casos, como en el cine de Bergman o de Cassavettes, de mujeres profesionales pero casi siempre profundamente neuróticas. Pilar Miró en cambio contaba una historia, con muchos puntos autobiográficos, de una mujer (Mercedes Sampietro) llevando a cabo su oficio en un entorno casi exclusivamente masculino y de cómo su situación de excepcionalidad influía, enrareciendo a veces, sus relaciones con los hombres y con las otras mujeres.
El hoy denostado Woody Allen propuso unos años más tarde otra versión femenina del más puro cine de autor a lo Bergman en Otra mujer, con una espléndida Gena Rowlands, mientras que directoras como Sally Potter llevan a cabo desde hace décadas un cine personal con perspectiva de género.
5. Buscando a Susan desesperadamente (Desperately seeking Susan, Susan Seidelman, 1985): Madame Bovary se encuentra con Madonna
El machismo se mostraba en este título del cine independiente, uno de los más exitosos dirigidos por una mujer hasta la fecha, como una jaula de oro que encorsetaba a la protagonista, un ama de casa burguesa y aburrida con un marido paternalista que soñaba con la vida bohemia y de aventura que imaginaba en Susan / Madonna.
La película explica a la perfección las razones de que Madonna se convirtiera en uno de los mayores iconos de los 80, ya que la cantante interpretaba un personaje idéntico a la imagen que deseaba proyectar como estrella del pop; Susan Seidelman, la directora y guionista, por su parte, lanzaba además el mensaje de que detrás de cada sumisa había una mujer liberada camuflada que podía salir a la luz contando con la ayuda de otras mujeres que servían de referente y de hombres que no actuaban de forma machista. No obstante, es cierto que el feminismo del film no llama a la movilización social sino que se alinea más bien, de forma típicamente americana, con la autoayuda y el descubrimiento personal.
El mismo hedonismo, desenfado y tono positivo típico de la época, que tanto echamos de menos algunos en el cine actual, se puede encontrar en Casada con todos (1988), de Jonathan Demme, con un mensaje, contenido y tono muy similar, demostrando también que la comedia romántica no tiene por qué ser sexista ni reaccionaria.
6. Desafío total (Total recall, Paul Verhoeven, 1990): La mujer objeto se rebela
Un relato corto pero complejo de Philip K. Dick, el padre literario de la ciencia-ficción de autor, inspiraba la película que introducía en las superproducciones de Hollywood la reflexión sobre el género y lo que hoy llamamos el cine deconstruido. Desafío total dejaba al desnudo los recursos narrativos del cine comercial y entre ellos la utilización de los roles de género: los personajes femeninos, una rubia glacial y peligrosa y una morena ardiente que ayuda al héroe, se mostraban abiertamente como creaciones del protagonista masculino para confort y lucimiento de este que, no obstante, acababan escapándose a su control.
Muchas feministas demonizaron la película al no ver más allá de una lectura superficial de la misma como mero entretenimiento sexista, pero por primera vez en un título comercial puntero una mujer, Sharon Stone justo antes de convertirse en gran estrella, le pegaba una paliza al mismísimo Arnold Schwarzenegger, el mayor icono de la virilidad de la época, y el relato ofrecía una segunda capa en la que la gloria del héroe masculino no era más que la fantasía compensatoria de un obrero de la construcción aburrido.
El juego de presentar a personajes femeninos en roles tradicionales de género que se ven subvertidos o ironizados, o que son objeto de reflexión y de parodia, ha sido imitado posteriormente en La última seducción o la saga Scream.
7. El silencio de los corderos (The silence of the lambs, Jonathan Demme, 1991): Inteligencia emocional
Jodie Foster ha sido siempre una de las actrices de Hollywood que más ha rehuido los papeles de mujer objeto y que ha mostrado lo que hoy se llama una perspectiva de género en su carrera. La agente del FBI Clarice Starling, que interpretaba en este thriller en la frontera con el terror, era un estupendo personaje que conjugaba las virtudes tradicionales de los héroes masculinos, como la inteligencia, la templanza y la sagacidad, con un lado emocional y vulnerable, dando a la maldad en estado puro del doctor Lecter un contrapunto humano que difícilmente habría aportado un detective masculino escrito siguiendo estereotipos de género.
La famosa agente Scully (Gillian Anderson) de Expediente X es casi una réplica de Clarice Starling; no obstante, El silencio de los corderos fue muy criticada por su presunta homofobia y su burda secuela, Hannibal, destrozaba en gran medida al personaje de Clarice al involucrarlo en una grotesca historia de amor con Lecter.
8. Thelma & Louise (Ridley Scott, 1991): La borrachera del empoderamiento
Desde hace más de 25 años es una de las películas más controvertidas por su tratamiento de los roles de género. Propone a dos protagonistas femeninas que son personajes muy ricos que evolucionan durante la película y son tratados con mucha empatía frente a una galería de secundarios masculinos estereotipos negativos y unidimensionales. Es decir, trata a los hombres como el cine machista de Hollywood trata a las mujeres: no rompe con los estereotipos de género, solo los invierte; no los neutraliza sino que los hace parecer atractivos cuando se usan en sentido contrario.
Aunque este planteamiento fue revolucionario en su momento, se podría discutir si es coherente utilizar las mismas armas del enemigo machista y si hacer lo mismo que en teoría estás criticando desmonta los argumentos del adversario o más bien los refuerza, sobre todo cuando el también polémico final de la película parece dar argumentos a quienes tildan de locas a las mujeres emancipadas.
La guionista, Callie Khouri, fue la primera mujer en ganar el Oscar en esta categoría. No obstante, su carrera no dio mucho de sí, y, aunque la película aportó su grano de arena, tampoco llegó a suponer un antes y un después en el tratamiento de los personajes femeninos en el cine comercial.
9. La mano que mece la cuna (The hand that rocks the craddle, Curtis Hanson, 1992): El rol femenino como pesadilla
Algunas feministas etiquetaron como misógino este sencillo pero influyente thriller del artesano Curtis Hanson (L. A. Confidential) sin ver más allá de que la mala de la historia era una mujer, y metiéndolo por lo tanto en el mismo saco que Atracción fatal, otro éxito de pocos años antes. Pero al rascar un poco aparecen muchos más matices: la guionista es una mujer y todos los personajes de interés de la película son femeninos; los hombres son pasivos y están de adorno en una historia que se centra en el enfrentamiento entre un ama de casa que enloquece por no tener más vida que la de esposa y madre y por haber callado ante los abusos sexuales cometidos por su marido, y una mujer profesional que ha denunciado dichos abusos y que es presentada de forma favorable. Se trata, por lo tanto, de un título que demuestra que una historia contada desde un punto de vista claramente femenino puede interesar a todo tipo de público y que, incluso circunscribiendo el relato al hogar y a la familia, se pueden dar mensajes diferentes a los tradicionales.
Mujer blanca soltera o Eclipse total fueron algunos de los títulos de los 90 que siguieron la exitosa estela de La mano que mece la cuna y se centraron en el antagonismo entre dos protagonistas femeninas.
10. Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999): Las mujeres según Almodóvar
La relación de Almodóvar con el feminismo no siempre ha sido cordial; tras una primera pelea con la abogada militante malvada de Mujeres al borde de un ataque de nervios que desembocó en guerra abierta con la escena de la violación presuntamente divertida de Kika, el director manchego se reconcilió con este colectivo dedicando la película más premiada de su carrera a todas las mujeres y a los hombres que se transforman en mujeres.
Es una historia de personajes femeninos que refuerza la etiqueta de su autor como director de actrices y en el que Cecilia Roth interpreta a una mujer fuerte y empática en la línea de otras heroínas almodovarianas que, incluso en los momentos más duros, sirve de referente y de figura materna para otras mujeres. No obstante, voces más críticas apuntan, no sin razón, que los personajes almodovarianos se comportan y tienen diálogos más propios de un show de travestis o de una reunión de gays mitómanos que de mujeres reales.
Volver, una obra posterior de su director, repetía un planteamiento similar que gira en torno a un personaje femenino central muy fuerte. En cambio Julieta, su último trabajo hasta la fecha, habla de una mujer madura en crisis que lleva a cabo una revisión poco complaciente de su pasado y se alinea más bien con el cine de autor que vimos en Gary Cooper que estás en los cielos.
11. El diablo viste de Prada (Devil wears Prada, David Frankel, 2006): Armas de mujer trabajadora
Una de las pocas comedias con personaje femenino de Hollywood que se centra en avatares profesionales y que sigue a una joven que está buscando su lugar en el mundo del trabajo y en la vida e intentando salir de la encrucijada en la que la han situado el ambiente trepa extremo de su oficina por un lado, y por el otro la apatía de su novio y su círculo de amigos que prolongan indefinidamente la adolescencia y con los que ya no se siente a gusto; la solución no consistirá en encontrar a un hombre al que seguir, como en la comedia romántica tradicional, sino en encontrarse a sí misma.
Una puesta al día de Armas de mujer que elimina los aspectos machistas que todavía existían en esta; las dos protagonistas, jefa y empleada (Meryl Streep y Anne Hathaway), ya no se van a enfrentar por un hombre sino que el guión trata del choque entre sus caracteres, de sus ambiciones profesionales y de sus logros personales con el mismo respeto con el que se abordan las historias contadas en clave masculina.
12. Lady Bird (Greta Gerwig, 2017): Perspectiva de género y de clase
Una refrescante comedia dramática independiente que pone el contrapunto adecuado a los clichés y las simplezas del feminismo tuitero de moda. Lady Bird es el retrato realista de una adolescente de clase media baja y de un conflicto madre – hija contado con una inmensa vitalidad y con una perspectiva de género íntimamente ligada a una perspectiva social que huye como de la peste del relato de las víctimas indefensas que dicta la corrección política dominante en este momento y que vemos en los relatos mainstream más premiados últimamente, como La forma del agua o El cuento de la criada. La directora no se preocupa de representar ninguna ortodoxia ideológica sino de construir personajes femeninos imperfectos pero fuertes y ricos a los que no se idealiza pero tampoco se juzga.
La teniente Ripley, la pirata Anne o la agente del FBI Clarice Starling, grandes personajes femeninos del cine
Se puede ver como los papeles femeninos que se salen de los estereotipos sexistas son muy escasos hasta la llamada revolución sexual de los años 70, y a partir de ahí comienza a haber un cambio que cristaliza hacia finales de los 80 y principios de los 90, época durante la cual abunda el cuestionamiento de los roles clásicos de género y las mujeres profesionales y empoderadas comienzan a ser algo habitual y a verse de manera positiva. No obstante, el nuevo siglo ha traído consigo un reforzamiento del machismo que ha dificultado avances significativos en este proceso; tras casi dos décadas de estancamiento, las reivindicaciones más recientes y el hecho de que el feminismo sea actualmente la ideología de moda pueden suponer un cambio con un gran potencial positivo, de traer a más mujeres tras la cámara y más personajes femeninos en películas que rompan estereotipos, pero que no deja de tener su lado oscuro con historias que siguen los clichés fáciles y la demagogia del feminismo tuitero. Esperemos que la primera tendencia sea la que se lleve el gato al agua.