Crítica de Máquina de Guerra (War Machine)
Netflix es una máquina de producir pero en esta ocasión no es desde luego una máquina de producir buen cine. Máquina de Guerra (War Machine) no consigue en ningún momento implicar al espectador en la crítica del ejército estadounidense ni tampoco conseguir al menos algún momento divertido en su intento de ser una comedia negra sobre la maquinaría bélica USA. Pitt se esfuerza pero termina siendo una caricatura.
Brad Pitt no logra salvar a Máquina de Guerra
Netflix está empeñada en convertirse en la principal plataforma audiovisual, en el estándar del streaming. Para ello lleva varios años incrementando temporada a temporada su producción propia. En series de televisión la denominación Original Netflix cuenta ya con cierto prestigio gracias a títulos como Stranger Things, House of Cards, Orange is the New Black, Master of None, o la reciente Por 13 razones, por citar solo unos pocos ejemplos. Sin embargo, en cine la cosa no pinta de momento tan bien y la plataforma de VOD no ha conseguido todavía producir la gran obra maestra, siendo Beast of no Nation el original para cine de Netflix más destacado hasta la fecha.
Máquina de Guerra (War Machine) se presentaba como una de las grandes bazas de Netflix para empezar a labrarse un prestigio en el mundo del largometraje por varios motivos. Si algo le sobra a la empresa en estos momentos es dinero. El año pasado invirtió seis mil millones de dólares en sus originales y este 2017 ha incrementado su presupuesto hasta los diez mil. Por eso no sorprendió conocer hace unos meses que Brad Pitt iba a producir y protagonizar su primera película de cine para Netflix. El actor de Moneyball ha sabido labrarse una solida reputación como productor –Oscar incluido por Doce años de esclavitud– y fue también nominado como productor por La gran apuesta. Pitt gusta siempre que puede de realizar arriesgadas caracterizaciones que le alejen un poco de la imagen de guaperas a la que, al menos durante muchos años, se le asoció. Kalifornia, Doce monos o Quemar después de leer son solo algunos ejemplos de su ductilidad como actor.
En Máquina de Guerra Brad Pitt intenta sorprender de nuevo recreando a un condecorado general de guerra estadounidense que recibe tras el 11S el encargo de encabezar el ejército de Estados Unidos en Afganistán. El general Glen McMahon es un tipo estricto, serio, de intachable curriculum militar y estajanovista hasta el paroxismo más absoluto. La caracterización que el actor hace del personaje es llamativa, con una peculiar forma de moverse y un tic que hacen pensar en alguna secuela de una operación militar. El problema es que a diferencia de otras ocasiones, en Máquina de Guerra se nota la impostura de Pitt y su intento de sorprender y hacer algo nuevo.
Guion y dirección plana que desaprovecha el buen reparto de War Machine
El guion tampoco acompaña. David Michôd, que sorprendió hace unos años con la esplendida Animal Kingdom, es el director y también el encargado de adaptar a guion la novela de Michael Hastings en la que se basa la película. Máquina de Guerra pretende ser una sátira en tono de comedia de las ansias intervencionistas de Estados Unidos en cualquier conflicto bélico que se tercie. Pero la película no consigue definir un tono en ningún momento, pasando de la comedia sin gracia al aburrimiento en bastantes pasajes. Otro de los problemas graves de Máquina de Guerra (War Machine) es su pésima factura. No hay nada de personalidad en la dirección e incluso destila un aire a telefilme en muchos momentos bastante molesto. Da la sensación de que Netflix se gastó todo el presupuesto en el notable elenco de actores, en el que además de Brad Pitt destacan los nombres de Ben Kingsley, Tilda Swinton y Topher Grace.
Una película de guerra en la que todo parezca de cartón piedra o rodado en estudio molesta. Una comedia de humor negro en la que no hay comedia ni humor negro, blanco ni de ningún color molesta, y ver como se desaprovecha a excelentes actores como Kingsley molesta también.
Solo en el último tercio de la película Máquina de Guerra levanta algo el vuelo, aunque a esas alturas la decepción ya hace tiempo que se apoderó del espectador, que solo despierta del sopor con el divertido cameo final que no desvelaré por respeto a quien no la haya visto todavía. Se queda lejos de cintas hermanas en intenciones pero muy superiores como La cortina de humo (Wag the dog) o Jarhead.
Tendremos que esperar a Okja, del coreano Bong Joon Ho (Snowpiercer) para ver si Netflix consigue por fin encontrar el camino en el cine de producción propia, algo en lo que HBO le lleva años de ventaja. Incluso una recién llegada como Amazon ya ha dado muestras de su buen tino gracias a Manchester frente al mar.
Tráiler de Máquina de Guerra (War Machine)
Crítica de Máquina de Guerra (War Machine)
- Dirección
- Guion
- Actores
- Música
Resumen
Una película que nunca consigue hallar su tono como comedia ni como sátira bélica. Filmada de forma plana y sin brio y con un Brad Pitt que en su intento de crear una caracterización llamativa termina por alejar al espectador de su personaje. Netflix fracasa en su nuevo intento de producir su primera gran película de cine.