True Detective: la nueva mejor serie de la historia de este mes
A pesar de los esfuerzos de Netflix o Amazon, HBO sigue con paso firme su conquista catódica. True Detective, la nueva mejor serie de la historia de este mes, finaliza tras ocho episodios impactantes y rodeados de misterio e intensidad marca de la casa.
Una vez emitido su último episodio, vamos a destacar alguna de sus características.
- Si tiene que durar una hora, que dure una hora.
La gente de HBO no se anda con rodeos a la hora de pegar a la gente delante de la pequeña pantalla. Los Soprano, The Wire, Boardwalk Empire o A dos metros bajo tierra eran series de episodios impecables e interminables, y True Detective no iba a ser menos. Ocho episodios, dos personajes principales, dos (o tres) líneas temporales y ocho horas por delante. Con un par de protagonistas, si en ocho horas no tienes tiempo de contar toda su vida, no eres HBO.
- ¿Quieres grandes estrellas? Qué sean productores!
Normalmente no es necesario que el reparto de un producto de calidad para la tele esté encabezado por el último ganador del Oscar al mejor actor principal, pero nuestro querido Matthew McConaughey no dudó a la hora de meterse de lleno en sus dos papeles para la serie: el de protagonista y el de productor ejecutivo. Así no hay nadie que se meta por medio para restar intensidad y fuerza a una caracterización a la que, por cierto, le sienta de fábula el peso perdido para rodar Dallas Buyers Club.
Woody Harrelson, Cary Fukunaga (director) y Nick Pizzolatto (creador) también ejecutan desde la producción.
- Con un poco de método, mucho mejor
No sería HBO si sus protagonistas no vivieran cada una de las sílabas que salen de su boca. Harrelson en activo-agresivo y McConaughey en modo opuesto regalan, si sobrevives a su piloto, un par de interpretaciones tan sentidas que hasta el más escéptico terminará entrando en su juego. Me gustaría recordar que el protagonista de Sahara, peli de la que me considero muy fan, ya se había dejado ver por la cadena en la desternillante Eastbound & Down, una de esas verdaderas gemas de HBO que os empeñáis en no ver.
- Ese toque de misterio bestseller que tanto nos gusta
Ahora que ni el mismísimo David Fincher puede evitar rodar adaptación tras adaptación, y contando con que la historia de Nic Pizzolatto es 100% original, HBO apuesta fuerte por una trama plagada de crímenes sin resolver, secretos inconfesables y emoción, a ratos, sobrenatural. Tampoco era muy difícil que el nombre de Fincher saliera a colación, puesto que los acontecimientos irán tomando un rumbo muy parecido al que ya vimos en Zodiac.
- Píntalo bonito
Cary Fukunaga es un fino estilista, no cabe duda. Su trabajo en Jane Eyre era asombroso y aquí no se corta a la hora de buscar el cuadro perfecto. Además, finaliza el ecuador de la serie con uno de esos planos secuencia que ya son trending topic. Su buen hacer es una de nuestras esperanzas de cara a su más que probable adaptación de IT.
- Openings extremos
Y si además podemos poner de moda alguna canción más o menos desconocida, mejor.
T Bone Burnett, después de darlo todo en A propósito de Llewyn Davis, ambienta la serie y decide que Far from any road, de The Handsome Family, se convierta en la sintonía de una de las cabeceras más largas que recordamos.
- Sordidez, por favor
Me habría gustado contabilizar los cigarrillos que fuma Rust a lo largo de la serie, algo muy necesario para crear un ambiente más turbio. Las muertes violentas, la droga, la sangre y el sexo están muy presentes a lo largo de la serie. Ambientar la serie y el modus operandi del criminal en la Louisiana post-catástrofe también ayuda.
- Referencias
Jugar con el misterio y los terrores de la literatura y el cine dan como resultado una trama mucho más interesante. Es algo que las series de hoy día tienen que tener muy en cuenta para que suba como la espuma. De Lost a The Following tampoco hay mucha diferencia. Aquí se lleva más el tema de las sectas, los sacrificios y los rituales. Y funciona de maravilla.
- True Detective
No es solo un título molón y otra muestra de solidez televisiva. La investigación macgufinera que ocupa ¾ de la serie no es más que el camino que los protagonistas deben seguir en paralelo para llegar a un final común. No estamos ante la propuesta más original de la historia de la televisión, pero tampoco podemos negar que tiene clase, carisma y fuerza. Y que a pesar de la densidad de sus episodios, de los interminables diálogos y de que muchas de las cosas que pasan no las vemos, si no que nos las cuentan sus dos protagonistas, es necesario que sea así. Un ejemplo perfecto de lo que significa la serie está en su penúltima bala: un capítulo donde todos hablan sin parar (HBO) pero donde, al final, cortan de raíz la historia de un personaje, digamos, muy importante en el devenir de los acontecimientos.
¿Es True Detective la mejor serie de la historia? Desde luego que no, pero algo tendrá si consigue que un servidor se haya zampado sus ocho horas casi de una tacada. Habrá que ver si el futuro de la serie no se resentirá con nuevos personajes y tramas. Aquí estaremos esperando con los ojos bien abiertos.