Películas de ciencia ficción que superan los límites de la realidad

Llega este verano la película Lucy, en la que Luc Besson (de nuevo) propone llegar hasta los límites del ser humano y rebasarlos. Es otro ejemplo más de las películas con las que superamos los límites de la realidad.

Scarlett Johannson en Lucy – Estreno 22 Agosto

En Lucy contamos con varias facetas atractivas. La principal Scarlett Johannson, hermosa y letal al más puro estilo Los Vengadores, aunque superando a su alter ego Viuda Negra gracias a un aprovechamiento gradual del cerebro, que supera el límite del 10% que utilizamos actualmente y se acerca peligrosamente al 100%. Morgan Freeman, quien le escuda en este proyecto de acción y ciencia ficción, es precisamente quien advierte de los peligros de superar nuestras limitaciones.
En el tráiler hemos podido ver cómo la protagonista era experta en artes marciales, capaz de acceder a cualquier tipo de telecomunicación sólo con la mente e incluso parar el espacio tiempo para ciertas personas. Algo similar a lo ya visto con el Profesor Xavier de X-Men pero de forma “realista”.

Como decíamos no es el primer (ni el último) ejemplo sobre rebasar los límites de nuestra humanidad. La película más representativa de esta temática sin duda alguna es The Matrix. Los hermanos Wachowski no sólo revolucionaron el cine de acción con nuevas técnicas de filmación, también propusieron innovadoras fronteras a la mente del ser humano. La posibilidad de cargar en nuestro cerebro conocimiento nunca antes adquirido supuso extrapolar la mente humana a un entorno digital.

Previamente ya se había intentado acercar cinematográficamente a este aspecto en base a proyectos relacionados con la realidad virtual. El más famoso de todos es el caso de Tron que ya en 1982 bajo dirección de Steven Lisberger, demostraba la vida que era posible que existiera en base a un sistema binario.

Sin Límites (2011) con Bradley Cooper

De todas las propuestas recientes, la que más nos gustó fue Sin límites (2011 – Neil Burger). Realista, efectiva y, como película, bastante entretenida. En ella Bradley Cooper descubre casi por accidente una droga que estimula constantemente el cerebro, principalmente en aquellos aspectos en los que cada persona es capaz de desarrollar mejores aptitudes. Robert DeNiro y una trama que mezcla thriller mafioso y mercantil completan un título notable.

Ralph Fiennes ya protagonizó una aproximación similar a los límites de la realidad con Días extraños (1995 – Kathryn Bigelow). Esta película de corte futurista y claramente perteneciente a la ciencia ficción, situaba la historia cerca de la noche de Fin de Año de 1999. En medio de un caos social y disturbios constantes, el protagonista era un ex policía ahora traficante de Squid, una tecnología que podía grabar todas las sensaciones de una experiencia (vista, oído, olfato, tacto) así como los sentimientos de la persona que los emite y, posteriormente, el consumidor vivía esa misma experiencia mediante un extraño casco que se ponía en la cabeza. El film ya premonizaba todo este afán cineasta por aprovechar la tecnología para superar esos límites que el ser humano, por sí mismo, se había visto incapaz de conseguir.

Sin embargo, todos ellos son catastrofistas o apocalípticos. En el menor de los casos supone un desgaste del cuerpo humano o de su cerebro casi siempre irreversible. ¿Estamos destinados a vivir en cuerpos y mentes limitados o la ciencia ficción será superada en el futuro por la realidad?