Las 10 películas más relevantes del cine español de la década del 2000
Los otros, Te doy mis ojos, Volver o Rec fueron algunas de las diez películas españolas más importantes de la primera década de este siglo. Las repasamos todas en este artículo, en el que sonarán nombres como Almodóvar, Amenábar, Carmen Maura, Álex de la Iglesia o Luis Tosar.
Mejores películas del cine español (Años 2000 al 2009)
Mientras en los años 70 el cine español vivió una explosión como nunca en su historia de nuevos talentos y nuevos horizontes con la desaparición de la dictadura y la censura, en cambio los años 80, Almodóvar aparte, fueron menos creativos. El mismo ciclo se repite 20 años más tarde.
En los 90 una serie de jóvenes directores refundaron el cine español, lo actualizaron, lo profesionalizaron librándolo de una imagen y una plástica amateur y desfasada, y lo llevaron a la modernidad y a poder equipararlo en calidad técnica y artística con el de cualquier otro país europeo. Con la llegada del nuevo siglo, en cambio, la eclosión de nuevos autores no es comparable, ni los que aparecen suponen un cambio tan grande con respecto a lo que ya se está haciendo, sino que se vive una época de consolidación de los nombres surgidos en la década anterior: a pesar de la decadencia de Medem o de León de Aranoa, directores como De la Iglesia, Amenábar, Gracia Querejeta, Coixet o Bollaín se convierten en maestros ya consagrados, aunque siempre bajo la sombra de Almodóvar, que recupera el cetro de autor español por antonomasia.
Lo rancio no es el cine español sino los clichés sobre él
De los nuevos cineastas que surgen, es Cesc Gay el que logra una carrera más continuada, mientras que Manuel Martín Cuenca (La flaqueza del bolchevique, 2003) o Juan Antonio Bayona (El orfanato, 2006) logran debuts prometedores pero no alcanzan el auténtico éxito hasta la siguiente década, al contrario que Daniel Sánchez Arévalo o Nacho Vigalondo, que evolucionan de más a menos desde su primera película.
Aunque es en esta época, a raíz de la movilización política contra la Segunda Guerra del Golfo en la gala de los Goya del año 2003, cuando la prensa de cierta tendencia política empieza una campaña de demonización del cine español, hablando de su supuesta escasa calidad o de su pobreza temática, lo cierto es que en el nuevo siglo vivimos la etapa más rica de nuestro cine, con una enorme diversidad: películas de género de clara influencia anglosajona y excelente taquilla, como Los otros, El orfanato o Rec, cine de autor a la francesa con Cesc Gay o Jaime Rosales, y cine que se inspira en la comedia tradicional, la españolada, parodiándola pero al mismo tiempo demostrando su vigencia, como el cine de Álex de la Iglesia y de Santiago Segura.
Top 10 cronológico de las mejores películas españolas de la década del 2000
La comunidad (Álex de la Iglesia, 2000)
De la Iglesia consiguió contener su tendencia al exceso y cerrar una poderosa estructura narrativa sin estridencias en una película que ejerce de bisagra perfecta entre el viejo y el nuevo cine español. La españolada se sacude la caspa en una comedia negra donde el director bebe a la vez de Fernán Gómez, de Azcona, de Polanski y de Hitchcock, logrando la sinergia entre los distintos referentes de su amplia cultura cinéfila y televisiva y apoyándose en un elenco espléndido donde Carmen Maura, Emilio Gutiérrez Caba y Terele Pávez están sencillamente geniales.
El otro título destacado de De la Iglesia en esta década es Crimen ferpecto (2004), aunque en él se alternan momentos brillantes con otros pasados de rosca; resulta interesante, pero lejos del clásico moderno que es ya La comunidad. Lo mismo se puede decir de la mayor parte de películas llevadas a cabo hasta la actualidad por el director, que ha alternado su trabajo con labores burocráticas y de representación al cargo de la Academia de Cine Español, que presidió entre 2009 y 2011.
Los otros (Alejandro Amenábar, 2001)
Mientras Álex de la Iglesia se inspira en la tradición y el pasado del cine español, Amenábar, tal vez por su origen chileno, huye de ellos y lleva a cabo películas de clara vocación internacional. Los otros es el ejemplo más extremo de esta tendencia, rodada en inglés con un reparto completamente anglosajón, coproducida por Tom Cruise e inspirada por el terror gótico victoriano. Las no pocas similitudes con Otra vuelta de tuerca, la obra maestra del género, fueron polémicas en su estreno, y mucho más aun lo fueron ciertas coincidencias entre su guión y el de la reciente El sexto sentido, obra maestra cuya sombra planeaba con fuerza sobre todo el cine de terror de la época. No obstante, el éxito del film fue arrollador, convirtiéndose en el más taquillero, de cualquier nacionalidad, de la historia en España hasta entonces.
Amenábar demostró que en España se podía competir con el cine nortamericano en su propio terreno y ganarle la partida, tanto por las cifras de taquilla como por la calidad del producto. Consiguió otro hito con su siguiente obra, Mar adentro (2004), último Oscar para nuestro cine hasta la fecha, que supuso su cuarto superéxito de crítica y público consecutivo. Desde entonces su carrera ha sufrido un claro retroceso con dos películas, Ágora (2009) y Regresión (2015), de resultados mucho más discretos.
Tráiler de Los otros doblado en Español
Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003)
Una directora hasta entonces minoritaria, Icíar Bollaín, lleva a cabo en 2003 la mejor película de la historia sobre lo que entonces aun no se llamaba violencia de género, logrando un sinfín de premios y un éxito de público, no comparable al de Amenábar, pero sí notable. La clave reside en la enorme sensibilidad y empatía con la que está escrito el guión; al agresor no se le demoniza ni se le reduce a una caricatura de monstruo como suele hacer el cine comercial, sino que, sin que con ello se pretenda justificar su compartamiento, se explica el infierno de autodesprecio que le empuja a maltratar a su mujer y los esfuerzos de esta por salir de una relación tóxica de dependencia.
El equilibrio, la contención y el respeto con el que se trata una historia muy dura convirtió en estrella al gallego Luis Tosar, hasta entonces una celebridad local gracias a la serie de televisión Mareas vivas, y a Bollaín en máximo referente del cine social en España desde entonces hasta la actualidad; mucho más ante la decadencia del por entonces más célebre Fernando León de Aranoa, que había triunfado poco antes con Los lunes al sol (2002), un título que ha envejecido mucho peor que Te doy mis ojos.
En la ciudad (Cesc Gay, 2003)
Tras haber llamado la atención con una comedia juvenil con cierto poso, Krámpack (2000), Cesc Gay se consolidó en 2003 como uno de los nuevos directores más notables del cine español con esta historia coral de personajes urbanos, de cierto nivel cultural con una vida social muy activa pero superficial que esconde una gran soledad. Un cine de prestigio para sus defensores y “gafapasta” para sus detractores, muy en la línea de ciertos directores franceses o de Woody Allen.
Gay ha alternado desde entonces títulos más populares, como la reciente Truman (2015), con otros más crípticos, como Ficción (2006), siempre dentro de un estilo intimista y de historias que giran en torno a las dificultades en las relaciones de amistad y de pareja.
Cachorro (Miguel Albaladejo, 2004)
El título más notable del cine LGBTI español en el siglo XXI es esta historia que se adentraba en el submundo bear, los hombres gays corpulentos y velludos, alternando el costumbrismo con la reivindicación política en una época en la que se debatía en el parlamento español el derecho de todas las personas a formar una familia reconocida como tal. Se marcaba un antes y un después en la representación de los hombres gays al hablar sin complejos de promiscuidad, de relaciones abiertas, de paternidad y también de homofobia y discriminación.
Miguel Albaladejo, uno de los directores más notables y prometedores de la época, no alcanzó el éxito que merecía. Cachorro estaba llamada a ser minoritaria por su temática y otros de sus títulos anteriores, como El cielo abierto (2001) por sus carencias de producción, pero en cambio la comedia dramática Rencor (2002) o el homenaje al cine kinki de Volando voy (2006) habrían merecido una repercusión mucho mayor de la que tuvieron. Tras una comedia ácida con toques negros, Nacidas para sufrir (2009), la tibia acogida a su cine le hace refugiarse en la televisión donde ha seguido trabajando hasta la actualidad.
Volver (Pedro Almodóvar, 2006)
Volver cierra la etapa dorada de más éxito internacional de crítica y público de la carrera de Almodóvar, que se inicia con Todo sobre mi madre (1999). Al Oscar de esta última como mejor película no anglófona se suma otro al mejor guión para Hable con ella (2002); nuestro manchego más famoso se vuelve una presencia habitual, la única española, en el festival de Cannes, donde gana con la película que nos ocupa un premio al mejor reparto.
Tras una etapa irregular en los años 90, los 2000 lo volvieron a colocar en el pedestal y a todavía mayor altura que antes, pese a cierto agotamiento creativo. La mala educación (2004) repite, con menor fortuna, muchos elementos de La ley del deseo (1987) y Volver es un borrador de guión que llevaba en la cabeza del director desde los años 80 y que, de hecho, repite el esquema de Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) y de Todo sobre mi madre: un personaje femenino muy fuerte que vive un trauma del que le distraen los problemas de otras mujeres a las que tiene que ayudar.
La película supuso además el esperado reencuentro entre el autor y su antigua musa, Carmen Maura, que está una vez más espléndida, al igual que el resto de actrices de un film redondo y emotivo donde la nostalgia se da la mano con la pasión por la vida. A continuación Almodóvar volvió a una etapa mucho más irregular con su siguiente trabajo, la fallida Los abrazos rotos (2009).
Tráiler de Volver
Azul oscuro casi negro (Daniel Sánchez Arévalo, 2006)
Daniel Sánchez Arévalo firmó uno de los mejores debuts de la década: una comedia dramática humanista, sensible y romántica sin rastro de folletín ni ñoñería en el que reunió a los actores más prometedores del momento: Quim Gutiérrez, que logró el Goya de revelación, Marta Etura, y un secundario con larga trayectoria pero semidesconocido al que esta película situó en el mapa y se convertiría en el intérprete de más prestigio de la década siguiente; como no podía ser de otra manera, hablamos de Antonio de la Torre.
Sus siguientes trabajos no consiguieron confirmar a Sánchez Arévalo como lo que parecía, el talento más prometedor del cine español. Primos (2011), una comedia con un punto de melancolía, simpática pero convencional, sería su obra más destacable posterior a Azul oscuro casi negro, por encima de dos títulos ambiciosos pero fallidos: Gordos (2008) y La gran familia española (2013).
Los cronocrímenes (Nacho Vigalondo, 2007)
Abre los ojos (1997), de Alejandro Amenábar, sería la única contrincante a la altura de Los cronocrímenes para el título de mejor película española de ciencia-ficción, género prácticamente desconocido en nuestro cine. Con un presupuesto ínfimo, es una obra que merecería un status de culto mayor que el que tiene por rebosar creatividad y riesgo a la hora de llevar a cabo una comedia sobre viajes en el tiempo. Un guión perfecto, una puesta en escena minimalista y un sentido del humor negro que sí entronca plenamente con la tradición española.
Tras este más que prometedor debut, Vigalondo no consiguió consolidarse a causa de un segundo título fallido, Extraterrestre (2011), y un tercero muy convencional, Open Windows (2014). La más reciente Colossal (2016) sí le ha devuelto bastante crédito entre la cinefilia, aunque en la actualidad las series televisivas absorben su tiempo.
Rec (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007)
Para ser sinceros, la originalidad en el cine de zombies no existe, puesto que el género se agotó en su primera película, la obra maestra La noche de los muertos vivientes de George A. Romero. Además, Rec tampoco hubiera existido sin 28 días después, el éxito con el que Danny Boyle volvió a desenterrar para el gran público a las criaturas comecerebros, ni sin El proyecto de la bruja de Blair, de donde los directores sacaron la premisa argumental y formal de grabación casera hecha con cámara de vídeo encontrada supuestamente en el lugar de los hechos.
Todo esto no quita mérito a que dos aficionados al terror como Balagueró y Plaza, el primero con una trayectoria anterior y posterior bastante más relevante que el segundo, lograran una gran sinergia al trabajar juntos y dieran forma al otro gran clásico moderno del terror español. Mientras Los otros era suspense gótico para todos los públicos, Rec es una propuesta mucho más hardcore con abundancia de sangre y vísceras pero sin renunciar a una construcción narrativa sólida; naturalmente dio origen a una secuela. Como anécdota, no fue la primera colaboración entre los dos directores. Ambos habían llevado a cabo un producto tan alejado del terror como Operación Triunfo: la película (2002), documental sobre la gira de la primera generación de triunfitos, digna de figurar en otro tipo de listados.
La soledad (Jaime Rosales, 2007)
La mayor campanada rompequinielas de toda la historia de los Goya ocurrió en el año 2007 cuando, contra todo pronóstico, una pequeña película, La soledad, se alzaba con el premio a la mejor del año dando a conocer al público a un tal Jaime Rosales, autor hasta entonces de una muy extraña opera prima, Las horas del día (2003), un inclasificable acercamiento al cine de asesinos psicópatas desde el minimalismo y los planos secuencia de varios minutos. Su segunda y premiada película se podía calificar de más convencional en cuanto a género, puesto que se trata de un drama familiar, pero con una puesta en escena realmente difícil y arriesgada con uso abundante de la división de la pantalla en dos partes. Cine experimental que no renuncia a la narrativa, o bien cine narrativo con una fuerte base experimental.
Rosales ha demostrado ser uno de los autores más coherentes e insobornables del cine español. Lejos de acomodarse tras el Goya, lo utilizó para conseguir llevar a cabo experimentos aun más suicidas como Bala en la cabeza (2008) y Sueño y silencio (2012). Volveremos a hablar de él cuando estudiemos el cine de la década actual.
Si te gusta el cine español, a continuación puedes consultar nuestros listados de las mejores películas españolas de otras décadas.