5 directores de cine que deberían volver a dirigir
En el cine hay directores muy prolíficos para nuestro solaz, como Woody Allen o Clint Eastwood, que estrenan una película al año el primero y casi lo mismo el segundo. Luego tenemos otros que se lo toman con más calma como Quentin Tarantino, Terrence Malick o el caso de Alejandro Amenabar en nuestro país. Y en tercer lugar, tenemos los que ruedan sin parar aunque a nosotros nos gustaría que lo que rodase sin parar fuese su cabeza cercenada colina abajo. No citaré a Uwe Boll o Daniel Sanchez Arévalo para no ofender a nadie.
Hoy os voy a regalar castigar con un articulo en el que planteo una cuarta categoría a las tres antes citadas, un top 5 de los directores de cine que, habiendo obtenido el reconocimiento de la industria, llevan mucho más tiempo del que nos gustaría sin dirigir. Podéis aportar nombres alternativos o a añadir a esta lista si queréis. Pero habréis de seguir unas reglas, las mías (ya pondréis las vuestras propias cuando escribáis en esta web tras mi despido por escribir artículos como… este). Las reglas son, que el director en cuestión haya dirigido al menos 4 películas, que hayan tenido éxito y reconocimiento critico, que siga vivo. Esto último lo he considerado bastante importante para que pueda volver a dirigir, llamadme quisquilloso. No me enrollo (más), ahí va mi Top 5 de directores que deberían volver a dirigir:
Mel Gibson
Comienzo este top 5 con las cartas trucadas, ya que recientemente se ha confirmado el regreso de Gibson a la dirección pero no me negareis que los cinéfilos en general, y los fans de Mel Gibson en particular, como un amigo mío que tiene su habitación de adolescente de la casa de sus padres empapelada con carteles de películas de Mel (vale sí, soy yo que pasa), llevábamos años de intensa frustración como solo los que no querían que Belen Esteban ganase GH Vip pueden entender, por la ausencia de Gibson tras las cámaras.
Porque tener una filmografía de solo cuatro títulos como director y que LOS CUATRO sean obras maestras solo podría estar al alcance de Mel o de Victor Erice si volviese a dirigir.
Desde la delicada y emotiva El hombre sin rostro (The Man without a face), hasta la nada delicada pero también emotiva La Pasión, Gibson ganó dos Oscar con la descomunal Braveheart y demostró al mundo que era un digno heredero de los grandes maestros del cine de aventuras, una mezcla de Pollack, Peckinpack (Apocalypto es digna de él) y David Lean, que prometía regalarnos una carrera como director todavía mejor que la de actor, si eso era posible (recordad lo de mis posters).
Afortunadamente, el bueno de Mel va a tener la oportunidad de volvernos a dejar con el culo bien apretado (los fans de Gibson sabréis apreciar esta fina analogía que he hecho), gracias a Hacksaw Rige, drama bélico con Andrew Garfield, Sam Worthington y Vince Vaughn que esperemos signifique su retorno por la puerta grande a Hollywood y el reinicio definitivo de su carrera como director.
John Badham
Este británico de 76 años es el clásico artesano o currante de toda la vida. Prueba de ello es que a pesar de llevar dos décadas sin rodar para el cine, sigue plenamente activo trabajando para el mundo de las series de televisión, donde ha dirigido episodios de The Shield, Arrow, Supernatural o Héroes por citar solo algunas.
Badham es un clásico de los 80 y 90, el típico director cuyo nombre pasaba desapercibido para el espectador medio a pesar de que este hubiese visto al menos diez películas dirigidas por él.
Trabajó todos los géneros, desde el musical con la genial Fiebre del sábado noche, el terror con su estimable versión de Drácula con Frank Langella como protagonista, hasta clásicos de nuestra infancia como Cortocircuito, Juegos de guerra, El Trueno Azul, Dos pájaros a tiro (una de las mejores interpretaciones de Mel Gibson en una deliciosa buddy movie romántica con Goldie Hawn), A la hora señalada (puro Hitchcock con Johnny Depp de protagonista), La Asesina (remake de Nikita con Bridget Fonda que la crítica obtusa puso a parir y al que yo le casco 4 estrellas y me quedo en mi paz).
Un caso de director antidivo que nunca quiso sobresalir por encima de la película, su retorno ahora que otro anciano como George Miller ha demostrado ser más joven que la mayoría de directores jóvenes de hoy, sería una excelente noticia para el cine comercial de calidad.
John Mc Tiernan
Mc Tiernan fue considerado hasta la llegada del nuevo siglo como quizá el mejor director de thriller de acción de Hollywood. En su filmografía podemos contar un porrón de obras maestras del genero como La jungla de cristal, La caza del Octubre Rojo, Depredador, El secreto de Thomas Crown (remake superior al original con Steve Mc Queen) o la cada vez más de culto, y fracaso en su día, El último gran heroe (o como a mi me gusta definirla: la Rosa púrpura del Cairo de Schwarzenneger).
¿Y qué paso para que desde 2003 Mc Tiernan no haya rodado nada?, sencillo, esta en la cárcel. Un turbio asunto con mentiras por su parte al FBI y al gobierno federal por medio truncó su carrera. Afortunadamente parece que pronto saldrá de prisión y todavía es relativamente joven, por lo que sería una gran noticia que Hollywood le diese una segunda oportunidad.
Peter Weir
Reconocido por el propio Mel Gibson como su auténtico maestro, no en vano le dirigió en uno de sus primeros éxitos, Gallipoli, el australiano Peter Weir no cuenta con ninguna película mala en su filmografía a pesar de haber trabajado en todo tipo de géneros.
Desde el drama bélico de la citada Gallipoli a la aventura épica naval con Master and Commander (película preferida de Perez Reverte así que pocas coñas o se enfadará el Chuck Norris patrio).
Pero Peter Weir cuenta con, al menos, cinco obras maestras más que añadir a las dos anteriores. A saber: El año que vivimos peligrosamente (también con Gibson de protagonista), Único testigo, El club de los Poetas Muertos, Matrimonio de Conveniencia y El Show de Truman.
Weir lleva desaparecido desde la tan estimable como desapercibida Camino a la libertad, y su retorno sería una noticia tan buena que solo JJ Abrams dejando de joder hacerse cargo de franquicias históricas podría superar esta alegría.
Kevin Costner
Otro actor que, al igual que Gibson, debutó en la dirección ganando directamente el Oscar a mejor director. Fue el precursor del renacimiento del Western que se vivió a principios de los 90 (el otro fue al año siguiente Eastwood con Sin perdón). Con Bailando con Lobos nos enseñó que tiramos nuestra infancia por la borda cuando al jugar a indios y vaqueros pensábamos que los segundos eran los buenos.
Tras esta obra maestra con la que arrasó en la taquilla y en los Oscar, Costner dirigió sin acreditar la, no tan desastrosa y no tan fracaso en taquilla, Waterworld tras el abandono de su amigo Kevin Reynolds.
Su siguiente proyecto como director, esta vez sí oficialmente, sería Mensajero del futuro (The Postman). Y este si que hemos de admitir todos mientras nos miramos unos a otros asintiendo, que fue un despropósito en todos los sentidos. Una mezcla de western post-apocalíptico a lo Mad Max, con pretendido mensaje profundo además, que le cerró a Costner las puertas de la dirección que su debut le había abierto de par en par.
Pero hete aquí que cuando pensábamos que lo de Bailando con Lobos había sido un golpe de suerte, como cuando CR7 mete un gol de falta, Costner consiguió que le diesen cuatro perras para volver a dirigir y decidió hacerlo rodando lo que mejor se le daba, un western.
Open Range, era un Western de factura clásica y hechuras de otros tiempos. Un John Ford en pleno S-XXI que nos regalaba además a un descomunal Robert Duvall como no habíamos visto desde los tiempos de El Padrino. La película fue bien tratada por la critica pero no resultó ningún taquíllazo (tampoco lo pretendía), y sirvió para dejarnos con el nombre de Costner en la recamara de nuestro Colt mental cinéfilo deseando verle desenfundar de nuevo.
Hasta aquí este top 5 de directores de cine a los que nos gustaría verse prodigar más. ¿Algo que aportar?. Si sois buenos tal vez haya una continuación. O no.