Oscar 2018: Análisis de premios
En plena resaca tras las múltiples entregas de premios de cine que hemos vivido, repasamos las principales personas y películas triunfadoras de la última edición de los Oscar 2018, sin olvidarnos de otras galas como la de los César franceses, los Independent Spirit, en incluso los temidos Razzies a las peores películas del año. La forma del agua, Tres anuncios en las afueras, Déjame salir y Dunkerque han sido los títulos más destacados como lo mejor de 2017.
LOS PREMIOS OSCAR 2018
Tal y como habíamos previsto, La forma del agua ganó los dos premios principales que concedió la Academia de Hollywood en la ceremonia del pasado día 4, mejor película y director, y se convirtió en la gran triunfadora de la noche al sumar además los reconocimientos a mejor banda sonora y diseño de producción. Dentro de que no hubo grandes sorpresas en la gala, Dunkerque sí consiguió remontar las expectativas poco halagüeñas y alzarse como segunda ganadora en número de Oscar (tres premios a mejor montaje, sonido y efectos sonoros), mientras que, por el contrario, Tres anuncios en las afueras se desinflaba quedándose en solo dos premios, mejor actriz y actor de reparto.
Los premios de la diversidad
Mientras los Goya en España se centraron de forma casi exclusiva en la igualdad entre sexos, los Oscar han reconocido a las mujeres durante la ceremonia, pero han tenido en cuenta además a la hora de otorgar los premios la inclusión y la diversidad racial y sexual del público, lo que antes se conocía como las minorías.
La población de origen latinoamericano tiene motivo de celebración ante una nueva victoria de un mexicano, en esta ocasión Guillermo del Toro, como mejor director por cuarta vez en solo cinco años, y por supuesto con el Oscar de mejor título de habla no inglesa obtenido por Chile, una cinematografía que por primera vez en la historia se ha situado con fuerza en el mapa, en buena medida gracias a Pablo Larrain, director de El club y de No, primera nominación en esta categoría para su país, y ahora productor de Una mujer fantástica, segunda nominación y primer premio. En este apartado se había dado este año un empate técnico entre dos favoritas, la sueca The square y la rusa Sin amor, y cuando esto ocurre a la Academia no le gusta desempatar sino decantarse por una tercera opción.
Naturalmente, el premio a Una mujer fantástica ha sido celebrado además por la comunidad LGTBI gracias a su protagonista, la actriz transgénero Daniela Vega. Dicha comunidad ha tenido también presencia en los Oscar de este año a través de otro título nominado a mejor película, Call me by your name, que finalmente ha sido reconocida como mejor guión adaptado, aunque en este caso con menor unanimidad y cierta polémica por su elitismo y por los ecos pederastas en la historia, no solo por la diferencia de edad y el desequilibrio que esta conlleva en la relación entre sus dos protagonistas sino también por como la cámara filma el cuerpo de uno y del otro. Se podría decir que Call me by your name, escrita por un guionista de 89 años, representa los clichés del pasado del cine LGTBI mientras que Una mujer fantástica ofrece una perspectiva mucho más actual al abordar la lucha de las personas transexuales y transgénero por el respeto y la aceptación de la sociedad.
Y los afroamericanos, por su parte, y los fans del cine de terror, que son probablemente una minoría todavía más marginada en los Oscar que cualquiera de las mencionadas, estarán encantados con el premio que tal vez haya sido el más merecido de la gala: el de mejor guión original para Déjame salir, que ha triunfado en el difícil juego de El sexto sentido: ser reconocida como propia entre los fans del género y que al mismo tiempo quienes no lo son no la vean como una película de terror con los prejuicios que ello conlleva, además de triunfar al mismo tiempo en abordar el problema racial con humor y sin salirse de los cánones del cine de género. De todas las películas premiadas, es probablemente la que más influencia y proyección puede tener en el futuro.
¿Por qué ha ganado La forma del agua?
Es difícil tanto afirmar como negar que la victoria de La forma del agua sea un triunfo del cine fantástico. Tiene un elemento fantástico evidente pero el estilo narrativo y los elementos que emplea son propios del cine más tradicional y convencional de Hollywood y por esto último reúne los requisitos de un típico título ganador de Oscar, conjugados además astutamente con el gusto por lo retro y lo vintage en la fotografía y la banda sonora, y con el discurso mencionado de la diversidad tan en auge en este momento.
De hecho la historia ofrece el cuadro completo de la inclusión: los buenos son un hombre gay, un inmigrante, un animal antropoformo y dos mujeres mostradas como víctimas tan bienintencionadas como desvalidas ante el poder patriarcal, una de ellas con discapacidad y otra afroamericana, mientras que el malo malísimo es un hombre blanco anglosajón heterosexual y machista. Es obvio que no es precisamente la sutileza lo que predomina en el relato: la escena en la que el malvado de la función rehusa lavarse las manos después de orinar marca el tono de un guión que muchos podemos encontrar maniqueo y de trazo más que grueso, pero que acierta de pleno al situarse en la línea de los tiempos que corren y ahí están cuatro premios Oscar como evidencia de ello, así como el reconocimiento cosechado en el ámbito televisivo por El cuento de la criada, otro relato de características y tono muy similares. Como la mayor parte de películas ganadoras de Oscar, el impacto a largo plazo de La forma del agua es más que incierto y no supone un avance, sino más bien un compendio, dentro de la carrera de su director, pero sin duda es el título del momento.
¿Quién ha sido la gran perdedora de los Oscar 2018?
La Academia ha sido clemente y no ha habido una gran derrotada clara este año. La película con más nominaciones (5) que no ha alcanzado ningún premio ha sido una pequeña producción como Lady Bird, de una directora desconocida hasta el momento, cuyos objetivos de abrirse hueco en el mercado y en la cinefilia se pueden considerar más que cumplidos con las nominaciones. El hilo invisible, por su parte, se ha librado en el último momento del batacazo con un único premio para sus 6 candidaturas; no obstante, para un título tan ambicioso y un director con veinte años de carrera como Paul Thomas Anderson, el que la Academia opine que lo mejor de la película es el vestuario no es precisamente un piropo.
Los dos premios de Tres anuncios en las afueras han supuesto también un fracaso relativo para un título que muchos pensaban que se llevaría el gato al agua como mejor película del año, pero la ausencia en la categoría de mejor director dejaba bastante claro que el cine de Martin McDonagh no es santo de la devoción de la Academia. Aunque es un título más arriesgado e innovador que La forma del agua, ello ha acabado resultando un handicap en unos premios que siempre han sido muy conservadores y, aunque el guión no carece de ingenio, se le puede reprochar que todos los personajes hablan igual y es demasiado evidente que son todos ellos caras de la misma moneda, por lo que no se puede reprochar a Hollywood el haber preferido el de Déjame salir.
Podría pensarse incluso, por otra parte, que Dunkerque tampoco ha cumplido las expectativas al no haber ganado ningún premio de los llamados grandes, pero conviene tener en cuenta que el montaje no debería ser considerado como una categoría menor. Es cierto que se trata de premios de consolación en buena medida pero la Academia está reconociendo por primera vez el trabajo de Christopher Nolan y apuntándolo en su lista de acreedores del Oscar.
Por último, entre las películas que se han ido con las manos vacías se encuentra una producción de Netflix, Mudbound; parece que la Academia, al menos por ahora, no apuesta por el diálogo con la televisión a la carta.
Otros premios: César, Independent Spirit y …. los Razzie
Antes de los Oscar se ha precipitado la concesión de otros premios. Nuestros vecinos entregaron los César más relevantes a dos películas: 120 pulsaciones por minuto, sobre la lucha contra el SIDA en los años 90, y la todavía inédita entre nosotros Nos vemos allá arriba, del veterano actor y director ocasional Albert Dupontel. Y el César de honor se lo llevó la madrileña Penélope Cruz, visiblemente emocionada; por obvio que resulte, conviene insistir en que en la historia del cine español ningún intérprete había conseguido llevar a cabo una carrera internacional de este calibre, con Hollywood y París a sus pies. Está el precedente de Antonio Banderas, respetado y respetable sin duda, pero en cuya carrera los premios brillan por su ausencia.
Por su parte, los premios Independent Spirit no dudaron en reconocer a Déjame salir como mejor película y director del año. El número de coincidencias con los Oscar ha sido relevante en esta edición: mejor actriz y actor de reparto para Tres anuncios en las afueras y mejor película internacional para Una mujer fantástica; y, por otra parte, en casi todas las categorías triunfaron películas y personas nominadas también para los premios de la industria. Esto deja a los Independent Spirit en la posición de unos Oscar alternativos entregados con un criterio donde prima más la calidad pero siempre dentro del mismo grupo de películas preseleccionadas por la industria; este enfoque tal vez les consiga mayor atención mediática pero pone en riesgo el propósito y el sentido con el que nacieron. Por cierto, en la misma gala ha conseguido un premio especial una película española, La vida y nada más.
Y acabamos con el toque de humor que suponen los premios Golden Raspberry o Razzies; Emoji: la película ha sido “galardonada” como la peor del año, mientras que en las categorías de interpretación se ha confirmado el declive de estrellas como Tom Cruise, peor actor por La momia, Mel Gibson, peor actor de reparto por Dos padres por desigual, y Kim Basinger, peor actriz de reparto en 50 sombras más oscuras; en el caso de Cruise este “premio” resulta especialmente humillante al no haber ganado previamente un Oscar para compensar, a diferencia de Gibson o Basinger. En cualquier caso, el mensaje que cabe recoger es que los intérpretes con reputación, que no tienen o no deberían tener necesidades económicas, deberían pensárselo dos veces antes de aceptar papeles en proyectos muy flojos en lugar de retirarse con dignidad y dejar que el público les eche de menos.
La forma del agua es sin duda la película del momento y la gran triunfadora en los Oscar 2018, con permiso de Tres anuncios en las afueras, con dos premios de interpretación que ha repetido también en los Independent Spirit, de Dunkerque, con tres premios técnicos, y de Déjame salir, la gran triunfadora de los Independent Spirit.