Crítica de Midnight, Texas

Midnight, Texas es una nueva serie televisiva de NBC que en España hemos podido ver desde el canal Syfy. Tiene lo que las grandes series muchas veces atesoran, detractores y defensores por igual. La amas o la odias. Y en Cines.com vamos a darte las claves para que decidas de qué lado estás.

Midnight, Texas no es fácil de definir. O quizás sí, pero muchos medios de comunicación no han sabido cómo afrontarlo. La serie, a pesar de basarse en las novelas de Charlaine Harris (True Blood), no trata sobre vampiros, ni sobre hombres lobo, médiums, magos o demonios. Trata sobre todos ellos. Y este género tiene un nombre, el de fantasía urbana, que tan bien recibida es en novelas literarias.

El problema de su adaptación a televisión o cine, es que en la mayoría de los casos la fantasía urbana se decanta por un público juvenil adolescente. Al fin y al cabo, ¿cómo vas a atraer a un espectador de 40 años proponiéndole la historia súcubos, ángeles caídos y fantasmas sin que haga un gesto de incredulidad? En NBC han creído tener la respuesta, con argumentos que pueden interesarle y tomándose en serio a sí misma como serie.

Midnight, Texas empieza francamente bien. La propuesta es original porque, si te gusta algún elemento de fantasía, ya sean vampiros, hombres lobo o espíritus errantes, en todos los casos los trata con respeto y dignidad.

El protagonista es Manfred Bernardo (François Amaud), un psíquico que huye de un ser desconocido por el momento y, por consejo de su abuela muerta, con la que mantiene conversaciones como si tal cosa, se dirige a Midnight, Texas para hospedarse allí.

Cual serie al estilo de los años 20, un cadáver aparece flotando en el río y Manfred enseguida tiene la visita del espíritu de la víctima, que desea que el culpable sea descubierto. Tenemos thriller, acción y fantasía con unos efectos especiales considerablemente bien avenidos.

Los capítulos 2 al 4 ofrecen lo que en series de televisión se conoce como trasfondo. Capítulos que tienen escasa vinculación entre ellos, pero que asientan las bases de lo que constituirá la trama principal de la serie. Gracias a ellos conocemos el pasado de los protagonistas y, teniendo en cuenta que son seres de fantasía, los flashbacks en estas ocasiones son bastante interesantes, alejados del puritanismo que contamina la fantasía actual y con temas más serios como el asesinato indiscriminado, la psicopatía o la esclavitud.

También son capítulos en los que la serie de Midnight Texas muestra su mayor debilidad, la escasez de personajes principales, como es obvio a raíz de la limitación argumental que puede plantear una población local de seres de esta categoría.

En el capítulo 5 es donde, probablemente, sus detractores disfrutan en mayor medida, pues provoca un anticlímax que hará difícil recuperar el ritmo de la narración.

Finalmente nuestro protagonista Manny se enfrenta a su temible acechador, pero tras ver tantos seres fantasiosos en los primeros 4 capítulos, la “presencia oscura” de su pasado deja mucho que desear, como su motivo por el que persigue a Manny y, todavía más, su resolución incluso aunque argumentalmente presente una historia adulta y entretenida.

Midnight, Texas se toma a sí misma en serio, lo que ya es un logro

Como si de un resorte se tratase, Midnight, Texas afronta su segunda mitad de temporada recuperando algunas de las subtramas presentadas al principio y planteando nada menos que un Apocalipsis local en la ciudad, que todos los protagonistas unidos deberán afrontar.

Tras presentar a vampiros y espíritus, el nivel de fantasía se incrementa con demonios, ángeles caídos y profecías. En este punto, la fantasía urbana inicialmente planteada reclama el interés de los apasionados del género y es, precisamente en el capítulo 6, donde el espectador decide si continúa con todas las consecuencias o se planta definitivamente.

Te aconsejamos seguir, dado que, como en toda historia de fantasía urbana, los creadores de la NBC se tomarán sus licencias argumentales, pero lo suficientemente bien trabajadas como para ser creíbles. Al menos casi todas.

La profecía de un Apocalipsis abre la puerta a historias con personajes de todo tipo, destacando sobre todo los procedentes de dimensiones paralelas. Las historias personales como el romance entre la asesina y el vampiro o la familia que esconde un secreto, sirven dulcemente de relleno ante lo que se avecina, pero deberían haber recortado los minutos dedicados a los mismos, porque el espectador ya está fascinado por lo que se viene encima.

Los 3 últimos capítulos de Midnight, Texas plantean ese adrenalítico final con punto culminante incluido, en el que hace acto de presencia la posesión espiritual y los seres sobrenaturales demoníacos de poder incalculable. Un punto y aparte apoteósico que se esperaba algo más trágico, pero no por ello deja de ser espectacular.

Como era previsible, un cliffhanger animará la expectación por una segunda temporada no confirmada todavía. Fallido recurso, dado que plantea la posibilidad de humanizar la localidad, en lugar de presentar algún destino fatal para los protagonistas, como tan bien suele servir en estas ocasiones.

En conclusión, Midnight, Texas consigue entretener como historia de fantasía urbana televisiva. Se toma en serio, que ya es un logro en la actualidad televisiva imperante y ofrece, también, planteamientos adultos a historias fantásticas que no se pueden creer. Si hubieran sabido aportar un mayor grado de realismo, sobre todo a las consecuencias de cada historia (parece que en Midnight, Texas el asesinato no solo deja impune a los protagonistas, sino que no hay agentes del orden que lo investiguen), la serie podría haber tomado otro cariz y evolucionar con mayor rapidez hacia una madurez argumental, que nos prometiera esperar muchas más temporadas.

Tráiler oficial de Midnight Texas

Valoración de Midnight Texas