Crítica de Coco
Maravillosa, una nueva demostración de que Pixar funciona mejor cuando la idea es original. A la altura de ‘Los Increíbles‘ o ‘Ratatouille‘. Una declaración de amor a la cultura mexicana que, por supuesto, está destinada a derribar muros y ser atemporal.
Los colores de la vida y la muerte en Coco
Cada vez que se estrena una película de Pixar, las expectativas son muy altas. No es de extrañar, se trata del estudio que trajo obras maestras como ‘Monstruos S.A.’, ‘Wall-E’, ‘Up’ o ‘Toy Story 3’. Desde el estreno de ‘Del revés (Inside Out)’ y ‘El viaje de Arlo’, Pixar no ha vuelto a traer una historia original. Tras dos secuelas, una magnífica y otra que cerraba bastante bien y una trilogía fallida, llega ‘Coco’, una nueva idea original que, sin duda, demuestra que Pixar debe vivir de nuevas ideas y no tanto de secuelas.
Miguel viene proviene de una familia de artesanos zapateros. Su tatarabuela, Mamá Imelda, fue abandonada por su marido, que quiso seguir su sueño de convertirse en un importante cantante y compositor. La mujer, herida, prohibió la música en toda la familia, una negativa tradición que se transmitió a las siguientes generaciones. Esto, claro, choca con los deseos de Miguel, que quiere convertirse en cantante y que tiene de ídolo a Ernesto de la Cruz, uno de los cantantes más reconocidos del país y que murió trágicamente en medio de una actuación. Pese a la oposición de su familia, especialmente de su abuela Elena, Miguel querrá cantar en el concurso musical que se festeja durante el Día de los Muertos de México. Sin querer, el chico contactará con el otro mundo, en el que conocerá el otro legado familiar que su familia no quiso ver.
El peso del legado familiar y el dilema de ser uno mismo
Pixar goza de un nutrido grupo de creadores y productores que han logrado traer magníficas películas. Tras el éxito que fue ‘Buscando a Dory’ y una sorprendente tercera parte de ‘Cars’, el estudio vuelve al ruedo con ‘Coco’, una historia valiente que va muy en sintonía con películas como las citadas ‘Monstruos S.A.’ y ‘Del revés (Inside Out)’ y con ‘Ratatouille’. Lo es en el sentido de que se muestra la conexión entre dos mundos y el conflicto que hay para que confluyan. Miguel tiene mucho en común con Riley, así también como con Rémy, la rata que quería ser chef.
Y ahí ‘Coco’ tiene un encanto muy propio de Pixar, el talento para la música puede provenir de cualquier parte, se sea rico o pobre, dando igual color de piel o nacionalidad. A ello hay que añadirle la novedad de ambientar la película en México y con una de sus fiestas más tradicionales. Pixar derriba muros y demuestra no sólo que es posible acercar culturas, sino sentirse identificado con un festejo que puede parecer, a simple vista, ajeno.
Lee Unkrich, que ya dirigió la magistral ‘Toy Story 3’, y los guionistas Adrián Molina (que co-dirige la cinta) y Matthew Aldrich aprovechan del Día de los Muertos para hablar también del legado familiar, tanto el más apreciable como también el más incómodo. La cinta da mucha importancia a la memoria histórica, al saber el porqué de las cosas. Miguel carga con una maleta familiar demasiado pesada, tanto que ponen el joven protagonista en un dilema de lealtades. En eso, el filme saca a relucir las consecuencias, devastadoras en algunos puntos, de las heridas del pasado no sanadas. Una reflexión profunda nunca vista en una producción de Pixar y que acerca al filme al costumbrismo de Studio Ghibli, imposible no acordarse de ‘La colina de las amapolas’, aunque aplicado a la cultura mexicana. Ello se puede apreciar en unos personajes secundarios muy bien perfilados y en el que la bisabuela de Miguel, Mamá Coco, tiene un papel fundamental.
Una nueva joya de Pixar
Más allá de la reflexión sobre los traumas del pasado de un clan familiar, ‘Coco’ refleja muy bien el carácter no sólo de México, sino de una buen parte de la cultura latina, extensible a países europeos mediterráneos, en lo que se refiere al concepto de matriarcado y la fuerte influencia que ejerce el carácter materno en la familia, haciendo hincapié en la nula presencia paterna, dando una sutil crítica al machismo de la sociedad (el hombre no se implica en la educación de los hijos y trabaja fuera). Además de por su complejidad y múltiples lecturas, ‘Coco’ es una muy poderosa visualmente, llena de color y una animación deliciosa que combina vida y muerte dentro de la idiosincrasia mexicana de forma espontánea, conociendo y respetando su cultura. Unkrich y su equipo se convierten en mexicano de adopción y se alejan de representaciones tópicas, algo que no supo hacer ‘El libro de la vida’.
Nota aparte, se trata de una de las pocas excepciones en las que parece que el doblaje, en España se distribuye el doblaje mexicano para acercarlo más a la realidad de la cinta, es la versión original y el inglés la versión adaptada. Más allá de eso, ‘Coco’ es un buen ejemplo de que Pixar funciona mucho mejor con una idea original, en la que se arriesga. Quizás no llegue a la perfección de ‘Buscando a Nemo’, ‘Up’ o ‘Del revés’ pero, sin duda, es una de las grandes cintas de animación del año. Un canto a la vida, al redención y a la memoria. Maravillosa.
Tráiler en español de ‘Coco‘
Crítica de 'Coco'
- Dirección
- Animación
- Guion
- Doblaje
- Fotografía
Resumen
'Coco' es un acercamiento de Pixar no sólo a la cultura y tradiciones mexicanas, sino también al costumbrismo ofreciendo un interesante dilema sobre el peso del legado familiar y cuando este se interpone en los deseos individuales. Magnífica, un nuevo acierto de los creadores de 'Up' y 'Buscando a Dory'.