Crítica de Devil Inside (2012)

En el cartel de la película se lee una frase promocional que dice “la película que El Vaticano no quiere que veas”  Y por una vez estoy de acuerdo con el santo microestado.

Devil Inside se pone sin ningún complejo el disfraz de la estupenda El último exorcismo para intentar transmitir sensación de veracidad a base de falso documental y sustos de saldo. Y lo único que tiene en común con la película de Daniel Stamm es un presupuesto mínimo.

Lo más doloroso de esta aproximación al mockumentary de terror es su nula eficacia y lo gratuito de dicha elección. El director parece haber elegido este formato porque sí, no hay nada en el film -hasta duele denominarlo como tal- que necesite de semejante estilo narrativo y las interpretaciones, lamentables todas, no ayudan a dar credibilidad.

Es probable que de haber elegido un formato estándar y camuflar la película de  mediocre serie Z, Devil Inside se habría quedado con la etiqueta de peor película del año. Que sus responsables se hayan decantado finalmente por darle este aire documental ha potenciado su miseria hasta convertirla en una película relamente maldita.