Crítica de Operación Concha
Su pretendida crítica en clave irónica se hunde en una serie de situaciones esperpénticas a cada cual más rancia. Operación Concha cuenta con un reparto magnífico tristemente desaprovechado.
La gran estafa española
Antonio Cuadri vuelve a la dirección de largometrajes con ‘Operación Concha’, una irreverente comedia que pudo verse fuera de competición en el 65º Festival de San Sebastián, lugar idóneo para la puesta de largo de la cinta, puesto que la película, realmente, es una farsa (y parodia) que surge alrededor del prestigioso certamen.
Marcos Ruiz de Aldazábal es productor de cine pero su empresa lleva ya tiempo que no logra tener ingresos. A nadie le da pena esa situación, puesto que Ruiz de Aldazábal es un hombre sin escrúpulos capaz de robar dinero a sus socios. Sin embargo, su negocio está al borde de la bancarrota y la necesidad de dar un pelotazo es urgente. Por eso, traza un plan con Julen, un joven cineasta, y con Sabino, su fiel asistente, para lograr que el famoso actor Ray Silvela protagonice la cinta. Sin embargo, Silvela lo rechaza y esto obligará a crear un nuevo plan, ya que una productora mexicana invertirá muchísimo dinero sólo si Silvela protagoniza la cinta. Es así cuando, aprovechando que el actor recibirá el Premio Donostia de Honor, cuando a Ruiz de Aldazábal, Julen y Sabino se les ocurre lograr estafar a la productora con un doble idéntico a Silvela y, así, lograr la inversión.
Una sátira convertida en esperpento
En el 2000, Cuadri dirigió un filme similar a ‘Operación Concha’ titulado ‘La gran vida’. Quizás esa conexión sea el único punto interesante de una cinta cuya premisa era interesante en su esqueleto pero que acaba siendo desarrollada de forma esperpéntica. Y es ridículo no tanto por unos personajes extremos y unas situaciones completamente absurdas, sino porque pretende convertirse en especie de versión cañí de ‘La gran estafa americana’ con giros narrativos a cada cual más increíble, lo que provoca que el espectador quede desconcertado por lo que ve. No sólo eso, los momentos en los que el público debería reírse son tan trasnochados y simple que provocan más vergüenza ajena que otra cosa.
Un buen reparto completamente desaprovechado
Y, realmente, es una pena, puesto que tiene un reparto completamente entregado, desde Karra Elejalde con su imagen de empresario corrupto a Unax Ugalde con una vis cómica no vista desde ‘No controles’. Mención especial para un magnífico Jordi Mollà, un actor que está muy por encima de esta película, mostrando su extraordinaria habilidad para los acentos. También aplauso para las actrices mexicanas Bárbara Mori y Mara Escalante.
Pese a tener un reparto de oro, ‘Operación Concha’ no aprovecha su tono ácido e irónico para crear una crítica satírica sobre la corrupción dentro del mundo del cine, quizás Álex de la Iglesia o, incluso, Santiago Segura hubieran dirigido una película con más gancho y maliciosamente soberbia. Una triste decepción.
Tráiler de ‘Operación Concha‘