Crítica de El libro de la selva (2016)

Disney lleva una temporada en la que ha decidido revisitar sus más míticos clásicos y convertirlos en producciones de acción real. Fue en 2010 con ‘Alicia en el país de las maravillas’ cuando se dio el pistoletazo de salida. Tras el éxito en taquilla de la cinta de Tim Burton vinieron producciones muy irregulares como ‘Oz, un mundo de fantasía’ o ‘Maléfica’ y otra muy acertada y elegante: ‘Cenicienta’. Siguiendo esta tendencia, la de mantener la esencia original del cuento y darle sólo un toque de actualidad, llega ‘El libro de la selva’, que demuestra que cuando Disney quiere adaptar algo de forma fiel y respetuosa puede hacerlo.

Esta historia ocurrió hace mucho tiempo. Es el relato del pequeño cachorro humano llamado Mowgli. Cuando sólo era un bebé, Shere Kahn mató al padre de la criatura dejando al pequeño solo en la intemperie. Rescatado por la sensata pantera Bagheera, Mowgli será criado por los lobos, liderados por Akela. El niño crece y el tigre Shere Khan regresa a la selva. Su odio por los humanos le hace lanzar una advertencia, si el niño no se marcha de la jungla, el tigre provocará el terror por toda la jungla. Obligado a irse, Mowgli será llevado por Bagheera y Baloo a la aldea de los humanos.

La factoría Disney ha visto el filón de sus producciones clásicas reconvertidas en películas en acción real (tiene previstas varias siendo ‘La bella y la bestia’ el estreno más inminente). Sin embargo, parece haber visto también la necesidad de crear un producto de calidad. Por ello, ‘Cenicienta’ fue una de las películas que parece haber dado inicio a ese tipo de producciones, puesto queEl libro de la selva’ es una interesante reinterpretación del clásico de Rudyard Kipling con guiños al filme original de 1967.

En esta ocasión, Mowgli se adentra en una historia sobre la aceptación de uno mismo, el convivir pacíficamente con el ser humano, aprender a usar el ingenio y el valor de la amistad y la lealtad. Moralejas propias del clásico original de 1967 que se entremezclan con la parte oscura de los relatos de Kipling. Lo feroz que puede llegar a ser la selva es mostrado por ‘El libro de las tierras vírgenes’, cierto es que omite las partes más aleccionadoras y oscuras de las historias originales. Sin embargo, el guión de Justin Marks y la dirección de Jon Favreau han creado una correcta actualización del clásico.

A ello hay que sumarle un excepcional apartado técnico. ‘El libro de la selva’ se luce en sus magníficos efectos especiales que combina el exotismo de la selva de la India junto con lo tenebroso de la jungla, aquella en la que la ley de la supervivencia es la que manda. A ello hay que sumarle lo magistralmente trazados que están los animales, que desprenden una realidad espeluznantemente sorprendente.

Quizás el único pero es el haber metido dos números musicales innecesarios en la trama que en la cinta original de 1967 sí funcionaban. Restando esa pecata minuta, ‘El libro de la selva’ es la segunda buena adaptación en acción real que produce Disney, tan buena como la creada en 1994 y como la original de animación; es una ingeniosa película de aventuras con moraleja ideal para audiencias familiares, puesto que podrá disfrutarla el público de cualquier edad. Interesante y divertida, una combinación estupenda

Valoración de El libro de la selva
  • Dirección
  • Interpretaciones
  • Fotografía
  • Guión
  • Música

Resumen

Interesante película familiar de aventuras que trae la esencia del clásico de animación de 1967 y la complejidad de los relatos de Kipling.

4
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