Crítica de Black Mass: Estrictamente criminal
¿Es posible que una buena interpretación logre que una película sobresalga? Una pregunta que, evidentemente, tiene respuesta ya que hay grandes ejemplos de actuaciones magistrales como las de Julianne Moore en ‘Siempre Alice’, Julia Roberts en ‘Erin Brockovich’ o Jeff Bridges en ‘Corazón rebelde’ que demuestran que es posible. Precisamente esta última la dirige Scott Cooper, que ahora trae otra interpretación excepcional de la mano de Johnny Depp en ‘Black Mass: Estrictamente criminal’.
La ciudad de Boston en los años 70 es un lugar lleno de inseguridad con las mafias provocando la desconfianza y el temor entre sus ciudadanos. El agente del FBI John Connolly decide contar con la ayuda de, paradójicamente, un mafioso para poder combatir desde dentro las bandas organizadas. Para ello contará con un amigo de su infancia, Jimmy “Whitey” Bulger, un mafioso irlandés que acaba de salir de la cárcel de Alcatraz. Esta alianza será fatal para los agentes de la ley, que verán impasibles cómo Bulger consigue eliminar a sus enemigos y convertirse en un los gángsters más peligrosos de Estados Unidos.
Esta vez Cooper delega en la labor del guión en Mark Mallouk y Jez Butterworth. Para el primero es su debut como guionista, para el segundo no ya que estuvo detrás de notables producciones como ‘Al filo del mañana’ y también está detrás de la inminente ‘Spectre’. Esta combinación deja un biopic clásico. Auge y caída de una figura excepcional, algo visto en otras producciones semejantes. Con lo cual, para encontrar una forma en que esta producción sobresalga tiene que basarse en algo diferente, ahí es cuando entre la imagen de Johnny Depp.
El actor de ‘Piratas del Caribe’ ofrece la que puede ser su mejor actuación desde hacía muchísimo tiempo. No sólo porque deje las frivolidades de personajes de Tim Burton o de la saga ya mencionada, sino porque hace una demostración de mimetismo absoluto con el personaje, y no tanto por su transformación física sino más por lo que transmite su mirada, sus movimientos. Realmente Johnny Depp se convierte en un jefe mafioso al que temer. Su actitud desconfianza y paranoica hace de él un tipo realmente peligroso. Un personaje que recuerda a don Vicente Cortázar de ‘Gran Reserva’. Depp consigue convertir una cinta de gángsters y mafias más cerca del manido academicismo en una producción cercana a los thrillers de James Gray.
Además, el actor aparte de perfilarse como uno de los claros candidatos a los Oscar de este año, Depp viene acompañado por un excelente reparto, Joel Edgerton representa magníficamente la corrupción de un ángel de la ley, aquél que se deja arrastrar por los cantos de sirena, Benedict Cumberbatch el hermano ambicioso, aquél que muestra la otra cara del poder, el político. Dakota Johnson, Kevin Bacon, Peter Sarsgaard, grandes actores que saben medirse en una interpretación más discreta y que endulzan una producción que, de no haber estado, se convertiría en un biopic típico de esos que gustan tanto a los académicos de Hollywood.
‘Black Mass: Estrictamente criminal’ es una notable producción que consigue sobresalir gracias a Johnny Depp y un solvente elenco. Scott Cooper ya demostró su capacidad de crear cintas de Oscar con ‘Corazón rebelde’, que alzó a Jeff Bridges a la estatuilla. Su pinchazo en ‘Out of the Furnace’ queda en el olvido ante una nueva producción que podría conseguir encumbrar también a Johnny Depp. Cooper es, claramente, la versión estadounidense de Tom Hooper, cine académico hecho por y para mero lucimiento de sus intérpretes.
3.5 / 5