Velvet Temporada 3 Capítulo 14 Análisis: “Vientos de cambio”
Llegamos al penúltimo capítulo de la tercera temporada de Velvet con unos datos de audiencia que siguen acompañando a este drama protagonizado por Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre. Además, desde hace un par de semanas la trama dio un giro inesperado con la supuesta muerte de Alberto. Y, por si fuera poco, el regreso de Carlos y el embarazo sorpresa de Ana han complicado las cosas todavía más.
En este decimocuarto capítulo de la tercera temporada de Velvet titulado “Vientos de cambio”, la llegada de Marco Cafiero revolucionará la vida en las galerías Velvet. Por su parte, Cristina no aguantará la presión de saber que Ana espera un hijo de Alberto y decidirá tomar cartas en el asunto. Además, Mateo recibirá una visita sorpresa tras comprometerse con Clara y Carlos seguirá mostrando su apoyo a Ana aunque ocultando su gran secreto. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
¿Bienvenido?
Ante los últimos acontecimientos y para evitar que las galerías se vengan abajo, Enzo Cafiero ha optado por cederle el testigo de director de Velvet a su primogénito, a Marco Cafiero. El apuesto joven se presenta ante la junta directiva y nada más entrar deja claro que ha llegado no sólo para continuar la labor iniciada por su padre, sino para convertir las galerías en el mejor negocio del mundo.
Una vez su padre se ha marchado de vuelta a Italia, Marco ocupa su despacho y comienza a liderar imponiendo sus propias normas, sin tener en cuenta cómo han funcionado siempre las galerías. Lo único que le importa son los balances económicos y que las ventas funciones a la perfección, le da igual que haya sido un negocio familiar, ahora las cosas van a cambiar a su antojo.
Por este motivo, Marco solicita reunirse con el personal para comunicarles que va a evaluar las capacidades de cada empleado para evaluarlos y situarlos en el puesto que mejor les venga para obtener el máximo rendimiento. Dicho y hecho, Marco decide que Lucía debe dejar el taller de costura para ser dependienta de la nueva colección de joyas, cambio que no es del agrado de la joven, que prefiere estar abajo con sus amigas.
Los nuevos puestos de trabajo no son los únicos cambios, además, la jornada laboral ha aumentado dos horas más, lo que ha terminado por enfadar a la plantilla de Velvet. Ana intenta interceder por sus compañeros, pero don Emilio le recuerda que ya no está al mismo nivel que sus amigos, ahora tiene más poder que ellos y debe actuar acorde con su nuevo cargo como diseñadora.
Sin embargo, Ana hace caso omiso a las indicaciones de su tío y decide hablar con Marco para aconsejarle que cambie esa actitud si quiere hacerse con las galerías puesto que la lealtad es lo más importante. Ante esa afirmación, Marco le explica que ella es la menos indicada para hablar de lealtad porque no le ha comunicado su embarazo y eso podría perjudicar a la nueva colección.
Aunque no ha sido despedida por ocultar su estado, Ana ya no puede hacer nada más para ayudar a sus compañeros y regresa al taller para comunicarles que las exigencias de Marco tienen que ser cumplidas. Viendo que Ana se ha resignado, los trabajadores le reprochan que se haya aliado con los jefes y, lo que es peor, se haya convertido en uno de ellos.
Confianza ciega
Tras la muerte de Alberto, aunque ya ha conseguido levantar cabeza, Ana sigue apoyándose en Carlos. El piloto continúa con la ya tradición de enviarle un ramo de flores cada mañana, con las que aprovecha para recordarle que está dispuesto a cuidar de ella y de ese bebé que está en camino, pero ocultando en todo momento que sabe que Alberto está vivo y, de momento, parece que su estrategia está funcionando. ¿Sucumbirá Ana de nuevo a Carlos?
Sin embargo, don Emilio, a pesar de estar agradecido por su ayuda, sigue sin confiar plenamente en Carlos. Su insistencia en cuidar de Ana le mantiene alertado y avisa al piloto que aunque su sobrina se ha criado sin sus padres, nunca le faltó cariño. Sabe que el duro golpe de la muerte de Alberto ha destrozado a Ana pero el embarazo le ha levantado el ánimo y no piensa permitir que Carlos ni nadie hago daño a su sobrina.
Por otra parte, Raúl De la Riva recibe la visita inesperada de Toni, un viejo amigo. El chico necesita ayuda desesperadamente, ha sido denunciado por amar a la persona equivocada y está en busca y captura por parte de la policía. Sin tener a otra persona a la que acudir, Toni le ruega que le ayude a salir de España para poder escapar y que no le encuentren.
Aunque Raúl parece dolido por lo que un día Toni le hizo en su pasado, las condiciones de su amigo hace que no pueda reprimir las lágrimas y acepte echarle una mano dándole ropa limpia y escondiéndole en uno de los almacenes de las galerías de forma provisional hasta conseguirle una forma para viajar a París sin ser descubierto.
Pero, para su desgracia, doña Blanca les ha visto entrando en el edificio y le pide que eche al delincuente porque se están jugando el prestigio de las galerías. Gracias a la bondad de doña Blanca, Raúl consigue que Toni se pueda quedar escondido, aunque casi son descubiertos por el nuevo director, por Marco Cafiero, lo que habría supuesto el final de Raúl De la Riva.
Finalmente Raúl consigue los papeles para que Toni pueda marcharse a París y cruzar la frontera con Francia sin tener problemas. Sólo ha sido un día el que han podido estar juntos pero hemos podido comprobar que entre ambos existe un amor especial, un cariño que, posiblemente vaya más allá que una simple amistad.
La boda de Mateíto
Tras haber pedido a gritos a Clara que se casara con él, la noticia de la boda ha llegado a oídos de todos. La espectacular pedida de mano y la preciosa declaración de amor no ha pasado desapercibida por nadie y hasta sus amigos le sorprenden con un pequeño recibimiento dando la enhorabuena a la pareja del año.
Sin embargo, las sorpresas no quedan ahí, su madre y sus tías también han conocido la noticia del próximo enlace y se han desplazado hasta las galerías para ver a su querido Mateíto. Las “madres” están un tanto molestas por no haber sido informadas por el propio Mateo pero, aun así, piensan organizar todos los detalles de la boda, cogiendo las riendas del que parece será el mayor evento que jamás hayamos visto.
Además, la cosa no queda ahí, las tres mujeres quieren hacer una pedida de mano en condiciones y con mucha clase esa misma semana. Nervioso por la posible reacción de Clara, Mateo informa a su prometida que sus “madres” han organizado una cena para realizar la pedida de mano al día siguiente y sus padres, esa amable gente de pueblo, tienen que viajar hasta la capital para estar presentes.
Se acaban de comprometer pero la boda ya se ha convertido en todo un acontecimiento. Con sus padres de camino desde Porrillos, Clara comienza la búsqueda de un vestido acorde con el gran evento que están organizando sus “suegras”. La pareja se pone manos a la obra para que todo salga a la perfección, aunque los nervios hacen que Clara saque de sus casillas a cualquiera. ¿Conseguirán que la pedida sea un éxito o terminará todo como el rosario de la aurora?
Maldad por maldad
Ante la llegada de Marco, muchos han sido desplazados de su puesto, a excepción de Patricia, que parece contar con el apoyo del italiano, o por lo menos en parte, y de Ana, de la que Marco espera sacar lo mejor de su talento. Cristina le pide explicaciones por haberle dejado fuera de la selección de personal, no piensa permitir que el nuevo director le arrincone cuando ella y su familia son socios de la empresa.
Marco no se corta un pelo y le explica que ella no es más que una niña de papá que tiene mucho que demostrar. Ahora Ana es la que vale como un tesoro para las galerías y eso le convierte en una de las personas que más poder tiene en Velvet, cosa que, como era de esperar, enfurece a Cristina, que ni por asomo piensa dejar que eso suceda así.
Si ya era poco el odio que Cristina sentía por Ana, tras la noticia de su embarazo y al ver que Marco la valora muchísimo más que a ella, Cristina se propone destruir de una vez por todas a Ana Rivera. Tras entrar en su cuarto y destrozar todo lo que tenía a su alcance, en especial todas las cartas que Alberto escribió a Ana, Cristina, tras ser descubierta, empuja a Ana por las escaleras. ¿Habrá perdido el bebé en la caída? ¿Estará la vida de Ana en juego por culpa de la mala sangre de Cristina? La próxima semana lo descubriremos en el último episodio de Velvet.