Person of Interest Temporada 4 Capítulo 14 Recap: Guilty
Parece que nuestros protagonistas han hecho caso a la Máquina y han dejado de buscar, directamente, a Shaw por el mundo. Al menos directamente, pues en este capítulo la trama se centra en otro personaje, el bueno de Harold. Si te perdiste lo que ocurrió en el último episodio, puedes enterarte aquí. ¡Alerta spoiler!
De buena Ley
Reese y Harold hablan seriamente de su nueva situación: con Shaw no se sabe si viva o muerta y Root fuera de combate (suponemos que pasando el duelo), necesitan a alguien más como apoyo. Sin embargo, el policía no está de acuerdo, sabiendo los riesgos que conlleva ser parte de ese grupo, y más incluir a alguien en él. Parece que Harold acepta, vuelven a estar ellos dos solos, como en los viejos tiempos.
Harold se convierte en protagonistas de este capítulo porque es llamado a participar en un jurado popular. Hasta parece que liga y todo, con una señora llamada Emma que está allí esperando como él para ver si termina formando parte del grupo. A Harold no le da tiempo a excusarse y es llamado a participar como jurado. Es entonces cuando cada uno de los miembros intenta decir algo que no convenza a alguno de los abogados y, así, pueda librarse.
Harold opta por decir la verdad. Él no tiene ningún problema con ser jurado, pero lo ve un poco tonto pues existe un programa que nos vigila todo el rato y sabe qué pasa y qué va a pasar. Obviamente, queda descartado, pero antes de marchar a uno de los miembros le suena el móvil (aunque no reconoce el tono) y es expulsado, siendo Harold quien ocupe finalmente su lugar. Justo al lado de Emma.
Psicología inversa
Reese está de enhorabuena, Iris le informa de que sus sesiones de terapia han terminado, y que ya es libre. Parece que en la última sesión John quiere abrirse un poco a la terapeuta, pero prefiere no hablar de nada. Cuando sale de allí, suena un teléfono público en medio del pasillo, es la Máquina.
El juicio de Harold parece sencillo. Caroline Mills era CEO de una importante compañía telefónica y un día, celoso por su éxito, su marido Chad la mató en casa a balazos. En plena explicación, Reese informa a Harold de que tienen un nuevo número y que se trata de Emma, la profesora retirada que tiene sentada al lado. Esto me hace pensar, ¿así que fue la Máquina quién llamó a aquel señor para que fuese Finch miembro del jurado?
Obviamente, Reese no espera ni un minuto en investigar a fondo a la señora, que aunque no parece tener nada sospechoso, resulta estar un poco obsesionada con el caso del asesinato de Caroline Mills. Claro que aún no saben si es víctima o atacante, y Harold tendrá que estar atento a cualquier movimiento.
Guilty
En otro punto de la ciudad, Fusco llama a Reese. Ha estado investigando a unas personas desaparecidas cuyas fichas encontró en la mesa de John: parece que todas ellas realizaban negocios con Elias. Algo molesto, Reese le asegura a Fusco que no es nada importante y que le deje el asunto a él. ¿Otra pista sobre el paradero de Shaw? ¿Con Elias de por medio?
John vuelve a ver a Iris. Parecía que estaba contento con lo de dejar de una vez por todas de tener que asistir a hablar con la psicóloga de sus cosas –poco hablaron-, pero ahora que ya no le obligan parece que le había cogido el gusto (y a ella, también). Decide que quiere seguir visitándola. Lo que pasa es que si quiere terapia tendrá que ser sincero y dejar que ella pregunte, aunque sepa a priori que habrá algunas respuestas que no le gustará afrontar. Además, asegura que John no es policía. Toda su familia ha sido familia de policías y él no lo es.
El juicio de Finch parece que se complica: hay testigos que aseguran que ella y su marido se iban a divorciar y discutían muy a menudo; además, el abogado de Chad entrega una prueba que asegura que trabajar para Mills era un infierno, sus empleados abandonaban la empresa con problemas de estrés y otras enfermedades. Es decir, que uno de ellos podía haberla matado.
¿Emma, eres tú?
La aparentemente simpática Emma no ha comprado ningún arma, bien. Lo que sí que tiene es un teléfono con el que mantiene una extraña conversación por mensaje con otra persona. La mujer asegura que no podrá hacerlo, mientras le contestan que no tiene opción y tendrá que seguir las instrucciones.
Todo esto lo está leyendo Finch en su propio móvil, ya sabemos el equipo cómo se las gasta. Emma asegura en un mensaje que no va a continuar, y que tendrán que matarla. En ese preciso momento, otra integrante del jurado comienza a ahogarse. Se trata de Fiona, que es alérgica al huevo y acababa de darle un bocado a un sándwich con ese alimento. Parece que alguien está tratando de amañar el veredicto. ¿Emma, eres tú?
En ese momento John se encuentra a una vieja conocida, Zoe Morgan. La mujer, antigua persona de interés que les ha ayudado en otras ocasiones, se presta a formar parte del equipo con el asunto del juicio. Zoe se encarga de “solventar” problemas a la gente, y les será de utilidad. No saben si Chad es quien quiere amañar el veredicto, pero está claro que Emma era la persona adecuada. Se trata del tipo de persona en el que puedes confiar, aparentemente. La gente la escuchará.
No culpable
Zoe plantea lo siguiente: deben de preparar adecuadamente a Harold para que, a la hora de debatir el veredicto, logre desmontar el “no culpable” de Emma y la gente le haga caso a él. Tiene que dejar de ser amable y lograr que algunas pruebas parezcan más relevantes que otras. Tienen que hacer de Finch una persona un poco menos Finch. Cuando Harold se marcha, Zoe acorrala a John y le confiesa que sabe que está pensando en alguien especial. Pero le advierte de que ellos son de relaciones de fin de semana y no son buenos compartiendo su vida con nadie.
La siguiente escena es esclarecedora total. Reese vuelve a consulta con Iris y, no solo habla de su pasado (no mucho, no os penséis), sino que mantienen una agradable conversación en la que vemos a John reír. Y desde que llevo comentando esta serie NUNCA había visto a John reír. Incluso habla en alto y no como Batman resfriado. Ay pájaro, que Iris le hace tilín.
Por fin llega la hora de dictar un veredicto y el jurado se retira a deliberar. Emma es elegida portavoz y en ese momento Harold toma la palabra y empieza a señalar las evidencias existentes que demuestran que Chad es el culpable del asesinato de su esposa. Ante todo pronóstico, Emma está de acuerdo. Eso implica dos cosas: la primera es que hay una persona que quiere que Chad sea declarado culpable, la segunda es que esa persona –obviamente- tiene que ser el verdadero asesino de Caroline. Chad es inocente, y ahora lo tienen que demostrar.
La próxima víctima
Emma decide pasar a la votación y, en ese momento, todo el mundo está de acuerdo en el “culpable” menos Finch, que ahora se contradice. Asegura que existen dudas razonables y que es mejor que vuelvan otra vez a repasar las pruebas pues su decisión es muy importante. Claro que eso le hace ganarse más de un abucheo.
Durante un descanso, el equipo encuentra un documento que asegura que el sistema de comunicaciones de la empresa de Mills es peligroso para la salud, y que de ahí vienen las enfermedades de sus trabajadores. Caroline lo sabía y quería reparar el daño, lo que habría costado mucho dinero a la compañía. El asesino evitó que tal cosas sucediese, y ahora todo apunta a Dean Reston, nuevo CEO.
El jurado popular no tiene un veredicto, así que se retiran a un hotel, donde les requisan los móviles pues tienen que estar incomunicados. Cuando Emma llega a su habitación y se acuesta en la cama, encuentra una foto con las caras de los demás miembros del grupo con Harold dentro de un círculo: es la próxima víctima.
Always Emma
En la habitación de Finch un láser le sorprende. Al principio piensa que se trata de un francotirador, pero resulta ser John, que se comunica con él vía morse. Obviamente, él le contesta –apagando y encendiendo la lamparilla de noche- que no le hace nada de gracia que le esté apuntando con un fusil. Reese le manda un aviso: Emma está a punto de tirarse de su balcón. La mujer no está dispuesta a seguir con el asunto y, después de romper el papel con sus nuevas órdenes, ha decidido que mejor saltar.
Harold llega a tiempo para convencerla de que no lo haga. Sabe que alguien la está utilizando para amañar el juicio. Alguien está intentando parecer que Chad es culpable del asesinato, pero no fue él. Zoe averigua que el que está utilizando a Emma, amenazándola, forma parte del jurado también. Se trata de Tim, que ha aparecido en la habitación de Emma dispuesto a cargarse a Harold. Menos mal que John logra aparecer a tiempo y consiguen reducirle. Con ello, también consiguen demostrar que Chad es inocente y se le retiran los cargos.
Al final el culpable al que arrestan es un tal Boyd. Pero tampoco es muy importante, aquí lo que queremos saber es si Harold termina con Emma. Pues no. La señora asegura que está harta de tejer y quiere volver a enseñar. Y le da las gracias y se despiden y ojalá queden.
Por último, Reese le cuenta a Harold lo que Fusco ha encontrado sobre los desaparecidos y Elias. Él quiere que Lionel se mantenga al margen de sus asuntos pero es imposible porque es un hombre muy pesado. Por un lado, no pueden hacer que nadie intervenga con ellos y se una al equipo, sin embargo sí que es cierto que necesitan ayuda. Harold le asegura que es el mismo planteamiento que le llevó a trabajar con él.
Opinión
Este es el primer capítulo D.S. (Después de Shaw). Parece que la serie quiere relajar un poco su búsqueda –recordemos que está la mujer en manos de Samaritan- y centrarse en el equipo y las personas de interés. Me hace mucha ilusión que Fusco por fin parezca que pueda entrar de lleno en la dinámica del equipo, pues siempre se ha mantenido un poco al margen. Le han mantenido así.
Además, estoy deseando otro episodio con Control, una parte de la historia de la que se nos ha mostrado muy poco y creo que deberían de trabajarla un poco más. Si pudiésemos entender mejor qué hay detrás de Samaritan y quién está detrás de los que están detrás, la serie cogería un ritmo más rápido, lo que estaría bien.
Puntuación: 8
Y en el próximo episodio: