Las mejores películas de juicios y abogados: Algunos hombres buenos

Con cuatro nominaciones a los Oscars (mejor película, mejor actor de reparto para Jack Nicholson, mejor sonido y mejor montaje), Algunos hombres buenos (A few good men), fue un éxito rotundo en las taquillas del año 92, y sin lugar a dudas ya forma parte de las mejores películas de juicios y abogados de la historia del cine.

Basada en la obra teatral homónima de Aaron Sorkin estrenada en Brodway en 1989, fue llevada por Rob Reiner a los platós de Hollywood, tres años después, con una trama que no dejaría indiferente a los patriotas americanos, de la mano de un elenco de actores brillantes que dieron lo mejor de sí mismos en pos de la interpretación, y un guión excelente, bajo el que subyacían muchas verdades, con un mensaje aplastante: Obedecer no es siempre lo correcto.

Durante la noche del seis de septiembre, dos marines de la Base Norteamericana de Bahía de Guantánamo en Cuba, entran en el cuarto de un compañero, siguiendo órdenes, para aplicarle el código rojo. Los resultados de la normativa de honor secreta no podrán ser más catastróficos con la muerte, en extrañas circunstancias, del marine sancionado y la acusación de asesinato de los otros dos compañeros que solo cumplían con los preceptos de un poder superior.

Jack Nicholson, Tom Cruise, Kevin Bacon, Kiefer Sutherland, Demi Moore, Kevin Pollak, J.T Walsh y Cuba Gooding, Jr., en sus papeles de hombres y mujeres de honor, al servicio de su país, serán los responsables de llevar un caso, en apariencia sencillo, pero, como todas las obviedades, claras y sin dificultades, no será oro, digno, ni respetable todo lo que reluce, y tendrán que luchar sin armas, con la fuerza de la palabra, por hacer justicia en favor de los más débiles.

Daniel Kaffe, interpretado por Tom Cruise, un joven y prometedor abogado de la Marina, con una larga lista de casos ganados a sus espaldas y ninguno perdido, la Teniente Comandante JoAnne Galloway, Demi Moore, investigadora de asuntos internos, con un sentido del honor y la dignidad impecables, a la que le es arrebatado el caso en favor del brillante Kaffe y el Teniente Sam Weinberg, Kevin Pollak, eficiente investigador, serán los 3 miembros responsables de la defensa de los dos marines a los que se juzga por asesinato.

La otra cara del ejército, fría, calculadora y despiadada, dispuesta a condenar a los marines que cumplían órdenes, en favor del poder, el deber y el cumplimiento del código de los marines, por encima de Dios y de la madre patria, está encarnada por tres grandes pesos pesados de la gran pantalla, Jack Nicholson, Comandante del Cuerpo Marines, Kevin Bacon, el Capitán Jack Ross y Kiefer Sutherland, en el papel de un fanático marine ultracatólico, Jonathan Kendrick, dispuesto a defender, por encima de cualquier límite, divino o humano, la postura de su coronel.

La elección de Daniel Kaffe es totalmente intencionada, por parte de las altas esferas del ejército, por su fama de resolver los casos sin llegar a juicio, resultado de un carácter despreocupado y desinhibido que no parece tomarse nada en serio. La Comandate Galloway, mucho más responsable y eficiente, sabe que el caso va mucho más allá que conseguir un acuerdo ventajoso para los acusados y ayudará a Kaffe, no solo a llevar el caso ante los tribunales, a ser valiente y a luchar por la verdad, a respetarse a sí mismo como abogado, por encima de las convenciones, el qué dirán y el poder.

Como complemento perfecto, de estos dos caracteres tan opuestos, el Teniente Sam Weinberg, es la parte justa y equilibrada de la trama, que no está de acuerdo con lo que hicieron los marines, ya que piensa que abusaron de su poder frente a uno más débil, pero a pesar de todo, demuestra su profesionalidad realizando las labores más brillantes de la investigación.

Los miembros del poder intentaran por todos los medios esconder la verdad, y condenar a los dos acusados, mintiendo, dificultando la investigación y protegiendo por todos los medios, no la vida y los intereses de los ciudadanos, sino sus brillantes carreras en ascenso.

Una lucha que tendrá lugar lejos de las armas y los campos de batalla, para enfrentarse, sin fuego o el ruido de los cañones, cuerpo a cuerpo, en los tribunales con unos diálogos aplastantes, rápidos y agiles que mantienen en tensión al espectador hasta la escena final, una de las más recordadas de la historia del cine, un clásico dentro de las películas de juicios.

Con un desenlace inesperado para los más altos rangos del poder, unos acusados dispuestos a no declararse culpables, por su fiel convencimiento a que en todo momento hacían lo que debían, e incluso a ir a la cárcel antes del deshonor, una banda sonora brillante, y  el sentido de la verdadera justicia, anteponiendo los derechos de los que más la necesitan, los débiles, hacen de Algunos hombres buenos una película de culto para los amantes de las películas de juicios y abogados, un éxito que atrapará una y otra vez a los espectadores a los sofás de sus casas, convirtiendo en inolvidable una de las frases más conocidas de la historia del cine: “¿¿Ordenó usted el Código Rojo??”

Escena de Algunos Hombres Buenos