Cómo defender a un asesino Temporada 3 Capítulo 5 Recap: It’s About Frank
Contar lo que ha pasado esta semana en Cómo defender a un asesino va a resultar difícil. Primero, porque la trama se complica con datos extra que vamos conociendo, tanto del futuro de nuestros protagonistas como de su pasado. Segundo, no hemos comentado los episodios tercero y cuarto, aunque eso vamos a intentar solucionarlo aquí. El recap del segundo lo tienes aquí. ¿Por dónde empezamos? ¡Alerta spoiler!
#underthesheet
La casa de Annalise empezará a arder en algún momento en las próximas semanas. Y, lo cierto, es que ya sabemos de bastante gente que no está debajo de esa sábana: no es Oliver, que se encarga de limpiar el teléfono de la profesora y dejarlo como si nada por allí en medio; tampoco es Bonnie, que trata de mantener la calma en todo aquel caos. Con Annalise detenida, sin embargo, descubrimos a otra persona que estaba dentro de esa casa: Laurel, viva pero en estado grave.
Y, lo más interesante de todo, es que los médicos que la atienden nos revelaban que está embarazada, un twist nada previsto en la historia. Meggie, la hasta ahora novia de Wes, trata de mantener informados a Oliver y Bonnie en la sala de Urgencias. Mientras ella habla con una persona desconocida por teléfono (tendría sentido que fuese Frank, porque le cuenta del estado de Laurel, suponiendo que el padre es él), Oliver intenta contactar con Connor.
Esto es interesante, porque el teléfono de Connor suena en casa de la madre de Michaela, Trishelle, aunque pronto aparece ella misma a responder. Michaela no es la muerta, ¿el teléfono de Connor allí implica que él tampoco? En los últimos instantes del episodio la televisión informa de que el muerto es un hombre, por lo que las opciones se reducen. ¿En quién estáis pensando vosotros?
Frankamente
En estos dos capítulos que hemos saltado han pasado muchas cosas. Una de las más sorprendentes es que Frank matase al padre de Bonnie. Algo que en la historia no le veo yo mucho destino, frankamente, pero bueno. Al menos tenemos un encuentro del personaje con Bonnie, cuando ella acerca despedirse -muy fríamente- de su padre.
Tan fríamente se despide que conforme ve a su asesino le abraza y le da las gracias. Las siguientes escenas de ambos en una habitación de hotel son bastante extrañas. Frank parece rendido, y confiesa que él fue el que asesinó al padre de Wes. Aquello, junto a lo de su pasado futuro hijo, hacen creer que Annalise nunca podrá perdonarle. Así lo piensa él, y así lo pensamos todos.
Bonnie no, Bonnie cree en una reconciliación, tanto que no deniega del todo la idea de Frank de fugarse juntos, tanto que no duda en pasar una noche loca con él. Y, de verdad, yo este emparejamiento sí que no lo veía venir. Todo cambia de repente, claro, cuando la mañana siguiente ella sale de allí y, al volver, Frank ya no está.
Este capítulo es especial, pues se basa en gran medida en el pasado de este personaje, incluso con la vuelta a escena Sam. En esta serie da igual que te maten, que al final sigues saliendo. Once años antes, Frank ya llevaba unos cuantos en la cárcel, cuando Sam apareció en su vida (junto a su mujer Annalise) para ayudarle a salir de allí. Es de suponer que lo consiguen, y de ahí toda esta historia de muertes, sorpresas y arrejuntes.
Hooch
Pasan muchas cosas también con Annalise. La profesora hizo frente a su despido de un modo muy poco conveniente, aduciendo un alcoholismo fruto de la muerte de su marido y el disparo de la mansión de la temporada anterior que, en realidad, vemos que padece.
En una agradable charla con sus amigas de siempre en la peluquería (una de ellas la inigualable Mary J. Blige como guest star) parece que Keating recapacita y termina yendo a una charla de Alcohólicos Anónimos donde, sorpresa, se encuentra con su jefa Hargrove. La primera charla, por cierto, no da mucho resultado: en plena recogida de botellas de agua con misterio por casa (unas doscientas o así), el pasado arremete de nuevo y Annalise termina bebida del todo.
Y por “bebida del todo” quiero decir bailando sola en el salón agarrada a una botella con Kelis sonando de fondo (temazo y momentazo, btw). Con toda la resaca, la mañana siguiente, Keating se presenta ante Hargrove con una demanda por despido de 50 millones. Y la Presidenta decide devolverle su puesto.
Killer
La situación de la abogada, por ahora, parece estabilizarse esta semana. La anterior fue todo un torbellino. Primero con las noticias de Eve, que había conocido a alguien y se mudaba y lo suyo terminaba ahí. Y después con aquella discusión con Nate, que dejaba aquello zanjado y más cuando él terminaba en la cama con su mayor enemiga, la ayudante del fiscal Atwood.
Esta semana, al menos, descubrimos quién es el que empapeló la universidad con su cara llamándola asesina: Drake, el compañero fastidioso del Keating 5, que torpemente guardaba la imagen en su portátil (y Michaela se lo roba como venganza por meterse con ella).
En este momento descubrimos a una enfadada Michaela que responde en un acento que no habíamos escuchado antes, un detalle unido a su pasado, del que seguro nos enseñarán más (justo en este episodio nos presentan a su madre).
Antes he escrito que Maggie era “la hasta ahora novia” de Wes. Y es que en este capítulo el joven le confiesa a su compañera Laurel que quiere dejarla porque está harto de mentir. ¿Sobre lo de las muertes? ¿Sobre lo de su pasado? ¿Lo de su madre? No lo dice, pero intuimos que se refiere a lo que siente por la propia Laurel. Incluso se atreve a recalcar que Frank ya no está en su vida, aunque su concisa contestación de que sí que sigue ahí solo nos recuerda las noticias sobre su embarazo. Trepidante, ¿verdad?
Valoración final del capítulo
- Puntuación - 8/10 8/10
En resumen