Cómo defender a un asesino Temporada 4 Capítulo 6 Recap: Stay Strong, Mama

Esta temporada de Cómo defender a un asesino apuntaba distinta. El Keating 5 ya era Keating 4, y está aparentemente disuelto. Con nuestros protagonistas por libre, uno pensaría que dejarían de meterse en líos, pero no. Porque el pasado siempre vuelve y siempre queda ahí. Esta semana, descubrimos un poco más. Y nos dan una explicación importante. El recap del capítulo anterior aquí. ¡Alerta spoiler!

Isaac

Lo de la terapia y Annalise, Annalise y la terapia, se ha vuelto un poco lío. Sobre todo desde que descubriese Isaac que Bonnie iba a consulta con un nombre falso y era Bonnie nuestra Bonnie. El propio psicólogo está hecho un lío y consulta con su psicóloga, su compañera Jacqueline (Kathryn Erbe), qué tiene que hacer. La psicóloga del psicólogo le dice que le comente a Annalise lo de Bonnie yendo allí, pero la línea ética queda bastante en cuestión con todo el asunto.

Para empeorar las cosas, la vida de Keating se está volviendo muy personal para Isaac: él también perdió a su hija, Stella (Celesta DeAstis). Y Jacqueline le aconseja remitir a Annalise a otro psicólogo, porque se está volviendo todo muy personal, pero él cree que es –por esa razón- la persona adecuada para ella. ¿Pero cómo conseguir que Keating hable de aquel niño? Preguntándole por el padre, mandándole hacer deberes en forma de carta póstuma hacia Sam.

No la escribe, aunque lo intenta mucho. Aun así, da resultado, porque se presenta en la consulta con una foto con su hijo y Sam, hablando sobre el accidente PERO no todo sobre el accidente. Además le confiesa que intentó quitarse de en medio después de aquella tragedia mediante somníferos, pero por suerte Bonnie la encontró a tiempo.

Lo más fuerte de todo, sin embargo, es que en cierto momento dado al final del capítulo vemos a Annalise, en la puerta de su casa, encontrándose con una mujer. Se trata de Jacqueline, que se presenta COMO LA EXMUJER DE ISAAC. A ver, ¿qué le pasa a la gente en esta serie que se casa con su terapeuta? ¿Y para qué quiere hablar con Keating?

C&G

En C&G, la alarma suena en las cabezas y corazones de Oliver y Michaela cuando los socios se reúnen de emergencia para tratar un asunto importante sobre Antares, la empresa del padre de Laurel, que por sorpresa aparece allí. Las noticias pillan a la propia Laurel en plena ecografía y preguntando cuándo puede hacerse un test de paternidad lo más pronto posible.

Para su suerte, no tiene nada que ver con ellos cotilleando sus archivos. Aunque en C&G van a mejorar la seguridad de los archivos de la empresa, resulta que es porque Antares va a salir a bolsa; de ahí reuniones y cambios. Laurel se entera porque se lo cuenta su padre, con el que queda mientras intenta disimular su embarazo. Michaela se entera porque se lo cuenta Tegan, a la que una botella de ginebra compartida suelta la lengua y hasta su pasado amoroso.

Por su parte, Asher está muy mosqueado con Michaela, a la que pilló mintiendo, y después de hablarlo con Frank decide preguntarle sobre el asunto directamente a ella, que vuelve a mentir asegurando que si está mucho con Laurel es porque quiere que sea la que esté allí cuando nazca el bebé. Pero Asher no se lo termina de creer, aunque parece que sí, y se presenta en casa de Laurel con un regalo envenenado: un osito de peluche con una cámara oculta, con la que se entera de lo que están tramando estos tres contra Antares.

Porque la salida a Bolsa de la empresa parece ser la razón por la que el padre de Laurel, Jorge, mandó matar a Wes. En resumidas cuentas: como sabemos Wes parecía que iba a contarlo todo a la policía, aunque luego no lo hizo; Jorge se enteró y lo mandó matar para que así no implicase a Laurel en nada, y tampoco a los futuros planes para Antares. Ahora, la única manera de seguir parece ser con una de las llaves que los socios tienen, y Michaela se da cuenta de que destapar aquello sería la ruina para Teagan y C&G.

A Asher, esta nueva información o las explicaciones de Michaela le dan igual, hace las maletas y se va de su apartamento. Termina en casa de Bonnie buscando a Frank, que no está pero aun así se quedará consolando a Winterbottom, que parece que está muy perdida en la vida. ¿Frank? Resulta que ha sacado buena nota en su examen ese que tenía y ha ido a Laurel a confesarle amor eterno a ella y al bebé, sea de quién sea.

Demanda colectiva

A todo esto, Annalise sigue con su misión de remover el sistema con una demanda colectiva, ahora con ayuda de Connor, que ha pasado de odiarla a echarle piropos laborales cada 10 minutos. El fiscal Denver está muy contento con Bonnie, supo qué tramaba Keating antes de nadie y ha ahorrado mucho tiempo a todos. De hecho, la fiscalía ya está de contraataque contra Claudia, aquella que compartiese celda con Annalise, a la que quieren quitar la casa donde viven su madre e hijos.

Keating promete a Claudia y su hijo Tyrone (Milton T.J. Taylor) que lo solucionará, que solo es una estratagema para asustarles y echarles de la demanda. Annalise dice que tiene ganas de gritar, ¿y qué hace? Se planta en la oficina del fiscal a llamarles de todo menos bonitos. Bonnie se enfrenta entonces a Nate, pues ya sabe que le estuvo mintiendo y un poco sí que estaba –y sigue- del lado de Keating. Pero porque el lado de Keating es el lado de la gente. La propia Bonnie trata más tarde de parar las acciones contra Claudia y su familia, pero Denver no da su brazo a torcer. De ahí que termine llorando en brazos de Asher, CULPA.

El combo Keating-Connor resulta claramente ganador. Él habla sobre su padre y cómo no le gustó Oliver como su novio. Ella habla sobre cómo nadie parece creer que vaya a tener éxito con esa demanda colectiva. Pero él asegura que es la indicada para ello, y que ojalá hubiese grabado aquel discurso en la oficina de Denver para hacerlo viral. ¿Viral? ¡IDEA! Eso hacen con el caso de Claudia, organizan una rueda de prensa y es Tyrone el encargado de contar su situación (parece que funciona y salvan su casa).

Cómo terminará la demanda no lo sabemos, pero sí que nos enseñan otro medio minuto de lo que pasa ese día que está por llegar. A parte de la habitual sangre, también nos encontramos a Keating, viva y en shock, vestida bajo la ducha. ¿Alguna idea?