Bajo Sospecha Temporada 2 Capítulo 3 Análisis: “Sara”
La semana pasada en Bajo Sospecha fuimos testigos de cómo la policía detenía a Ginés, el celador del Hospital Policlínico Montalbán y principal sospechoso de la muerte de Isabel Freire y de la desaparición de Catherine Le Monier y Sara Guzmán, lo que despejaba las dudas sobre Enrique, el marido de la enfermera fallecida. Asimismo, Adela, la directora del centro médico, mostró especial interés por impedir que la policía consiguiera el historial médico de Catherine, ¿qué otros misterios se ocultan tras las paredes del hospital?
En el tercer capítulo de la segunda temporada de Bajo Sospecha titulado “Sara”, los agentes de policía descubren el cuerpo de la tercera víctima y los médicos del hospital harán lo imposible por salverle la vida. Mientras tanto, una nueva pista dará un giro a la investigación. Además, tras el entierro de su mujer, Enrique descubrirá un secreto que le traerá consecuencias inesperadas. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Salvar vidas
En el capítulo anterior Vidal y la comisaria de la policía francesa daban con Sara Guzmán, herida de gravedad en un almacén de una cementera a las afueras de la ciudad. Sin perder tiempo, los servicios médicos del hospital, encabezados por Belén y con Víctor como enfermero, se presentan en el lugar para atender a la psicóloga. Mientras la doctora se hace cargo, Víctor sale corriendo detrás de un hombre sospechoso, pero no logra alcanzarlo.
Casas ordena organizar un dispositivo policial en busca de pruebas para dar con Catherine. Si el hombre que ha logrado escapar era el culpable, la doctora francesa no debe andar muy lejos. Sin embargo, si Ginés está detenido en comisaría y es el presunto responsable, ¿quién es esa otra persona que salió corriendo? Ahora sólo hay dos posibilidades: Ginés tiene un cómplice que le ha ayudado en todo momento o el celador no es el verdadero culpable del asesinato y las desapariciones.
Una vez han logrado trasladar a Sara hasta el hospital, el comisario ordena que nadie toque a la paciente y que sea la policía científica quien analice el cuerpo de la mujer antes de dar ningún paso más, pero la gravedad de Sara y las órdenes de Adela hacen que los doctores desobedezcan al comisario y todos entren para ayudar a salvar la vida de Sara. Al menos, Casas consigue que Alain también entre en el quirófano y pueda conservar cuantas más huellas mejor.
Al final, una vez han logrado estabilizar a Sara aunque induciéndole el coma, la policía puede entrar y tomar huellas, restos y pruebas para analizar y estudiar y lograr dar con la persona que la secuestró. Además, el comisario ordena que nadie entre a ver a Sara, ni su marido ni nadie que no esté autorizado, aunque no les cuenta el motivo, ahora no pueden permitirse cometer otro error y menos si el culpable todavía anda suelto y la vida de más gente corre peligro.
¿Cómplices?
Después de saber que su mujer se encuentra a salvo en el hospital y bajo los cuidados médicos, Gorka habla con Daniel, uno de los cirujanos del hospital porque teme que Sara esté en ese estado por culpa de un asunto que ambos se traen entre manos y que guardan con bastante recelo. ¿De que se trata ese misterioso secreto? ¿Tiene que ver con la desaparición de Catherine? ¿Quién más está al tanto del asunto?
Mientras tanto, Alain entrega la ropa de Sara Guzmán para que se la lleve al comisario y la analicen en busca de más pruebas, sin embargo, Lidia retiene a Víctor y le pide que le entregue a ella la ropa. Por fortuna, justo en ese momento llega Vidal y coge la prueba. Acto seguido, la enfermera realiza una llamada telefónica preguntando a un receptor que desconocemos si en la ropa hay alguna pista que le pueda relacionar, al mismo tiempo que le explica que no le va a ayudar más y que ya bastante hizo cubriéndole con el caso de Catherine. ¿A quién encubre Lidia? ¿Tan importante es esa persona para ella como para ayudarle y protegerle jugándose ir a la cárcel?
Por su parte, Víctor y Alain continúan buscando más pruebas dentro del hospital. En la cementera encontraron una huella de una zapatilla y han logrado dar con la marca y el número, lo que les lleva a mirar todos los zapatos de los trabajadores del hospital. Buscan a un hombre y siempre pensando que Catherine ha sido secuestrada pero, ¿y si es ella la secuestradora de Sara y la responsable de la muerte de Isabel?
Secreto descubierto
Tras el funeral de su esposa, Enrique regresa a casa con la propuesta de doña Adela de trabajar como celador en el hospital. La idea le parece un tanto macabra porque sería cubrir el puesto de la persona que asesinó a su mujer. Mientras le da vueltas a la cabeza, Enrique coge el móvil de Isabel y se encuentra con una foto que le resulta familiar y se trata de una imagen que tienen enmarcada en casa, con la diferencia de que en una no aparece Miguel. Atando cabos, Enrique cae en la cuenta de que el forense es el amante de su esposa.
Dispuesto a averiguar la verdad, Enrique realiza una llamada a Miguel desde el móvil de Isabel y se presenta en el hospital, donde Miguel termina confesándole la verdad pero explicándole que fue un error. Cuando Enrique se marchaba a contarle todo a la mujer de Miguel y a la policía, el forense le ataca por la espalda en reiteradas ocasiones hasta dejarle inconsciente en el suelo. Pero la cosa no queda ahí, para deshacerse del problema y del cuerpo, Miguel traslada a Enrique hasta el crematorio, donde incinera el cuerpo sin pensárselo dos veces.
Alarma de incendios
Mientras el dispositivo de vigilancia está en la puerta de la habitación de Sara Guzmán, una repentina alarma de incendios genera el pánico en el hospital. Los pacientes y trabajadores corren hacia la salida huyendo del incendio, sin embargo, Víctor sabe que todo es un trampa porque no hay humo ni rastro de un posible fuego y, junto con Alain, corren hasta la habitación de Sara pensando que el culpable ha aprovechado el caos para entrar y hacerle algún tipo de daño a la psicóloga.
Al llegar, se dan cuenta de que los policías no se han movido del lugar y que nadie ha podido entrar y llegar hasta Sara, entonces, ¿por qué ha sonado la alarma? Rápidamente Víctor recuerda una prueba (la ropa de Sara) y baja hasta el parking, donde descubre la ventanilla rota del coche de policía donde estaba la ropa que, lógicamente, ha desparecido sin que nadie se haya dado cuenta. Pero cuando Víctor regresaba se encuentra con Daniel, que también estaba en el parking. Para averiguar si ha sido él quien ha cogido la prueba se acerca hasta su moto pero no encuentra nada, ¿qué hacía Daniel ahí durante la alarma de incendios?
Además, durante las investigaciones policiales en la cementera donde encontraron a Sara, Vidal halló una mancha de aceite reciente correspondiente a una moto y que, probablemente, fuera de la persona que Víctor persiguió pero sin lograr alcanzarle. Tras analizar el aceite, descubren que se corresponde con el tipo de moto que conduce Daniel, si la mancha fue de su moto, ¿es Daniel el cómplice de Ginés o el auténtico culpable? ¿Qué hacía en la cementera donde estaba Sara secuestrada?
Sin tener nada en claro y con una prueba importante desparecida, Víctor intenta averiguar quién fue la persona que activó la alarma. Para ello, acude hasta la habitación de don Pedro, un paciente anciano que tiene unas vistas privilegiada a la alarma. El hombre asegura que vio al responsable y que fue un doctor, enfermero o trabajador del hospital y que podría reconocerlo si ve alguna foto suya. Al salir de la habitación para informar a Casas, Lidia, se da cuenta de dónde acaba de salir Víctor y entra a hablar con don Pedro.
Ya que Víctor no puede levantar sospechas, Vidal se presenta en el hospital para conversar con don Pedro y enseñarle distintas fotos del personal del hospital. En un principio el anciano señala a Daniel como culpable pero no parece seguro y apunta a cuatro personas más como los responsables. Sin nada claro, Vidal se encuentra con Adela que le informa de que don Pedro padece demencia senil, por lo que su información no sirve de nada. ¿De verdad tiene demencia o ha sido todo chantaje de Lidia para que don Pedro no dijera nada?
Ataque por sorpresa
Las cosas cada vez están más revueltas entre los trabajadores del hospital, además, no tenemos que olvidar que la vida de los pacientes es lo principal. Con la intención de ayudar a don Pedro, que ha reclamado ayuda, Víctor acude a su habitación en calidad de enfermero para ver qué le pasa al anciano (posiblemente temiendo que haya sufrido algún tipo de represalias por ser testigo de quién activó la alarma de incendios). Al entrar en el cuarto, Víctor se encuentra con el señor acurrucado en un lateral de su cama y emitiendo una serie de quejidos.
Sin saber qué le pasa, Víctor intenta ayudar a don Pedro hasta que, de repente, es cogido por la espalda e inmovilizado con un paño impregnado en alguna sustancia sedante. No se ve muy bien quién es el o la responsable del ataque, pero me atrevería a aventurar que se trata de doña Adela. Aunque es una mujer mayor y podría ser que no tuviera la fuerza suficiente, si el producto sedante es potente, no hace falta mucha fuerza para tumbar a alguien como Víctor. Además, si nos fijamos, se ve el pelo oscuro y un poco del brazo del atacante con la piel un tanto arrugada, más indicios que apuntan a la directora como responsable.