Análisis Walking Dead Temporada 4 capítulo 8 Demasiado Lejos
Tiempo del análisis Walking Dead Temporada 4 capítulo 8 Demasiado Lejos (Too Far Gone). Llega el momento de la verdad, a diferencia del episodio final de la tercera sesión de la serie, todo parecía indicar que esta vez si sería el duelo definitivo entre Rick (Andrew Lincoln) y el Gobernador (David Morrissey). Os avanzamos que estamos ante un episodio impactante con consecuencias definitivas y muy importantes para al devenir de la serie, por lo que os recordamos una vez más que los “Spoilers” serán aquí uno más de la familia. Os recomendamos encarecidamente que lo veáis porque es de esos momentos televisivos de los que consiguen dejar huella y pasamos a analizarlo con la profundidad que se merece.
Comenzaremos el capítulo en el mismo punto de tensión donde lo dejamos en el capítulo 7 “Peso Muerto”. Veremos al Gobernador en plena charla militar con su grupo de supervivientes, convenciéndolos de que la única posibilidad de sobrevivir pasa por hacerse con el control de la prisión donde Rick y compañía se refugian desde que abandonaron a la fuerza la Granja Greene, en la segunda temporada. Mientras que vemos hablar al Gobernador, se nos remitirá a imágenes en flashback donde le veremos asaltando a Michonne (Danai Gurira) a la que golpeará por sorpresa con su arma dejándola inconsciente y apuntando a punta de pistola a Hershel (Scott Wilson), atrapando a ambo como valiosos rehenes. Una vez concluido el discurso, Lilly aparece tras los árboles donde se escondía para escuchar todo lo que acontecía, mostrando a Philip (Brian) su total disconformidad.
Tras esto veremos al Gobernador en el interior de una de las caravanas junto a sus presas, Michonne y Hershel. Pese a todo volvemos a ver, en parte, un talante más amable y dialogante de Philip, con la supuesta pretensión de hacerse con el control de la prisión sin el uso de la violencia y con la única motivación de buscar un refugio para los suyos. Pese a valorar a Hershel como una buena persona (no como Rick) y tras las palabras de éste preguntándole cómo podía llegar a hacer daño, si hiciera falta, a los habitantes de la cárcel estando sus hijas dentro, sabiendo de primera mano Philip lo que era perder a un ser tan querido, el Gobernador le responde con un rotundo “porque tus hijas no son las mías”.
Una vez fuera de la caravana, Lilly sigue intentando convencer al Gobernador de la no necesidad de entrar en guerras para conseguir un lugar donde vivir, pero Philip ya ha tomado una decisión y nada ni nadie podrá convencerle de lo contrario. Justo después, tendremos otra imagen paternal e incluso tierna del Gobernador con su querida y pequeña Megan, con la que se funde en un abrazo sin importarle que ella tenga las manos perdidas de barro. Un abrazo y unas palabras que suenan a despedida, ¿Pero qué es lo que le deparará el destino a ambos durante este episodio? Os adelantamos que volverán a encontrarse una última vez pero de forma trágica.
A posteriori de estos primeros minutos del octavo capítulo de la cuarta temporada de The Walking Dead, volveremos a la prisión y a ver lo que se cuece entre sus rejas. De inicio tendremos esa ración de amor y cariño que tanto nos empalaga con la pareja formada por Glenn (Steven Yeun) y Maggie Greene (Lauren Cohan) cruzándose tiernas palabras de amor mientras el chaval de rasgos asiáticos intenta mejorar de su grave enfermedad. Lo siguiente que veremos es discutir a Rick y Daryl Dixon (Norman Reedus) por el incierto destino de Carol (Melissa McBride), quemándonos el alma y el corazón cada vez que escuchamos el cambio de doblaje que sufre en la actualidad el habilidoso arquero. Tras esto una corta escena de agradecimiento de Sasha (Sonequa Martin-Green) a Bob Stookey (Lawrence Guilliard Jr.) por sus labores medicas en esos duros momentos.
Tras el cruce de palabras entre Rick y Daryl, decidirán zanjar el asunto con Tyresse (Chad Coleman) sobre la muerte de su amada Karen (Melissa Ponzio). Pero tras encontrase con él, éste les llevará a una zona con una rata que parece haber sido usada como cebo para caminantes, aunque no podrán indagar mucho sobre el asunto ya que una brutal explosión acontece en el recinto y se apresurarán a salir al exterior.
Una vez fuera el grupo se dará de bruces con el momento que muchos pensaban que llegarían pero que en el fondo nadie quería reconocer, el retorno del Gobernador y su venganza por los acontecimientos de Woodbury. “El Tuerto” aparecerá de forma imponente, al puro estilo del cómic, sobre un tanque y flanqueado por su séptimo de caballería armados hasta los dientes. Philip gritará a Rick que tienen que hablar, pero el sheriff se negará aludiendo que ya no se encarga de tomar las decisiones y que todo pasa por un consenso. Estas palabras y su valor quedan en nada cuando las figuras de Hershel y Michonne salen de ambos vehículos con las manos atadas. La consigna esta clara, si Rick no negocia y si todos y cada uno de los supervivientes no abandonan la prisión antes del anochecer, sus dos compañeros morirán.
La conversación entre Rick y el Gobernador será todo un duelo, intenso, frio, esos momentos que te mantienen con el corazón en vilo. Con la misma fuerza que un enfrentamiento armado, ambos intentan convencerse mutuamente sobre los intereses de cada uno, el verdadero enfrentamiento entre ambos visto como nunca antes y realmente electrizante, cosa que no sería posible sin la gran actuación de ambos actores. Tras ellos, el grupo de la prisión ira armándose y guardando filas, preparando la huida en un autobús preparado para la ocasión si fuese necesario o dispuestos a entrar en guerra si la situación lo requiere.
Cuando pensábamos que la tragedia era sólo cosa de este escenario, nos volvemos a trasladar a la zona de caravanas, donde sólo quedan Lilly y Megan supuestamente a salvo por el caudal de agua de la zona, infranqueable por los caminantes. Uno de estos muertos vivientes aparecerá intentando cruzar el río, lo que pondrá en alerta a Lilly mientras que Megan sigue divirtiéndose en el barro. Finalmente ese caminante será victima de la fuerza del caudal pero el barro donde juega la pequeña esconde un oscuro secreto, anteriormente fueron arenas movedizas y de ella saldrá un zombi que la atrapará y morderá, sin darle tiempo a Lilly de socorrerla.
Tras esta trágica escena volveremos al meollo de la cuestión, donde todo no ha hecho más que empezar porque nos esperan muchas emociones fuertes y momentos duros e impactantes. La conversación entre Rick y el Gobernador entra en un punto muerto cuando el sheriff decide que no dejarán la prisión y que lucharán para conservarla. Al escuchar estas palabras un enfurecido Philip bajará del tanque y con la katana de Michonne en la mano amenazará con cortarle la cabeza a Hershell. La situación es límite y Rick clama un discurso profundo y motivador, intentando convencer a Philip de la posibilidad de olvidar el pasado y vivir todos juntos pero en distintos sectores de la prisión sin necesidad siquiera de verse entre ellos.
Las palabras de Rick emocionan al bueno de Hershell, pero lo siguiente que veremos será una de las imágenes más duras, sobrecogedoras e impactantes de todas las vistas en la historia de la serie de Kirkman. El Gobernador responde a Rick con una sola palabra “mentira” y dará un certero golpe de katana en el cuello del anciano, que aunque no lo decapitará por completo le convertirá en un auténtico baño de sangre. La trágica escena se acompaña del impacto y el dolor extremo en las caras de las hijas de Hershell y a partir de aquí comienza la guerra de tiros. Rick consigue alcanzar al Gobernador, pero levemente y el sheriff también recibirá un balazo en la pierna que limitará su movimiento pero no acabará con su vida.
Michonne se revolverá y logrará escapar ante la confusión, siendo a Hersell lo que veremos justo después en otra sobrecogedora imagen con su cuello absolutamente ensangrentando , luchando por su vida con el último de su aliento. No tendrá suerte y su destino seguirá siendo aun más cruel ya que será visto por el Gobernador quien a golpe de katana no parará esta vez hasta cortarle la cabeza por completo. Brutal e implacable final para uno de los personajes más queridos de toda la serie. El destino le responderá a Philip con un golpe duro, ya que lo siguiente que verá será a Lilly con Megan muerta en sus brazos. Pero el Gobernador como ya dejó claro en la conversación en la caravana con Hershell y Michonne, no piensa igual que antes cuando consideraba a su hija zombi como alguien con vida, por lo que con una soberana frialdad finalizará por completo con la vida de la pequeña de un disparo en la cabeza y así evitar su transformación.
Al grito de “masacrarlos” por parte del Gobernador, el tanque y su séquito entrarán en la prisión a la fuerza dando lugar a la batalla entre batallas. Con espectacularmente rodadas escenas de acción, veremos a Tyresse, Daryl o Maggie entre otros luchando por sus vidas a punta de pistola o ametralladora, con numerosas muertes por parte del grupo del Gobernador. Éste será sorprendido por Rick antes de llegar a la cárcel, comenzando una brutal lucha a golpe entre ambos que se decantará por el lado de Philip que aplastará a golpes a Rick. Tyresse por su parte, verá de cerca la muerte cuando se ve rodeado por una integrante del bando del Gobernador, pero ésta verá como un sorprendente disparo en plena cabeza acaba con su vida a manos de las pequeñas aleccionadas por Carol, uno de los grandes momentos del episodio.
Rick será estrangulado por Philip, que anteriormente ya le habrá dejado la cara deformada a golpes, pero cuando el líder de los supervivientes ve ya muy de cerca la muerte, hará aparición la katana de Michonne que atravesará al Gobernador, completando ésta su venganza por la muerte de su gran amiga Andrea (Laurie Holden). Michonne no le rematará y preferirá dejarle agonizando a la espera de su transformación en muerto viviente. La guerra finalmente se decantará por el grupo liderado en el frente por Daryl, que con una granada acaba con la amenaza del tanque. Rick se rencontrará con Carl y juntos verán como el cochecito de bebé donde se encontraba Judith, está ensangrentando y sin rastro de la pequeña, llorando ambos desconsolados por su presunta muerte.
Antes de finalizar este sobrecogedor episodio, veremos la imagen temblorosa y ensangrentada de Lilly pistola en mano. Se acercará a un agónico Gobernador y le apuntará con su arma para finalizar de una vez por todas con su vida. El capítulo llega a su fin y el grupo de supervivientes dividido en varias fracciones, algunos huyendo a bordo del autobús, Tyresse formando grupo con las pequeñas aleccionadas por Carol o la pareja formada por Rick y Carl.
VEREDICTO
Sublime, poco más y poco menos se puede decir de este abrumador episodio 8 de la cuarta temporada de The Walking Dead. Nada es perfecto en esta vida como tampoco puede serlo en un entorno apocalíptico y sobrecogedor como el que se nos presenta en esta serie. Por poner algunos “peros”, podríamos destacar algunos momentos de fantasía realmente innecesarios como el momento que Daryl se cubre de una ingente cantidad de disparos usando un putrefacto zombi como escudo.
Y quizás como título personal, podríamos catalogar la muerte de Hershel como demasiado obsesiva o cruel. La escena donde el Gobernador le ataca por primera vez katana en mano es sobrecogedora y se siente como real, pero quizás lo más duro de ver fue el anciano arrastrándose por el suelo con su último hilo de vida. No nos equivoquemos, nos encantan las escenas duras, las sufrimos tanto como las disfrutamos, pero posiblemente un personaje y actor tan entrañable como este hubiera merecido algo menos traumático. Pero en definitiva, el impacto que se buscaba con la escena se consiguió y con creces y el resultado es lo que hay que valorar y es de esos momentos que tardas mucho en olvidar si has conseguido empatizar con el personaje.
Pese a estos casi nimios detalles, tenemos que destacar prácticamente todo de este episodio que ha conseguido aglutinar en conformidad al núcleo duro de seguidores del cómic y a los de la serie televisiva, por la gran fidelidad de “Demasiado Lejos” con su versión en papel. Una tensión pocas veces vistas en televisión, unos actores a la altura de unos momentos y un clímax como el aquí presentando y una realización técnica de quitarse el sombrero una y dos veces. Podríamos seguir hablando de cosas positivas respecto a este increíble medio cierre de temporada, pero aquellos que lo hayan visto saben que han experimentando algo casi único.
A partir de aquí muchas dudas que resolver y plantearnos para aprovechar la espera hasta el retorno de The Walking Dead. ¿Habremos visto ya lo mejor de esta temporada con uno de los mejores capítulos en la historia de la serie? ¿Cuál será el destino de cada grupo de supervivientes a partir de ahora, a donde podrán dirigirse? ¿Cuál será el próximo peligro, además de los zombis, a los que tendrán que enfrentarse? ¿Realmente ha muerto Judith? ¿Podrán superar en algún momento el espectacular papel como villano de David Morrissey como el Gobernador? Muchas y muchas cuestiones que no tendrán respuesta hasta el 9 de Febrero de 2014, incluso con auténticas conspiraciones como la no muerte de Philip a mano de Lilly ya que no hemos tenido constancia visual de la misma.
Todo queda abierto durante estos dos meses, cuando vuelva la segunda parte de esta cuarta temporada de The Walking Dead, quizás el tiempo necesario para superar el impacto de las emociones y despedidas causadas en este espectacular episodio.
VALORACIÓN FINAL: 10