Crítica de Historias de miedo para contar en la oscuridad
Tras La forma del agua, Guillermo del Toro deja momentáneamente la dirección y produce una recopilación de historias de monstruos que asustan a adolescentes en la América profunda que bebe de fuentes tan populares como Stephen King, los tebeos de Creepshow, o la serie televisiva Historias de la cripta. Una historia sencilla y modesta pero muy bien contada.
HISTORIAS DE MIEDO PARA CONTAR EN LA OSCURIDAD de André Ovredal
Hace tres años los amantes del terror pudimos disfrutar de una película modesta sin ninguna intención de trascender pero con una atmósfera muy cuidada; era la británica La autopsia de Jane Doe que, pese a su premio en Sitges, apenas consiguió rebasar el circuito de festivales especializados. Ahora que su director, el noruego André Øvredal, ha saltado a Hollywood, puede ser un buen momento para recuperarla.
Historias de miedo para contar en la oscuridad tiene no poco en común con el trabajo anterior de Ovredal; su título ya indica que se trata de una vuelta de tuerca a la tradición del género, a los relatos que se cuentan en las acampadas para asustar y dificultar el sueño de los más crédulos. Que nadie espere, por lo tanto, grandes innovaciones ni esa palabra tan tergiversada y malentendida a veces, originalidad.
Un relato tradicional con espíritu de serie B
Efectivamente, nos encontramos ante la enésima historia de un grupo de adolescentes víctimas de un libro terrorífico que se materializa en diferentes monstruos que van a ir atacándoles de manera sucesiva. El esquema es muy manido, como también lo era el de La autopsia de Jane Doe, un relato más de muertos que reviven en la morgue. Pero en los tiempos de las redes sociales, en los que se ensalza o se destroza una película en unos pocos caracteres, es conveniente recordar que en un film de 110 minutos lo que cuenta no es el esqueleto argumental sino la atmósfera que se crea y el tono y el ritmo con los que se desarrolla esa idea central.
Y ahí es donde las dos obras mencionadas se disfrutan gracias a asumir sin complejos su influencia de la serie B y a venir de un cineasta que probablemente no tenga ninguna intención de pasar a la historia, ni siquiera de ser un autor reconocido como tal, pero que sí sabe contar con cariño y buen hacer artesanal una historia de miedo.
El principal pero de esta película sería uno desgraciadamente cada vez más habitual en Hollywood, los cabos sueltos que se dejan para dar paso a una secuela. Mientras las series televisivas intentan imitar al cine, el cine se va también pasando cada vez más al formato de serie de diversos capítulos.
Øvredal cuenta además con el apoyo de un nombre consolidado en el género como Guillermo del Toro, aquí en su faceta de productor. Su toque es muy reconocible en la iconografía de los distintos monstruos que aparecen y es fácil entender la motivación que le ha llevado a encargarse de la historia de unos jóvenes inadaptados que buscan refugio en la fantasía, una constante en su cine. Tras La forma del agua, película que recopilaba los elementos de las obras anteriores de Del Toro cerrando un círculo, es probablemente una buena idea explorar la faceta de productor y cazatalentos.
Tráiler de Historias de miedo para contar en la oscuridad en Español