Crítica de Pacific Rim: Insurrección

Se nota mucho la ausencia de Guillermo del Toro, como también la de Charlie Hunnam. Secuela que llega mal y tarde. John Boyega y Scott Eastwood no transmiten nada, quedándose como meras comparsas de las escenas de acción y efectos visuales.

Una secuela que se ha hecho esperar

Había curiosidad por ver la secuela de ‘Pacific Rim’, el homenaje que hizo Guillermo del Toro al género a las películas Kaiju-eiga y al subgénero Mecha, ambos provenientes de Japón. Curiosidad porque, como bien sabe el público, costó bastante lograr una segunda parte de la cinta debido a su mala recaudación en la taquilla estadounidense (que no en la mundial). Sin el cineasta mexicano dirigiéndola, la sensación es que ‘Pacific Rim: Insurrección’ es completamente decepcionante, ya que pierda una magnífica oportunidad de plantear algo diferente a lo ya visto en el filme de 2013.

Ha pasado ya una década desde que la Humanidad sufrió un intento de invasión alienígena. Sin embargo, la lucha todavía no ha terminado. Los Kaiju vuelven a aterrorizar a la raza humana, alguien les ha vuelto a abrir un portal interdimensional. Los Jaegers, los robots gigantes que salvaron al mundo en la primera invasión, vuelven a la carga, aunque se encontrarán con una competencia que no esperaban, unos drones creador por Shao Corporation, una empresa china con peligrosas ambiciones. En esta nueva lucha para salvar a la Tierra, Jake Pentecost, el hijo del héroe Stacker Pentecost, será el que lidere a un nuevo grupo de piloto de los Jaegers, con el fin de volver a terminar con la invasión alienígena.

Acción, efectos visuales, pero … se notan las  ausencias de Guillermo del Toro y Charlie Hunnam

Aunque ‘Pacific Rim’ daba para más entregas, lo cierto es que se trataba de un proyecto bastante ligado al mundo creativo del mexicano Guillermo del Toro, que ahora se limita a ejercer de productor ejecutivo y asesor visual. No es que ‘Pacific Rim’ sea cine de autor, hay suficientes productores detrás para que se cree una franquicia ajena a la mirada del director de ‘Hellboy’, pero sí es verdad que su ausencia se nota y, tristemente, para mal, ya que ‘Insurrección’ no aporta nada diferente a lo ya visto en su predecesora. La mala recepción en la taquilla estadounidense, en gran parte, ha sido la causante de que ni el cineasta mexicano ni el actor protagonista de la primera entrega aparezcan, aunque a Del Toro no le ha ido mal, ya que ha triunfado entre el público y la crítica con ‘La forma del agua, por la que ganó el León de Oro en el 74º Festival de Venecia y cuatro premios Oscar, entre ellos el de mejor dirección y mejor película.

El filme empieza bien, llena de acción, efectos visuales fascinantes y una trama que parece ofrecer una perspectiva diferente. Sin embargo, finalmente, se convierte en una película que repite el mismo esquema que su antecesora, con un protagonista atormentado con su pasado familiar y, de nuevo, el equipo de pilotos de los Jaegers teniendo que luchar contra los Kaiju en medio de varias escenas efectistas que serían interesantes si aportasen algo a la trama. Sin embargo, no hay esa esencia que transmitía Del Toro, que provocaba que se sintiese que se estuviese viendo un homenaje que mezclaba ‘Godzilla’, ‘Mazinger-Z’ y ‘Neon Genesis Evangelion, sino que da la sensación de estar a un chute lleno de testosterona, con imágenes de robots impactantes hechos por y para deleite de los amantes de este tipo de cine.

De hecho, aunque los Kaiju y las referencias descaradas a China intenten recordar la inspiración oriental de la cinta, el resultado es semejante a la saga ‘Transformers’ de Michael Bay, con toques de la fallida secuela de ‘Independence Day. Los actores son meras comparsas de las escenas de acción, John Boyega parece estar destinado a ese tipo de papeles, Scott Eastwood sigue demostrando que quiere estar en todos los blockbusters posibles limitándose a sonreír igual que su padre y Cailee Spaeny cuyo personaje es el mejor perfilado, pero queda ensombrecido por un guion que la deja en un segundo plano, cuando, realmente, es lo mejor de la cinta junto con Jing Tian.

Cailee Speany, Jing Tian, Charlie Day y Burn Gorman, lo mejor de la película

Eso sin hablar de la sonada ausencia de Charlie Hunnam, algo que se percibe en todo momento, con una trama llena de agujeros de guion y que no sabe sacarle provecho en solitario a Rinko Kikuchi. Quizás Charlie Day y Burn Gorman son lo mejor de la cinta, junto con la ya nombrada Cailee Speany y Jing Tian como ejecutiva china con estilo. La actriz, que ya apareció en ‘Kong: La Isla Calavera’ y ‘La gran muralla’, debería ya exigir un papel protagonista a su altura. Otro apunte, si no se ha hablado de los guionistas y el director hasta este punto, es porque la cinta parece que va en modo piloto automático. Steven S. DeKnight ha demostrado tener una carrera sólida en la televisión, dirigiendo episodios de ‘Daredevil’, ‘Spartacus’ o ‘Dollhouse’. Su debut como director de largometrajes no podía ser más fallido, evidenciando falta de carácter y mostrando que puede ser un buen director de blockbusters de rápido consumo, no un de blockbusters de calidad. Eso sin contar que firma también el guion junto con Emily Carmichael y Kira Snyder, que no saben perfilar una historia que empezó con mal pie al ser ideada por T. S. Nowlin, responsable de la trilogía de ‘El corredor del laberinto, una saga que fue desinflándose de una película a otra.

Pacific Rim: Insurrección’ funcionará para los adeptos del cine comercial de rápido consumo y sin muchas exigencias, ya que sabrán obviar los agujeros de guion que tiene. Una decepción que no está a la altura de la primera entrega, cuyo sentido del homenaje estaba en buen equilibrio con el de ofrecer una película comercial de calidad, que aportaba más sentido que muchos escenas de acción y efectos visuales. Gracias al mercado chino (la cinta es una coproducción entre Estados Unidos y China), la cinta puede tener el éxito que la primera no tuvo, tristemente, en su país de origen.

Tráiler español de ‘Pacific Rim: Insurrección