Crítica de El Pregón: Muertos de risa (O no)
El Pregón es la primera película importante de Buenafuente en el cine, si bien el popular presentador ya había hecho sus pinitos en varios cameos y protagonizado un documental autobiográfico: El culo del mundo. Y quién mejor para acompañarle en su debut que su inseparable Berto Romero. El resultado, tras un inicio de película prometedor, es fallido.
Y es que El Pregón funciona mejor como drama que como comedia. Si te la tomas en serio, olvidándote de los continuos intentos por provocar la carcajada, El Pregón se convierte en un certero análisis sobre el fracaso, las malas decisiones que uno toma en la vida y la melancolía. Pero claro, la intención de Buenafuente y su troupe no es esa y, como comedia, El Pregón se desfonda pronto para convertirse en una película que, a pesar de provocar algunas sonrisas, cae en el humor de brocha gorda con más intensidad y frecuencia de la que cabría esperar de alguien del demostrado talento de Buenafuente.
El presentador es un tipo inteligente que sabe mucho de televisión, y demuestra que ha querido hacer las cosas bien en su primer papel protagonista para el cine. En la dirección ha elegido a Dani de la Orden, joven director catalán con dos pequeñas pero encantadoras películas en su haber, como eran Barcelona nit d´estiu (Barcelona noche de verano) y Barcelona nit d´hivern (Barcelona noche de invierno). Y como guionistas, David Serrano y Diego San José, dos pesos pesados con guiones tan exitosos como los de Días de fútbol, El otro lado de la cama, Pagafantas, 8 Apellidos Vascos o la reciente Tenemos que hablar. Sorprende por eso que el resultado sea tan ramplón. Una vez pasado el efecto sorpresa y familiarizado con los personajes, el espectador se encuentra con una historia insustancial y bastante anecdótica.
Buenafuente demuestra que ser actor de cine y showman de late night son dos cosas muy distintas, se le nota incómodo. A su lado, Berto Romero destaca y, al margen de las filias y fobias personales que pueda despertar, es justo reconocer que es lo mejor de la función aunque, al igual que todo en El pregón, acaba siendo repetitivo. El otro aspecto salvable de la película es Jorge Sanz, estrella de nuestro cine durante los 80 y 90, es bastante paradójico el olvido en el que ha caído el actor con la llegada del nuevo milenio—recomiendo ver la serie de David Trueba ¿Qué fue de Jorge Sanz?—. En El pregón crea una suerte de alcalde a lo Julián Muñoz o Jesús Gil, que resulta tan repelente como divertido.
Buenafuente y Berto han querido crear una nueva pareja de entrañables fracasados al estilo de otras ya vistas como las de Muertos de risa o Zoolander si miramos a los USA, pero El pregón se queda corta.
Una comedia que podía haber dado mucho más de sí y de la que esperaba menos humor grueso, y más sutileza, menos Aquí no hay quién viva y más Monty Python. Quién sabe, igual se acaba convirtiendo en otro fenómeno de la taquilla patria a lo 8 Apellidos, servidor sabe reconocer sus fallos y no intuyó ni remotamente el fenómeno de los vascos.
Valoración de El pregón
- Dirección
- Actores
- Guión
En resumidas cuentas:
Una comedia que podía haber dado mucho más de sí. Buenafuente demuestra que ser actor de cine y showman de late night no es lo mismo. Berta Romero y Jorge Sanz son lo mejor de la función, en una comedia en la que Buenafuente y Berto han querido crear una nueva pareja de entrañables fracasados al estilo de otras ya vistas, como las de Muertos de risa o Zoolander. Pero El pregón se queda corta.