Crítica de Atrapados en Chernóbil
Oren Peli ha hecho mucho daño al cine de terror desde que le rieron las gracias en la anodina Paranormal Activity, un subproducto de serie z que insulta a la inteligencia del fan del género pero que demostró que este tipo era más inteligente que el público. O al menos, de una parte del mismo.
Ese bombazo le puso en órbita y desde entonces se ha dedicado a “crear” y producir joyas del calibre de las secuelas de su ópera prima o la teleserie The River.
Ahora se encarga del guión de Atrapados en Chernóbil, una paupérrima apuesta de cine de terror sin identidad ni ideas, más allá de un par de detalles que, además, no toca en profundidad, dejando para el recuerdo unas interpretaciones lamentables y unas situaciones demasiado estúpidas y lo que es peor, aburridas, para un film que pretende meter el miedo en el cuerpo de la audiencia.
Un desastre en la línea de las producciones de The Asylum, con la diferencia de que estos, al menos, son conscientes de la escasa calidad de sus películas.