Crítica de Cien años de perdón
Las películas de atracos son prácticamente un género en sí mismo. Desde Tarde de perros hasta la muy estimable The Town -para mí la mejor película como director de Ben Affleck– encontramos muchos y muy buenos títulos dentro del género (Le llaman Bodhi, Inside Man, Enemigo público…). Pero el thriller de atracadores por antonomasia es sin duda Heat, de Michael Mann. Cien años de perdón intenta seguir la senda de estos títulos y plantea la historia de un atraco a un gran banco valenciano ejecutado por un grupo de ladrones profesionales siguiendo un plan perfectamente calculado, pero que se irá complicando por una serie de circunstancias entre las que se incluye una trama de corrupción política.
El problema de Cien años de perdón es que Daniel Calparsoro -a pesar de un par de películas decentes como Salto al vacío o A ciegas-, no es Michael Mann. Ni siquiera Ben Affleck. Intenta ponerse el traje del Enrique Urbizu de Todo por la pasta o La caja 507 pero también le queda grande. Pronto Cien años de perdón se descubre como un quiero y no puedo. Hasta el punto de que al final lo único que despierta un poco el ánimo del espectador son los toques cómicos aportados por uno de los personajes. Mal síntoma.
Los actores están forzados, Luis Tosar parece no creerse o estar cómodo en su papel, e incluso José Coronado, habitualmente solvente, parece un malo de caricatura. Pero la palma de la vergüenza ajena se la lleva Raul Arévalo, actor notable en títulos como Los girasoles ciegos o La isla mínima, pero que en Cien años de perdón está aburrido y confunde la sobriedad con la nulidad.
Sorprende además ver que el guión es obra de Jorge Guerricaechevarria, colaborador habitual de Alex de la Iglesia y que ha escrito para Cien años de perdón una historia insulsa, sin un foco claro y con pretendidos golpes de efecto poco creíbles.
Un intento fallido de prolongar la racha de buenos thrillers del cine español en los últimos años, con notables obras como Celda 211, No habrá paz para los malvados o El niño (cuyo guion era del propio Guerricaechevarria junto al director de la misma, Daniel Monzón).
2 / 5