Crítica de Tenemos que hablar
La comedia española vive un buen momento. No tanto por el megaéxito en taquilla de ‘Ocho apellidos vascos’ y su secuela, sino por el refinamiento y sofisticación que están viviendo otro tipo de comedias románticas. Si hace poco un ejemplo fue ‘Embarazados’, esta vez es ‘Tenemos que hablar’, que reúne a Hugo Silva y Michelle Jenner, que no coincidían desde la serie ‘Los hombres de Paco’.
Nuria es plenamente feliz. Tiene un trabajo bien pagado y que le encanta, una vivienda que cualquiera envidiaría y un novio que roza lo perfecto y que quiere casarse con ella. Todo es maravilloso en la vida de la joven. Sin embargo, hay un problema, ella aún no está oficialmente divorciada. Años antes, la joven se casó con Jorge, que trabajaba en un banco. Sin embargo, la pareja no funcionó. Ahora él está en paro, arruinado y sin pareja. Con lo cual, para no hundirle más al pobre Jorge, Nuria urdirá un plan para que él piense que ella está peor que él y así animarle, para luego, pedirle el divorcio.
Dirigida por David Serrano, y con guión de él junto con Diego San José. El realizador hace alarde de su experiencia en la comedia, combinando una buena química de actores con unos secundarios que son los que sacar a relucir el lado más cómico de la cinta. Ya lo demostró con ‘Días de fútbol’. A diferencia de ‘Una hora más en Canarias’, ‘Tenemos que hablar’ tiene a la pareja como eje central, dejando a los demás personajes como un estupendo aderezo en el que la comedia logra tratar con respeto la crisis económica que ha padecido España en los últimos años, y que aquí sirve como telón de fondo.
Y, aunque los arquetipos y tópicos se cumplen uno por uno, la cinta funciona bien y no deja una sensación de “ya visto”. Con lo cual, ‘Tenemos que hablar’ se une al club de elegantes comedias románticas hechas con buena factura como la ya nombrada ‘Embarazados’, ‘Los miércoles no existen’ o ‘Sexo fácil, películas tristes’. Se trata de una clásica película de enredos que invita al espectador a desconectar y a disfrutar de una agradable momento pero ofreciéndole una propuesta de calidad.
Michelle Jenner y Hugo Silva vuelven a reunirse tras ‘Los hombres de Paco’. Ambos han evolucionado estupendamente en sus carreras, y son actores reconocidos y aclamados por la crítica. Aunque Silva luzca, la que se lleva el espectáculo es ella. Espontánea y maliciosamente encantadora, su personaje es una liante con corazón, que conectará fácilmente con el público. Punto y aparte para la pareja formada por Óscar Ladoire y Verónica Forqué. Da gusto ver, de nuevo, a estos veteranos derrochando un savoir-faire que también les funcionó a uno con Trueba y a otro con Almodóvar. Ambos dan el toque necesario para ver en esta comedia algo más que enredo. Mención aparte para Ernesto Sevilla y Belén Cuesta, que logran ese otro contrapunto necesario.
‘Tenemos que hablar’ es una demostración de la buena influencia de la comedia francesa en la española. Se acerca a títulos como ‘La oportunidad de mi vida’ o ‘Papá o mamá’. Cierto es que no busca trascender, pero ¿alguien puede negarse a un momento amable y lleno de buenas risas?
Valoración de Tenemos que hablar
- Dirección
- Actores
- Guión
- Música
- Fotografía
En resumen
Llena de momentos agradables, una pareja con buena química y unos secundarios de lujo. Tenemos que hablar es una comedia amable, ideal para desconectar y pasar un rato agradable.