Crítica de El día más feliz en la vida de Olli Mäki
Curiosa y estupenda mezcla de deporte y reflexión sobre lo cotidiano. Con clara intención de autor, esta crónica deportiva emana una humanidad excepcional. Denominación de origen finesa.
Las jornadas del boxeador campechano
Ciertamente, se ha demostrado múltiples veces que la realidad supera a la ficción con creces. Olli Mäki es toda una referencia en Finlandia, considerado uno de los grandes iconos de la historia del deporte en este país. Ha costado ver su vida llevada a la gran pantalla, lo ha hecho el realizador finés Juho Kuosmanen con ‘El día más feliz en la vida de Olli Mäki’, un largometraje que se centra en hablar de un momento muy concreto en la vida del célebre boxeador y que se alzó con el galardón a la Mejor Película en la sección Una Cierta Mirada de la 69ª edición del Festival de Cannes y que fue reconocido con el FIPRESCI en los 29º Premios de Cine Europeo.
Durante el verano de 1962, Olli Mäki se está preparando para su gran regreso. Han pasado dos años desde que tuvo que dejar el equipo olímpico y, por fin, tras dos años siendo boxeador amateur mientras se ganaba la vida como panadero en Kokkola, su momento llega cuando su manager, Elis Ask, logra concertar un combate contra Davey Moore, ganador de peso pluma mundial. Para ello, Mäki deberá entrenarse duro, así como también perder varios kilos para cumplir con los requisitos del enfrentamiento. Con lo que no contaba nadie, es que Mäki se ha enamorado de Rajja, con la que desea pasar más tiempo que entrenando.
El deporte como oda a lo cotidiano
Kuosmanen recrea un episodio de la vida del boxeador de una manera sencilla y austera. Sorprende el efecto que ha logrado en que la cinta, rodada en blanco y negro, parezca realmente ser un documento de 1962 y no que se haya filmado en 2016. De esa manera, el realizador, que firma el guion junto con Mikko Myllylahti, crean un largometraje bello y dotado de una elegancia inusual para este tipo de relatos. Por su forma de estar filmada, es imposible no acordarse de ‘Toro salvaje’, el clásico de Martin Scorsese. Eso sí, Kuosmanen amansa a su protagonista, mostrando que, para Mäki, el boxeo es una manera más de hacer deporte, alejándose de esa imagen agresiva y violenta que sirve como catalizador.
De hecho, ‘El día más feliz en la vida de Olli Mäki’ comparte más con películas como ‘Hiroshima, mon amour’ de Alain Resnais o ‘Una lección de amor’ de Ingmar Bergman que con cintas como ‘Cinderella Man’ o ‘El luchador’. Olli Mäki es un protagonista plácido, cotidiano y mundano, muy alejado de las aspiraciones catárticas del Rocky Balboa de Sylvester Stallone. Igual de empático, Mäki es un protagonista más propio de las cintas de Wes Anderson, especialmente por esa relación amorosa, sin duda, lo más interesante de la cinta.
Magnífica puesta en escena
Entre entrenamientos, golpes y promociones, se puede ver el amor hacia lo cotidiano, hacia la propia vida. Jarkko Lathi se mimetiza en el boxeador, con un punto entre lo diario y lo excepcional, con sus escenas de dolor, entrenarse nunca ha sido fácil, pero con unos momentos iluminados en los que el amor se puede sentir en cada escenas. Todo ello logrado por unas estupendas interpretaciones, así como también por una magnífica puesta en escena, obra de Kari Kankaanpää.
Sobrio, elegante y hecho como si fuese de otra época, ‘El día más feliz en la vida de Olli Mäki’ es un envolvente relato sobre el proceso de enamoramiento con el boxeo como telón de fondo. Tratado todo con una excepcional delicadeza, no es un filme fácil, ni tampoco para todos los paladares. Extraña pero gratamente disfrutable. ¡Maravillosa!
Crítica de El día más feliz en la vida de Olli Mäki
- Dirección
- Interpretaciones
- Guion
- Fotografía
- Diseño de producción
Resumen
Interesante crónica sobre las jornadas de entrenamiento de un boxeador campechano y enamorado. Diferente y alejada de los cánones del género. Rocky se pasa a la nouvelle vague.