Crítica de Tribunal: El proceso

Es curioso cómo las personas tendemos a cerrarnos a lo nuevo, a querer permanecer en nuestra zona de confort. Desde que de pequeños nos negamos a probar cualquier alimento nuevo que no nos resulte a primera vista familiar iniciamos, en mayor o menor medida, un camino vital en el que nos perdemos muchas cosas por no querer arriesgarnos.

Centrándonos en el cine, muchos espectadores se empeñan, en limitar su campo de visión, nunca mejor dicho. Algunos solo ven cine estadounidense. Otros admiten también películas británicas, francesas o argentinas. Incluso los más osados se atreven a ver cine español (y no hablo de taquillazos como 8 Apellidos vascos). Pero no mucha gente elegiría una película iraní o india cómo primera opción. Y es una pena, porque muchas veces nos perdemos grandes obras.

Tribunal es una de ellas. Esta sencilla película de nacionalidad india, y que supone el debut del joven director Chaitanya Tamhane, es pequeña en producción pero grande en contenido. El juicio a un anciano activista acusado y juzgado absurdamente de haber sido el instigador del suicidio de un trabajador con sus cánticos reivindicativos, es el argumento. Pero, como el buen cine, va más allá de la premisa argumental inicial.

Una película sencilla pero no simple, llena de largas secuencias en las que el director deja respirar  a la cámara para que el espectador se sienta testigo de la historia, con un poder inmersivo pasmoso, pues Tamhane no se vale de artificios para lograrlo. Ni siquiera hay una banda sonora al uso que puntúe las escenas y nos dirija emocionalmente.

Tribunal expone lo absurdo y caduco  del sistema judicial indio. Los actores resultan todos soberbios, tanto los no profesionales como los dos protagonistas: Vira Sathidar y Vivek Gomber. El primero, en la piel del anciano acusado, es todo presencia y bonhomía sin apenas diálogo más allá de las dos canciones que interpreta a lo largo del filme. El segundo crea un abogado idealista que, a pesar de proceder de una buena familia y tener una vida acomodada, no ceja en su empeño de defender al anciano de un proceso kafkiano, con el que Tamhane asesta un duro golpe con mano de seda a la burocracia de su país.

Hay otros detalles que Tribunal deja en forma de pinceladas y que podemos ver o deducir a través de los juicios que se nos muestran además del central. La pobreza y la tremenda desigualdad de la sociedad india el terrible problema de machismo y violencia contra las mujeres que sufre el país, o la pluralidad religiosa, cultural y lingüística de la sociedad india, se muestran en Tribunal sin subrayados, sin pretender mediatizar al espectador.

Una película que ampliará nuestros horizontes y cuyo estreno en cine deberíamos aprovechar.

  • Dirección
  • Actores
  • Guion
  • Fotografía

En resumen

Pequeña en producción pero grande en contenido, Tribunal consigue, como el buen cine, trascender más allá de la premisa argumental inicial. Tamhane asesta un duro golpe con mano de seda a la burocracia de su país. Una película que ampliará nuestros horizontes y cuyo estreno en cine deberíamos aprovechar.

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