Crítica de Si fuera fácil

Judd Apatow está empeñado en hacernos madurar junto a él. En su primera película sin Seth Rogen, el director se centra en la pareja casada de Lío embarazoso (su película más repelente) para un rodar un docudramedia sobre la vida al cumplir la edad en la que, sobre todo en Estados Unidos, la gente entra en una crisis importante. Paul Rudd se come la pantalla, demostrando que puede llevar las riendas de una producción sin necesidad de esforzarse demasiado (algo que ya sabíamos) y la señora Apatow, Leslie Mann, sigue resultando un tanto psicópata, supongo que serán cosas de los papeles que su marido le asigna.

Si pensabas que Hazme reír era La fuerza del cariño del director de Virgen a los 40, te equivocabas. Siendo conscientes del olfato de Apatow para producir comedias divertidas y de la torpeza con la que dirige sus largometrajes, en Si fuera fácil (Universal sigue siendo la número uno a la hora de poner títulos horrendos en España) se aprecia cierta mejoría en este último aspecto.

Como en un Maridos y Mujeres desenfadado (mucho mejor título, claro), la película es una buena radiografía de la realidad de nuestro comportamiento a cierta edad, sobre todo durante sus primeras secuencias, donde, a pesar de algún momento bastante trillado (la primera secuencia), Apatow se ríe de nuestras miserias, preocupaciones y manía modernas de hoy: ir a cagar con dispositivos electrónicos para leer el Marca o jugar al Apalabrados es un hecho, pero la Game Boy estaba antes, hombre.

This is 40, quién sabe, puede suponer una ruptura con el cachondeo habitual del director y puede que Apatow haya cruzado el umbral de la comedia para, espero equivocarme, dedicarse a contarnos nuestra vejez con la mejor música posible.

No es la peor película de su director, pero no deja de ser otra correcta visión del mundo a través de sus ojos. Esperamos ansiosos su próximo proyecto… como productor.