Crítica de Oblivion

Con Oblivion tenemos el estreno de una de las películas más importantes del año en el ámbito de las blockbuster o supuestas rompedoras de taquilla, un nuevo espectáculo dentro de la línea que seguirá este año el mundo del cine, marcada por la ciencia ficción, con otros títulos como After Earth, Pacific Rim o Guerra Mundial Z.

En Oblivion tenemos los dos lados de la balanza si sopesamos las labores de dirección y actuación. Por un lado un joven de 38 años, Joseph Kosinski, tras las cámaras con una sola película a sus espaldas, Tron Legacy, y en contraposición tenemos a Tom Cruise, todo un salvavidas para la taquilla aunque últimamente haya disfrutado de más sombras que luces.

Con un presupuesto muy arriesgado de 130 millones de dólares, Kosinski tenía ante si la difícil papeleta de lidiar con un guion escrito en 2005 y que hasta ahora estaba en el limbo de las productoras. Su apuesta en Oblivion es, como casi no podía ser de otra forma, sorprender en el aspecto técnico en general, dando rienda suelta a la billetera de los estudios Universal, y lo consigue de forma holgada y por qué no, pretenciosa.

Tras una guerra contra los aliens y haciendo uso del arsenal nuclear, la humanidad gana, pero a su vez destruye el planeta y Jack Harper (Tom Cruise), como uno de los pocos supervivientes se verá envuelto en un entramado donde nadie parece ser quien dice ser y donde los últimos vestigios de la humanidad parecen estar en claro peligro. A un resolutivo en su línea Cruise, tras el moderado triunfo de Jack Reacher, le acompaña la tan bella como fría Olga Kurylenko y un Morgan Freeman en un papel mucho más testimonial que en la saga Batman de Nolan.

Oblivion tiene de todo, acción, emoción, drama, amor…con vistas a abarcar un amplio espectro de público, pero se muestra sorprendentemente resolutiva en todos sus aspectos. Visualmente y en lo sonoro sobresale, aunque no sea ninguna sorpresa, estando siempre presente la atmósfera anteriormente transmitida en Tron Legacy. Quizás adolezca de una correcta duración, con casi dos horas y media algunas partes resultan desesperadamente carentes de ritmo y la narrativa llega a resentirse.

Película que los amantes de la ciencia ficción conseguirán disfrutar en todo su esplendor, con un Tom Cruise dándolo todo para volver a los números de taquilla de sus tiempos de gloria. Resolutiva y fascinante por momentos, Oblivion es una muestra más de un esperanzador futuro para la ciencia ficción de manos de Joseph Kosinski y a su vez, otro ejemplo más de las influencias del videojuego en el cine, en este caso bebiendo de obras como Fallout o Mass Effect.

Autor de esta crítica: Antonio Orrán